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La moda del perro pequeño: impacto del tamaño en la salud del animal

Fecha de publicación 07/11/2019

Escrito por Jamie L. Freyer

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano y English

Por diversos motivos, la población de perros pequeños está aumentando cada vez más; pero la popularidad tiene un precio. Jamie Freyer nos ofrece una revisión de la situación actual y trata algunos de los aspectos más importantes con los que los veterinarios necesitan estar familiarizados.

La moda del perro pequeño: impacto del tamaño en la salud del animal

Puntos Clave

Según datos recientes, la población de perros pequeños está aumentando en muchos países.


Ante esta tendencia, algunos criadores están intentando crear variedades cada vez más pequeñas de las razas más populares.


El tamaño de las razas se puede reducir de diversas maneras, pero siempre hay inconvenientes, incluyendo efectos adversos para la salud del animal.


Las enfermedades más frecuentes en los perros pequeños pueden ser diferentes a las de los perros grandes, y los veterinarios deben anticiparse a este cambio de tendencia.


Los perros pequeños tienden a manifestar más alteraciones del comportamiento que los perros grandes, por lo que es posible que en un futuro aumenten las consultas veterinarias sobre comportamiento.


Los veterinarios necesitan ser capaces de reconocer estos problemas para orientar a sus clientes y que estos tomen la mejor decisión para sus mascotas.


Introducción

La población de los perros pequeños está aumentando en todo el mundo. Los perros pequeños siempre han sido populares en algunos países, como Japón, Brasil y Filipinas, pero también se está observando un mayor número de estos perros en países donde históricamente había una preferencia por los perros grandes 1 2. Según los datos de la mayor cadena de clínicas veterinarias de Estados Unidos, Banfield Pet Hospital, el porcentaje de perros pequeños atendidos en sus clínicas ha aumentado un 6% en los últimos 10 años, mientras que el de los perros gigantes y medianos ha disminuido un 17% y un 8,6%, respectivamente (datos no publicados), tal y como se muestra en la Figura 1. El Club Canino Británico también ha indicado 3 que la media de la altura en el perro es aproximadamente una pulgada (2,5 cm) inferior a la de hace 25 años, y cada vez hay una mayor diferencia en el número de ejemplares entre la variedad estándar y la miniatura de una misma raza, siendo cada vez más populares las variedades miniatura, mientras que las homólogas de mayor tamaño se demandan menos. De forma similar, en Australia, los estudios indican que actualmente existe una tendencia hacia razas más bajas, pequeñas y de cráneo más ancho 4. Se han postulado diferentes teorías que explican este cambio de tendencia, incluyendo el hecho de que tener perros pequeños conlleva menos inconvenientes ya que supone un menor coste de mantenimiento y una mejor adaptación a la vida urbana. También se pueden preferir las razas pequeñas por otros motivos; por ejemplo, se transportan más fácilmente, generalmente viven más años y, por supuesto, ofrecen una excelente compañía. Sin embargo, sea cual sea la causa del aumento del número de perros pequeños, es importante considerar el impacto de esta tendencia, tanto en los cuidados veterinarios como en la salud general del animal. 

Tendencia del tamaño de los perros atendidos en Banfield Pet Hospital durante los últimos10 años.
Figura 1. Tendencia del tamaño de los perros atendidos en Banfield Pet Hospital durante los últimos10 años. © Banfield Pet Hospital

¿Cómo se puede crear una raza más pequeña? 

El análisis de componente principal (ACP) es un método de agrupación no supervisado de los genotipos estudiados que permite comparar la similitud del ADN. Las muestras íntimamente relacionadas, como los perros de una misma raza, se encuentran en el mismo grupo debido a la similitud en su secuencia genética. En particular, este gráfico de ACP ilustra la diferencia entre la firma genética de las variedades del Schnauzer Mediano, Miniatura y Gigante; lo que demuestra la separación genética tan grande que se puede producir generación tras generación, simplemente seleccionando un rasgo como el tamaño.
Figura 2. El análisis de componente principal (ACP) es un método de agrupación no supervisado de los genotipos estudiados que permite comparar la similitud del ADN. Las muestras íntimamente relacionadas, como los perros de una misma raza, se encuentran en el mismo grupo debido a la similitud en su secuencia genética. En particular, este gráfico de ACP ilustra la diferencia entre la firma genética de las variedades del Schnauzer Mediano, Miniatura y Gigante; lo que demuestra la separación genética tan grande que se puede producir generación tras generación, simplemente seleccionando un rasgo como el tamaño. © Mars Veterinary

Además de la preferencia actual por las razas pequeñas, también hay una tendencia a crear razas pequeñas ya existentes con un tamaño todavía menor. Las variedades “miniatura” o “toy” de una raza se pueden obtener de diversas maneras, pero cada una de ellas presenta ventajas y desventajas. Por ejemplo, se pueden cruzar entre sí los ejemplares más pequeños de una raza para intentar disminuir el tamaño de una línea en particular. La reproducción orientada así hacia un rasgo específico y, en particular, cruzando ejemplares con cierto grado de parentesco se denomina “line-breeding” (cruce en una misma línea de sangre). Los puristas de la raza suelen preferir este enfoque, puesto que se mantiene una genética más similar a la raza de origen. Sin embargo, cualquier tipo de cruce en una misma línea puede, en último lugar, cambiar la apariencia genética fundamental o la “firma genética” de una raza, dando lugar a divergencia entre ejemplares de una misma raza (Figura 2). Este método es bastante lento y para conseguir el efecto deseado pueden ser necesarias varias generaciones. También, este tipo de cruces pueden dar como resultado perros “involucionados”, cuando tras muchas generaciones en las que se ha reducido el tamaño aparecen camadas de perros con mayor tamaño. Este tipo de selección genética también disminuye la diversidad de la población, de tal forma que se pueden consolidar enfermedades genéticas y puede verse afectado el sistema inmune del animal en cuestión. 

El Pastor de Shetland de la izquierda tiene una capa de color merlé, frecuente en las razas de pastoreo. Sin embargo, desgraciadamente para quienes quieran introducir este color en sus líneas, muchas razas de pastoreo también presentan la mutación MDR1 (resistencia a múltiples fármacos).
Figura 3. El Pastor de Shetland de la izquierda tiene una capa de color merlé, frecuente en las razas de pastoreo. Sin embargo, desgraciadamente para quienes quieran introducir este color en sus líneas, muchas razas de pastoreo también presentan la mutación MDR1 (resistencia a múltiples fármacos). © Michael Korcek/IvanLee Shelties

Un segundo método para conseguir razas más pequeñas conlleva la introducción de otras razas de menor tamaño en una línea determinada con el fin de alcanzar un menor tamaño en menos tiempo. Obviamente, este método es el preferido por quienes quieren acelerar el proceso de reducción del tamaño, puesto que con un único cruce se pueden conseguir perros más pequeños. Sin embargo, en este caso hay que prestar especial atención a la genética de los ejemplares incorporados a la población, debido al riesgo de introducir nuevas enfermedades genéticas. Por ejemplo, la coloración merlé o moteada es un rasgo común en muchas razas de pastoreo, capa que se está volviendo bastante frecuente (Figura 3). En los últimos años, se están realizando cruces con varias razas que anteriormente no presentaban el gen implicado en esta coloración, incluyendo el Cocker Spaniel Americano y el Chihuahua. Los perros homocigotos para el gen merlé (genes dominantes) pueden acarrear problemas de salud como sordera y microftalmia, pero existen otros riesgos genéticos asociados. Los perros de pastoreo también suelen portar la mutación genética ABCB1 (también conocida como MDR1), asociada a toxicidad frente a varios fármacos como la ivermectina. Puesto que muchos de estos perros pueden portar ambos genes, merlé y MDR1, no es de extrañar que algunas razas en las que se ha introducido el color merlé presenten también reacciones adversas medicamentos, en una especie de arrastre de genes o “autostop genético” inducido por la acción del hombre.

Los ejemplares creados mediante cruces de dos razas puras a veces se conocen como “perros de diseño”, y sus criadores y propietarios pueden pensar que, al no ser razas puras, las enfermedades hereditarias no representan un problema. Sin embargo, en un estudio reciente se indicó que aproximadamente el 40% de los perros cruzados portaban al menos un factor de riesgo para una enfermedad genéticamente asociada 5, por lo que los veterinarios deben ser conscientes de que este tipo de problemas pueden presentarse en estos cruces cuando las razas involucradas tienen un origen genético similar. Además de las enfermedades por mutaciones genéticas ya conocidas, existen muchas enfermedades que parecen tener un componente hereditario, pero todavía no se ha determinado la causa genética subyacente. Por ejemplo, existen muchos tipos de neoplasias que parecen estar sobrerrepresentados en determinadas razas, y se desconoce si el cruce con dichas razas también incrementa el riesgo en la camada. 

El Teckel es solo una de las muchas razas que porta el gen para el acortamiento de las extremidades, conocido como condrodisplasia. A diferencia de otras razas en las que este gen se ha introducido recientemente, en el Teckel este rasgo se ha fijado.
Figura 4. El Teckel es solo una de las muchas razas que porta el gen para el acortamiento de las extremidades, conocido como condrodisplasia. A diferencia de otras razas en las que este gen se ha introducido recientemente, en el Teckel este rasgo se ha fijado. © Banfield Pet Hospital

El tercer método que se puede utilizar para miniaturizar una raza consiste en la selección del rasgo de la condrodisplasia para obtener una menor estatura y un aspecto que para muchos resulta entrañable. La condrodisplasia es el acorta-miento de las extremidades del perro debido al desarrollo anormal del cartílago y del hueso. Mientras que en algunas razas se ha fijado este rasgo y siempre lo portan (como el Teckel, el Basset Hound y el Corgi), existen otras razas que lo pueden presentar de manera intermitente o en las que este rasgo se ha introducido recientemente (Figura 4). Sin embargo, muchas personas desconocen los problemas de salud asociados a esta apariencia alargada y de baja estatura. La artritis, la enfermedad del disco intervertebral, la displasia de cadera y muchas otras enfermedades que se observan con frecuencia en razas condrodisplásicas están íntimamente asociadas a la conformación del animal. Por tanto, la selección de este rasgo puede dar lugar a la introducción de una serie de problemas de salud completamente nuevos para la raza.

¿Qué problemas pueden surgir en las razas pequeñas?

Aparte de las enfermedades genéticas y de los problemas ortopédicos asociados a la condrodisplasia anteriormente mencionados, la tendencia hacia la miniaturización conlleva asociados otros problemas. En primer lugar, al igual que cualquier moda, cuanto mayor es la demanda, más gente habrá que quiera beneficiarse de ello. Desgraciadamente, hay personas irresponsables que se sienten atraídas por la idea de conseguir dinero fácil y que pueden aprovechar la oportunidad de ofrecer lo que está de moda, como es el caso de la miniaturización, mediante malas prácticas. Esto puede repercutir negativamente en la salud de los cachorros. Así, por ejemplo, se pueden utilizar prácticas poco éticas, como cruzar ejemplares de “mala calidad” para crear animales más pequeños, vender cachorros a edades extremadamente tempranas (y posiblemente engañar a los propietarios sobre la edad real del perro), o no proporcionar la nutrición adecuada para limitar el crecimiento del animal. Algunas personas incluso importan de otros países cachorros muy jóvenes de razas toy, que tienen que viajar miles de kilómetros a una edad y en unas condiciones que hacen que esos viajes sean extremadamente peligrosos.

En segundo lugar, una cuestión importante para los veterinarios con respecto a la moda de los perros pequeños es el hecho de que muchas enfermedades frecuentes en los perros pequeños son distintas a las de los perros de mayor tamaño. Una diferencia particularmente significativa está relacionada con la salud oral. Los perros pequeños, por ejemplo, tienen una mayor predisposición a la persistencia de la dentición decidua y a la enfermedad periodontal. Presumiblemente, esto es debido al pequeño tamaño de la boca y al apiñamiento dental, aunque todavía se sigue investigando la causa. Además, sus mandíbulas, más pequeñas y frágiles, poseen menos cantidad de hueso y por tanto existe una mayor predisposición a la pérdida de dientes, a la pérdida patológica de hueso e incluso a la fractura mandibular durante un procedimiento dental. 

Imagen ecocardiográfica de la enfermedad de la válvula mitral. La enfermedad degenerativa de la válvula mitral es mucho más frecuente en las razas pequeñas y toy.
Figura 5. Imagen ecocardiográfica de la enfermedad de la válvula mitral. La enfermedad degenerativa de la válvula mitral es mucho más frecuente en las razas pequeñas y toy. © Kate Scollan DVM, Dipl. ACVIM (Cardiology)

La disparidad entre los problemas de las razas pequeñas y las razas grandes no se limita únicamente a la salud oral. Así por ejemplo, el colapso traqueal, que apenas se observa en los perros grandes, no es tan raro en las razas pequeñas y toy, al igual que la enfermedad mixomatosa de la válvula mitral, que es una de las principales causas de enfermedad cardíaca, mucho más frecuente en las razas pequeñas 6 (Figura 5). En los perros pequeños, las causas de cojera son muy diferentes a las de los perros grandes. Por ejemplo, en el diagnóstico diferencial de la cojera en la extremidad posterior de un perro pequeño se incluye la luxación medial de la rótula y la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, a diferencia de en los perros grandes, en los que es frecuente la rotura del ligamento cruzado y la displasia de cadera. Las distocias son comunes en los perros pequeños por la desproporción materno-fetal, y se tienen que realizar más cesáreas por este motivo. Esto es particularmente importante en los perros pequeños que tienen una cabeza grande, como la mayoría de las razas braquicéfalas.

Otro tema de preocupación en la clínica veterinaria de pequeños animales está relacionado con la posibilidad de reacciones adversas al realizar procedimientos clínicos habituales. En veterinaria la mayoría de las dosis de fármacos, tanto orales como inyectables, dependen del tamaño del animal; y en los perros pequeños se ha observado una mayor predisposición a presentar reacciones adversas tras la vacunación 7. Las razas toy pueden ser más susceptibles a las complicaciones anestésicas, como la hipotermia, y por tanto, puede resultar más complicada la monitorización del paciente anestesiado 8. Incluso las causas de mortalidad más frecuentes difieren entre los perros grandes y los perros pequeños. Por ejemplo, es más probable que los perros grandes mueran o sean eutanasiados debido a neoplasias, enfermedades musculoesqueléticas y trastornos gastrointestinales, mientras que en las razas pequeñas las principales causas de mortalidad son las enfermedades urogenitales, degenerativas, cardiovasculares o metabólicas 9.

Los problemas que muestran los perros pequeños y toy se encuentran magnificados en las variedades más pequeñas de las razas tipo teacup o “taza de té”. Los huesos minúsculos y frágiles de estos perros junto con la tendencia que tienen a meterse bajo los pies pueden resultar en una combinación desastrosa. Estos animales pueden sufrir fracturas tras una pequeña caída o salto, por pisarlos o por sentarse encima, e incluso por un movimiento brusco durante el juego. También pueden estar predispuestos a enfermedades como la persistencia de las fontanelas abiertas y la hidrocefalia. Los perros toy y miniatura, debido a su cuerpo tan minúsculo, están más expuestos a tener complicaciones en situaciones que no supondrían apenas un riesgo en un perro grande. Por ejemplo, los perros miniatura están más predispuestos a la deshidratación como consecuencia de una diarrea y necesitan el tratamiento veterinario con mayor urgencia que en el caso de un Labrador o Pastor Alemán.

También puede ser necesario tener que ofrecer comida varias veces al día a los perros toy y teacup, puesto que son más propensos a la hipoglucemia. Cabe recordar que el “bocadito” de nuestra comida que a veces se ofrece a un perro miniatura equivale a toda una hamburguesa en un perro de raza grande, por lo que en los perros pequeños, la obesidad y las deficiencias o desequilibrios nutricionales representan un auténtico motivo de preocupación (Figura 6). La mayoría de los propietarios no son conscientes de la trascendencia de estas diferencias entre perros grandes y pequeños, y por tanto, es particularmente importante que el veterinario instruya a sus clientes al respecto. 

Los perros reciben con frecuencia comida humana como premios, sin embargo, los propietarios no son conscientes de que incluso una pequeña cantidad representa un gran porcentaje de sus necesidades calóricas diarias. Como guía general, los premios y nuestra comida no deben exceder el 10% de las calorías totales con el fin de evitar desequilibrios nutricionales.
Figura 6. Los perros reciben con frecuencia comida humana como premios, sin embargo, los propietarios no son conscientes de que incluso una pequeña cantidad representa un gran porcentaje de sus necesidades calóricas diarias. Como guía general, los premios y nuestra comida no deben exceder el 10% de las calorías totales con el fin de evitar desequilibrios nutricionales. © Banfield Pet Hospital
La ingesta de calostro durante las primeras 12-16 horas de vida es esencial para el crecimiento y la supervivencia de los cachorros recién nacidos. Los cachorros más pequeños de la camada pueden estar en desventaja, puesto que su capacidad de succión suele encontrarse disminuida con respecto a sus hermanos mayores.
Figura 7. La ingesta de calostro durante las primeras 12-16 horas de vida es esencial para el crecimiento y la supervivencia de los cachorros recién nacidos. Los cachorros más pequeños de la camada pueden estar en desventaja, puesto que su capacidad de succión suele encontrarse disminuida con respecto a sus hermanos mayores. © Michael Korcek/IvanLee Shelties

Los efectos no deseados de la disminución del tamaño pueden ser evidentes incluso en una misma camada. Los cachorros más pequeños de la camada tienen una menor capacidad de mantener la normotermia y la normoglucemia, así como una mayor dificultad para succionar. La ingesta de calostro puede verse disminuida cuando la succión es ineficaz, lo que conlleva numerosos efectos perjudiciales. La absorción adecuada de calostro asegura el correcto crecimiento del cachorro desde una edad temprana, y también afecta a la termorregulación y a la normoglucemia (Figura 7). Por consiguiente, la ingesta inadecuada de calostro puede agravar los problemas ya presentes en estos cachorros. El calostro también desempeña un papel clave al inicio del período neonatal, favoreciendo el aumento de tamaño y de la superficie intestinal 10. La disminución del ritmo del crecimiento intestinal puede afectar a la capacidad del cachorro para absorber los nutrientes. Considerando la combinación de estos efectos, el riesgo de mortalidad es mayor en los cachorros de menor tamaño, particularmente, en las primeras 48 horas de vida. También se ha sugerido que en algunas especies la disminución del consumo de calostro puede dar lugar a trastornos autoinmunes y a otras disfunciones inmunológicas que afectan al animal durante toda su vida 11.

Perros pequeños y alteraciones del comportamiento

El comportamiento es una parte esencial de los cuidados veterinarios y puede tener una gran repercusión en la relación mascota/propietario. Los problemas de comportamiento representan uno de los motivos más frecuentes de abandono en las protectoras 12. Se ha demostrado que existe una relación inversamente proporcional entre el tamaño del perro y la frecuencia de alteraciones del comportamiento 13. En un estudio se investigaron los problemas de comportamiento en relación a la altura y el peso de los perros, se observó que los coeficientes de regresión para 14 categorías de comportamiento (agresividad dirigida al propietario/extraño/otro perro; rivalidad; miedo a extraños/perros; miedo no social; sensibilidad al tacto; comportamiento asociado a la separación; apego y búsqueda de atención; capacidad de entrenamiento; persecución; excitabilidad; y nivel de energía), fueron todos negativos excepto la capacidad de entrenamiento y el miedo a extraños 13. En los otros 22 comportamientos “diversos” que se estudiaron se observó también una regresión negativa con respecto al tamaño, lo cual indica que existe una correlación significativa entre los problemas de comportamiento y el tamaño de los perros.

Estos hallazgos cuestionan la relación entre el comportamiento problemático y el tamaño pequeño: ¿existe una asociación genética o este tipo de comportamiento se refuerza por el modo de tratar a los perros pequeños? En este último caso, y de ser así, el efecto del comportamiento humano sobre el del animal probablemente sea bastante importante. Es posible que los propietarios toleren diferentes comportamientos en función de si el perro es grande o pequeño. Por ejemplo, un perro grande que muestre agresividad o salte sobre la gente supone claramente un motivo de preocupación para el propietario, mientras que ese mismo comportamiento en un perro pequeño puede no considerarse problemático. De hecho, algunos comportamientos pueden verse incluso como “adorables” y los pro-pietarios los pueden fomentar. Además, es posible que a un perro pequeño no se le enseñe a obedecer órdenes, que vaya en brazos de su propietario en lugar de “a pie” y que esté sobreprotegido, lo cual interfiere en su socialización con otras personas y con los perros.

Aunque los factores ambientales o la “educación” pueden influir en el comportamiento de muchos perros pequeños, la predisposición genética también puede estar involucrada. Al realizar cruces para obtener el tamaño deseado, inadvertidamente se ha podido reforzar la tendencia hacia la manifestación de comportamientos problemáticos. Para algunos comportamientos “no deseados” de los perros miniatura puede haber también una explicación fisiológica, por ejemplo, conseguir que un perro pequeño orine fuera de casa puede ser más difícil teniendo en cuenta la capacidad tan pequeña de su vejiga. Por este motivo, puede ser necesario tener que sacar con más frecuencia a los perros pequeños que a los perros grandes. Sea cual sea la causa, es importante considerar la correlación que existe entre el tamaño y el comportamiento. Para garantizar que los propietarios sepan qué esperar y cómo combatir estos problemas antes de que ocurran es esencial proporcionarles la información adecuada.

¿Cuál es el siguiente paso?

Resulta particularmente revelador que varios criadores y clubes de razas toy estén afrontando los problemas relacionados con la miniaturización y adviertan a los posibles compradores que el tamaño tan reducido no es deseable. El Código de Ética del Club Americano del Yorkshire Terrier establece que “en la publicidad de cualquier miembro del club no se utilizarán términos tales como ‘taza de té’, ‘especialistas en miniaturización’, ‘cara de muñeca’ o terminología similar”. En la página web del Club Americano del Chihuahua también se informa sobre el uso engañoso de ciertos términos como “taza de té” y literalmente se menciona: “Reconocemos que muchos apasionados del Chihuahua quieren un cachorrito muy pequeño. Si bien son adorables y pueden estar perfectamente sanos, se debe advertir al comprador sobre los cuidados adicionales que pueden ser necesarios para mantener su salud y bienestar general”, del mismo modo, en el estándar del Jack Russell del American Kennel Club (AKC) se afirma que “cualquier indicio de acondroplasia” se considera falta grave y se desaconseja utilizar a cualquier perro con tales tendencias para la crianza de ejemplares de exposición.

Mientras que el Club Americano declara que no registrará ni aprobará razas tipo “taza de té”, el Club Británico va más allá. Este club ha emitido una declaración sobre los cachorros de tamaño “taza de té”, en la que se abordan los problemas de salud que pueden sufrir y se destaca el hecho de que algunos criadores de estas razas realizan prácticas sin escrúpulos y el club no reconoce ni registra a sus perros. La declaración concluye señalando que en los estándares se resalta que “los criadores no deberían exagerar ninguna característica, incluyendo las relacionadas con el tamaño, y se recomienda encarecidamente que antes de comprar un cachorro se debe confirmar que tanto el cachorro como sus padres no presenten rasgos exagerados. Cualquier desviación podría ocasionar graves problemas de salud más adelante”. 

El veterinario puede comentar diversos temas con los clientes que acaban de adquirir un perro pequeño de cualquier raza, incluyendo:

• alteraciones del comportamiento y errores posibles al adiestrar un perro pequeño
• enfermedades específicas y problemas de salud frecuentes de determinadas razas
• modo de alimentación, nutrición y temas de salud relevantes en las razas pequeñas

Recuadro 1.

Los futuros propietarios motivados por las fotos de revistas de famosos con sus cachorros “de bolsillo” pueden llegar a creer que estos perros tan pequeños son los animales de compañía ideales. Visto desde fuera, tener una mascota puede parecer algo fácil y con estilo, incluso se puede considerar que un perro miniatura es un accesorio perfecto. Pero a pesar de su tamaño diminuto, como el de una taza, estos perros siguen siendo perros, y necesitan la misma atención y los mismos cuidados de mantenimiento que los perros más grandes. Aunque los problemas de salud de los perros pequeños pueden ser diferentes a los de los perros más grandes, no tienen por qué ser más sencillos, incluso en algunos casos sus problemas pueden ser más complicados. Especialmente, pueden tener necesidades que las personas no familiarizadas con los perros no pueden anticipar; incluso las personas acostumbradas a los perros grandes pueden tener que afrontar problemas inesperados para ellos. Las alteraciones del comportamiento pueden ser más numerosas, más graves y estar más arraigadas que en los perros grandes. Sin duda, es recomendable que el veterinario comente ciertos puntos con quien esté interesado en comprar o haya comprado un cachorro de raza pequeña (Recuadro 1). Puesto que la tendencia hacia tener perros cada vez más pequeños no parece que llegue pronto a su fin, basta decir que los veterinarios deben ser capaces de guiar a sus clientes ante el reto que supone tener estas mascotas.

Referencias

  1. www.petsecure.com.au/pet-care/a-guide-to-worldwide-pet-ownership/. Accessed September 12, 2017.

  2. www.livinglanguage.com/blog/2013/05/07/popular-dog-breeds-in-japan-and- the-u-s/. Accessed September 12, 2017.

  3. Knapton S. Rise of the micro-dog: as British homes get smaller so do our pets. Available at: http://www.telegraph.co.uk/science/2016/08/12/rise-of-the-micro- dog-as-british-homes-get-smaller-so-do-our-pet/. Accessed May 1, 2017.

  4. Teng KT, McGreevy PD, Toribio JA, et al. Trends in popularity of some morphological traits of purebred dogs in Australia. Canine Genet Epidemiol 2016;3:2.
  5. Donner J, Anderson H, Davison S, et al. Frequency and distribution of 152 genetic disease variants in over 100,000 mixed breed and purebred dogs. Manuscript in preparation.
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  7. Datz C. Adverse vaccination events: Separating fact from fiction (Proceedings). Available at: http://veterinarycalendar.dvm360.com/adverse-vaccination-events- separating-fact-fiction-proceedings. Accessed May 1, 2017.

  8. Kennedy MJ, Smith LJ. Canine breed-specific considerations for anesthesia. Available at: http://www.veterinarypracticenews.com/Canine-Breed-Specific- Considerations-for-Anesthesia/. Accessed May 1, 2017.

  9. Fleming JM, Creevy KE, Promislow DE. Mortality in North American dogs from 1984-2004: an investigation into age-, size-, and breed-related causes of death. J Vet Intern Med 2011;25(2):187-198.
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Jamie L. Freyer

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