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Veterinary Focus

Odontología

Guía breve sobre... La enfermedad dental en el perro de pequeño tamaño

Fecha de publicación 09/01/2020

Escrito por Jenna Winer y Frank J.M. Verstraete

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano y English

Aunque la enfermedad dental es frecuente en todas las razas caninas, lo perros de pequeño tamaño presentan una mayor predisposición a ciertas afecciones dentales específicas. Jenna Winer y Frank Verstraete nos presentan una guía ilustrada de algunas de las afecciones dentales más frecuentes en estos perros e incluyen el tratamiento de las mismas.

Guía breve sobre... La enfermedad dental en el perro de pequeño tamaño

Puntos Clave

Los perros pequeños están especialmente predispuestos a la enfermedad periodontal.


El primer paso para la identificación de una patología oral es la exploración oral con el paciente despierto; sin embargo, la acumulación de placa dental y sarro puede llevar a la infra- o sobrevaloración del grado de periodontitis, la cual se diagnostica con sondaje periodontal y radiografías dentales intraorales.


Cuando la enfermedad endodóntica y la periodontitis son graves y crónicas se pueden producir fístulas oronasales y trayectos de drenaje. Las fístulas oronasales suelen tener la apariencia de un pequeño defecto, sin embargo, tienden a ser más grandes de lo previsto, y si no se tratan adecuadamente pueden persistir o reaparecer.


Los perros pequeños tienen riesgo de fractura mandibular, que puede ser de origen traumático, patológico o iatrogénico.


Enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal es la enfermedad que se diagnostica con mayor frecuencia en el perro 1. Los perros de razas pequeñas están especialmente predispuestos a la enfermedad periodontal, en parte debido al apiñamiento dental, al menor comportamiento de masticación (en comparación con los perros grandes), y a la dificultad del propietario para cepillar los dientes adecuadamente. En estadios avanzados se desarrolla una periodontitis (inflamación del periodonto), que conlleva la pérdida del tejido de soporte, la pérdida del hueso alveolar, la destrucción del ligamento periodontal y la recesión gingival.

El grado de acumulación de placa y sarro no siempre está correlacionado con el grado de periodontitis. Algunos perros pequeños presentan durante la exploración oral una cantidad considerable de sarro y, sin embargo, en las radiografías solo se observa una periodontitis leve (Figura 1a) (Figura 1b), mientras que en otros perros la poca cantidad de sarro subestima la extensión de la periodontitis (Figura 2a) (Figura 2b). Un componente importante de la exploración física es la exploración oral, en la que se valora el grado de enfermedad periodontal en el animal despierto; no obstante, para determinar la verdadera extensión de la enfermedad periodontal e instaurar el tratamiento adecuado es necesario realizar una exploración más detallada bajo anestesia general, que incluya el sondaje periodontal y la obtención de radiografías dentales.

Grave acumulación de sarro en el premolar izquierdo del maxilar de un Chihuahua. Nótese la posición del paciente en decúbito dorsal para la exploración oral bajo anestesia.
Figura 1a. Grave acumulación de sarro en el premolar izquierdo del maxilar de un Chihuahua. Nótese la posición del paciente en decúbito dorsal para la exploración oral bajo anestesia. © University of California — Davis
Radiografía dental intraoral (vista del canino lateral izquierdo, técnica de ángulo de bisección) que muestra el tercer incisivo, el canino y del primer al tercer premolar del maxilar izquierdo. Se observa una periodontitis leve, por lo que la extracción no está indicada. Nótese la abundante acumulación de sarro en la corona del tercer premolar del maxilar izquierdo (punta de flecha).
Figura 1b. Radiografía dental intraoral (vista del canino lateral izquierdo, técnica de ángulo de bisección) que muestra el tercer incisivo, el canino y del primer al tercer premolar del maxilar izquierdo. Se observa una periodontitis leve, por lo que la extracción no está indicada. Nótese la abundante acumulación de sarro en la corona del tercer premolar del maxilar izquierdo (punta de flecha). © University of California — Davis
Leve acumulación de placa y sarro en el premolar derecho de la mandíbula de un Caniche toy de 2 años de edad. Nótese la posición del paciente en decúbito dorsal para la exploración oral bajo anestesia. Se puede observar una leve recesión gingival en la zona de la furca del cuarto premolar derecho de la mandíbula (punta de flecha). El propietario cepillaba los dientes a este perro dos veces al día.
Figura 2a. Leve acumulación de placa y sarro en el premolar derecho de la mandíbula de un Caniche toy de 2 años de edad. Nótese la posición del paciente en decúbito dorsal para la exploración oral bajo anestesia. Se puede observar una leve recesión gingival en la zona de la furca del cuarto premolar derecho de la mandíbula (punta de flecha). El propietario cepillaba los dientes a este perro dos veces al día. © University of California — Davis
Radiografía dental intraoral (vista del premolar derecho, técnica de ángulo de bisección) que muestra una periodontitis grave caracterizada por la exposición de la furca del tercer y cuarto premolar (puntas de flecha). Se extrajeron dichas piezas sin ninguna complicación, además de otros dientes, dada la gravedad de la periodontitis.
Figura 2b. Radiografía dental intraoral (vista del premolar derecho, técnica de ángulo de bisección) que muestra una periodontitis grave caracterizada por la exposición de la furca del tercer y cuarto premolar (puntas de flecha). Se extrajeron dichas piezas sin ninguna complicación, además de otros dientes, dada la gravedad de la periodontitis. © University of California — Davis

Las indicaciones de extracción dental por una enfermedad periodontal incluyen la pérdida de soporte dentario del 50% o más (en función de la radiografía dental y del sondaje periodontal), la exposición de la furca y la movilidad excesiva del diente. Los propietarios pueden preocuparse cuando se les informa de la necesidad de extraer todos los dientes del perro (Figura 3a) (Figura 3b) (Figura 3c), pero las razas pequeñas se suelen adaptar muy bien a la ausencia de dientes y, en la revisión, muchos propietarios indican que su perro “se vuelve a comportar como un cachorro”. En algunos perros pequeños con periodontitis moderada es posible restaurar la salud del periodonto mediante la regeneración tisular guiada (Figura 4a) (Figura 4b) 2 3. Este procedimiento, ósea y periodontal y, por tanto, puede mejorar la salud periodontal del diente.

Perro mestizo de pequeño tamaño, anestesiado y en decúbito dorsal para realizar el tratamiento dental. Nótese la presencia de puentes de sarro en los dientes maxilares y la marcada gingivitis.
Figura 3a. Perro mestizo de pequeño tamaño, anestesiado y en decúbito dorsal para realizar el tratamiento dental. Nótese la presencia de puentes de sarro en los dientes maxilares y la marcada gingivitis. © University of California — Davis
Durante la limpieza dental por sonido y ultrasonido se exfoliaron el primer y el segundo premolar, y el primer y el segundo molar del maxilar izquierdo. Nótese la marcada gingivitis, la pérdida de hueso alveolar y la exposición de la furca del tercer y cuarto premolar (asteriscos).
Figura 3b. Durante la limpieza dental por sonido y ultrasonido se exfoliaron el primer y el segundo premolar, y el primer y el segundo molar del maxilar izquierdo. Nótese la marcada gingivitis, la pérdida de hueso alveolar y la exposición de la furca del tercer y cuarto premolar (asteriscos). © University of California — Davis
El odontograma y las radiografías dentales confirmaron la necesidad de extraer todos los dientes de la boca; en la foto postquirúrgica se muestran los colgajos quirúrgicos suturados con material sintético mediante sutura simple discontinua.
Figura 3c. El odontograma y las radiografías dentales confirmaron la necesidad de extraer todos los dientes de la boca; en la foto postquirúrgica se muestran los colgajos quirúrgicos suturados con material sintético mediante sutura simple discontinua. © University of California — Davis
Radiografía dental intraoral (vista del molar mandibular, técnica de ángulo paralelo) de un Terrier de Norwich que muestra una grave periodontitis en la raíz distal del primer molar izquierdo de la mandíbula (20% de pérdida ósea horizontal y 30% de pérdida ósea vertical). El tratamiento incluyó la extracción del segundo molar izquierdo de la mandíbula y la regeneración tisular guiada de la raíz distal del primer molar izquierdo de la mandíbula.
Figura 4a. Radiografía dental intraoral (vista del molar mandibular, técnica de ángulo paralelo) de un Terrier de Norwich que muestra una grave periodontitis en la raíz distal del primer molar izquierdo de la mandíbula (20% de pérdida ósea horizontal y 30% de pérdida ósea vertical). El tratamiento incluyó la extracción del segundo molar izquierdo de la mandíbula y la regeneración tisular guiada de la raíz distal del primer molar izquierdo de la mandíbula. © University of California — Davis
Radiografía dental intraoral (misma técnica) en la revisión del paciente a los tres meses de la cirugía; el grado de periodontitis mejoró del 50% de pérdida ósea al ~20-30%, y en el segundo molar izquierdo de la mandíbula se observa la remodelación del sitio de la extracción.
Figura 4b. Radiografía dental intraoral (misma técnica) en la revisión del paciente a los tres meses de la cirugía; el grado de periodontitis mejoró del 50% de pérdida ósea al ~20-30%, y en el segundo molar izquierdo de la mandíbula se observa la remodelación del sitio de la extracción. © University of California — Davis

Fístula oronasal

La fístula oronasal es una comunicación entre la cavidad oral y la nasal revestida de epitelio. Las fístulas pueden ser congénitas (p.ej., paladar hendido) o adquiridas (p.ej., por un traumatismo penetrante). Las causas más frecuentes de la fístula oronasal son la periodontitis (Figura 5a) (Figura 5b) (Figura 5c) y la deficiente cicatrización tras la extracción inadecuada de un canino del maxilar (Figura 6a) (Figura 6b) (Figura 6c) (Figura 6d). Las razas pequeñas, especialmente el Teckel y el Caniche Miniatura, están predispuestas al desarrollo de fístulas oronasales en los caninos maxilares, aunque pueden presentarse en cualquier diente maxilar y en cualquier raza. El veterinario debe sospechar una posible fístula oronasal cuando en la historia clínica el propietario indique la presencia de estornudos, particularmente asociados a la ingesta de agua o comida, y de descarga nasal, que puede ser mucosa, serosa o serosanguinolenta. El fracaso en la reparación de una fístula oronasal suele deberse a que el colgajo quirúrgico es demasiado pequeño y/o a la tensión en la sutura. Además, el veterinario debe prestar especial atención al desepitelizar los márgenes del defecto para asegurar una cicatrización fresca y con sangrado en los márgenes tisulares.

Perro cruce de Maltés, anestesiado en decúbito dorsal; el diente maxilar izquierdo muestra una gran acumulación de sarro y una recesión gingival grave.
Figura 5a. Perro cruce de Maltés, anestesiado en decúbito dorsal; el diente maxilar izquierdo muestra una gran acumulación de sarro y una recesión gingival grave. © University of California — Davis
La radiografía dental intraoral (vista lateral del canino izquierdo, técnica de ángulo de bisección) revela una pérdida ósea vertical del 80% en el canino maxilar izquierdo, lo cual es compatible con una fístula oronasal. La radiografía también revela la pérdida de casi todo el soporte del segundo incisivo del maxilar izquierdo con una leve dilaceración de la raíz y una pérdida ósea horizontal del 80% en el tercer incisivo del maxilar izquierdo, el cual es microdonte. Además, faltan el primer y segundo premolar del maxilar izquierdo. El perro presenta una acumulación abundante de sarro en la corona del canino del maxilar izquierdo, el cual tiene una conformación de la raíz anormalmente recta.
Figura 5b. La radiografía dental intraoral (vista lateral del canino izquierdo, técnica de ángulo de bisección) revela una pérdida ósea vertical del 80% en el canino maxilar izquierdo, lo cual es compatible con una fístula oronasal. La radiografía también revela la pérdida de casi todo el soporte del segundo incisivo del maxilar izquierdo con una leve dilaceración de la raíz y una pérdida ósea horizontal del 80% en el tercer incisivo del maxilar izquierdo, el cual es microdonte. Además, faltan el primer y segundo premolar del maxilar izquierdo. El perro presenta una acumulación abundante de sarro en la corona del canino del maxilar izquierdo, el cual tiene una conformación de la raíz anormalmente recta. © University of California — Davis
Canino del maxilar izquierdo tras la limpieza dental; la sonda periodontal se ha introducido mesiopalatalmente y revela una profundidad superior a 12 mm, lo cual es compatible con una fístula oronasal.
Figura 5c. Canino del maxilar izquierdo tras la limpieza dental; la sonda periodontal se ha introducido mesiopalatalmente y revela una profundidad superior a 12 mm, lo cual es compatible con una fístula oronasal. © University of California — Davis
Fístula oronasal (punta de flecha) en el lugar donde falta el canino del maxilar derecho de un Teckel Miniatura tras haber fracasado dos veces en el intento de reparación por el veterinario que refirió el caso. La línea punteada representa la línea de incisión prevista.
Figura 6a. Fístula oronasal (punta de flecha) en el lugar donde falta el canino del maxilar derecho de un Teckel Miniatura tras haber fracasado dos veces en el intento de reparación por el veterinario que refirió el caso. La línea punteada representa la línea de incisión prevista. © University of California — Davis
La radiografía dental intraoral (vista lateral del canino derecho, técnica de ángulo de bisección) confirma la ausencia del canino del maxilar derecho con pérdida ósea y patrón geográfico alrededor, en la región de los cornetes nasales, lo cual es compatible con una fístula oronasal.
Figura 6b. La radiografía dental intraoral (vista lateral del canino derecho, técnica de ángulo de bisección) confirma la ausencia del canino del maxilar derecho con pérdida ósea y patrón geográfico alrededor, en la región de los cornetes nasales, lo cual es compatible con una fístula oronasal. © University of California — Davis
La reconstrucción tridimensional por tomografía computarizada de haz cónico revela la considerable extensión de la pérdida ósea localizada con patrón geográfico en la fístula oronasal derecha.
Figura 6c. La reconstrucción tridimensional por tomografía computarizada de haz cónico revela la considerable extensión de la pérdida ósea localizada con patrón geográfico en la fístula oronasal derecha. © University of California — Davis
Fotografía intraoperatoria que muestra a los alveolos vacíos del tercer incisivo del maxilar derecho (punta de flecha) y del primer premolar del maxilar derecho, así como el colgajo quirúrgico preparado para reparar la fístula oronasal en el lugar donde previamente faltaba el canino del maxilar derecho (flecha). Muchas veces la exploración oral de una fístula subestima la verdadera extensión de pérdida ósea, y por tanto, suele ser necesario utilizar colgajos grandes para reparar el defecto sin tensión, maximizando las posibilidades de conseguir una curación definitiva exitosa.
Figura 6d. Fotografía intraoperatoria que muestra a los alveolos vacíos del tercer incisivo del maxilar derecho (punta de flecha) y del primer premolar del maxilar derecho, así como el colgajo quirúrgico preparado para reparar la fístula oronasal en el lugar donde previamente faltaba el canino del maxilar derecho (flecha). Muchas veces la exploración oral de una fístula subestima la verdadera extensión de pérdida ósea, y por tanto, suele ser necesario utilizar colgajos grandes para reparar el defecto sin tensión, maximizando las posibilidades de conseguir una curación definitiva exitosa. © University of California — Davis

Trayectos de drenaje de origen endodóntico

Un trayecto de drenaje de origen endodóntico es un trayecto revestido de tejido de granulación a través del cual se drena la descarga purulenta de una lesión periapical hacia la cara. La presentación típica es la inflamación suborbital asociada al cuarto premolar maxilar, debido a una enfermedad endodóntica o a una patología que combina la afección periodonto-endodóntica del diente. No obstante, cualquier patología dental endodóntica puede originar un trayecto  de drenaje 4. Los trayectos de drenaje intraorales salen al exterior través de un absceso o párulis, que suele localizarse en la zona apical o cerca de la unión mucogingival. A los pacientes con lesiones faciales crónicas se les debe realizar una exhaustiva exploración oral utilizando el periodontograma y las radiografías dentales para descartar una etiología dental subyacente (Figura 7a) (Figura 7b) (Figura 7c). 

Este Shih Tzu presentaba un trayecto de drenaje facial crónico localizado entre los ojos. Los propietarios detectaron la lesión primero, hace unos dos años, y el perro recibió tratamiento médico sin conseguir su resolución. La exploración oral revela una grave abrasión de los caninos e incisivos del maxilar.
Figura 7a. Este Shih Tzu presentaba un trayecto de drenaje facial crónico localizado entre los ojos. Los propietarios detectaron la lesión primero, hace unos dos años, y el perro recibió tratamiento médico sin conseguir su resolución. La exploración oral revela una grave abrasión de los caninos e incisivos del maxilar. © University of California — Davis
La radiografía dental intraoral (vista oclusal del maxilar, técnica de ángulo de bisección) confirmó la abrasión de incisivos y caninos del maxilar, así como un área radiolúcida de coalescencia bien definida (punta de flecha) que abarca el primer y segundo incisivos derecho e izquierdo.
Figura 7b. La radiografía dental intraoral (vista oclusal del maxilar, técnica de ángulo de bisección) confirmó la abrasión de incisivos y caninos del maxilar, así como un área radiolúcida de coalescencia bien definida (punta de flecha) que abarca el primer y segundo incisivos derecho e izquierdo. © University of California — Davis
Una segunda radiografía (vista lateral del canino izquierdo, técnica de ángulo de bisección) mostró un canino del maxilar izquierdo sin vitalidad (fracaso de estrechamiento de la cavidad pulpar y radiolucidez periapical bien definida (puntas de flecha)). Se extrajeron todos los dientes incisivos del maxilar y el canino del maxilar izquierdo, y se realizó un lavado orofacial con solución al 1% de povidona yodada. Al cabo de 2 semanas, en la siguiente revisión, el trayecto de drenaje se había resuelto.
Figura 7c. Una segunda radiografía (vista lateral del canino izquierdo, técnica de ángulo de bisección) mostró un canino del maxilar izquierdo sin vitalidad (fracaso de estrechamiento de la cavidad pulpar y radiolucidez periapical bien definida (puntas de flecha)). Se extrajeron todos los dientes incisivos del maxilar y el canino del maxilar izquierdo, y se realizó un lavado orofacial con solución al 1% de povidona yodada. Al cabo de 2 semanas, en la siguiente revisión, el trayecto de drenaje se había resuelto. © University of California — Davis

Fractura mandibular

Los perros pequeños son susceptibles a la fractura mandibular. Las fracturas pueden tener un origen traumático, patológico o iatrogénico. Entre las causas traumáticas se incluyen los accidentes de coche o las mordeduras por otros perros (más grandes). La causa más frecuente de una fractura patológica en un perro de pequeño tamaño es la periodontitis crónica grave (Figura 8a) (Figura 8b) (Figura 8c). Los perros pequeños también presentan riesgo de fracturas iatrogénicas, por ejemplo, cuando durante una extracción dental se emplea demasiada fuerza.

Este Pug de 6 años de edad presentaba una historia clínica de posible dolor oral de dos meses de duración. La radiografía dental intraoral (vista del premolar izquierdo de la mandíbula, técnica de ángulo de bisección) reveló un defecto completo, transversal y temprano de no unión de una fractura a través del alvéolo de la raíz distal del tercer premolar izquierdo de la mandíbula y de la raíz mesial del cuarto premolar izquierdo de la mandíbula. Los dientes premolares están apiñados y hay una pérdida total del soporte de las raíces en la línea de fractura. Se sospecha de una fractura secundaria a la periodontitis grave, probablemente acelerada por el apiñamiento y la rotación de esos dientes.
Figura 8a. Este Pug de 6 años de edad presentaba una historia clínica de posible dolor oral de dos meses de duración. La radiografía dental intraoral (vista del premolar izquierdo de la mandíbula, técnica de ángulo de bisección) reveló un defecto completo, transversal y temprano de no unión de una fractura a través del alvéolo de la raíz distal del tercer premolar izquierdo de la mandíbula y de la raíz mesial del cuarto premolar izquierdo de la mandíbula. Los dientes premolares están apiñados y hay una pérdida total del soporte de las raíces en la línea de fractura. Se sospecha de una fractura secundaria a la periodontitis grave, probablemente acelerada por el apiñamiento y la rotación de esos dientes. © University of California — Davis
La reconstrucción tridimensional mediante tomografía computarizada de haz cónico proporcionó información detallada sobre la fractura (puntas de flecha).
Figura 8b. La reconstrucción tridimensional mediante tomografía computarizada de haz cónico proporcionó información detallada sobre la fractura (puntas de flecha). © University of California — Davis
Tras la extracción quirúrgica del tercer y cuarto premolar izquierdo de la mandíbula, se colocó un alambre interdental de Risdon y una férula de composite para estabilizar la fractura durante el proceso de curación. Nótese que la foto se tomó con el paciente en decúbito dorsal.
Figura 8c. Tras la extracción quirúrgica del tercer y cuarto premolar izquierdo de la mandíbula, se colocó un alambre interdental de Risdon y una férula de composite para estabilizar la fractura durante el proceso de curación. Nótese que la foto se tomó con el paciente en decúbito dorsal. © University of California — Davis

Úlceras orales

Mucosa oral del maxilar derecho de un Chihuahua con ulceración crónica (puntas de flecha blancas) compatible con una estomatitis paradental ulcerativa crónica. Existe una abundante acumulación de placa (punta de flecha negra). El paciente se encuentra en posición decúbito dorsal.
Figura 9. Mucosa oral del maxilar derecho de un Chihuahua con ulceración crónica (puntas de flecha blancas) compatible con una estomatitis paradental ulcerativa crónica. Existe una abundante acumulación de placa (punta de flecha negra). El paciente se encuentra en posición decúbito dorsal. © University of California — Davis

La estomatitis paradental ulcerativa crónica (EPUC) se caracteriza por la presencia de úlceras orales dolorosas que generalmente se localizan en la mucosa oral (mucositis), aunque también pueden presentarse en la lengua (glositis) o en la mucosa del paladar. El paciente reacciona de forma exagerada a la presencia de placa, dando lugar a la formación de úlceras de contacto (Figura 9). Resulta interesante que, frecuentemente, estos perros presenten una acumulación normal o excesiva de placa, y sin embargo, la formación de sarro sea menor a la esperada. Las opciones de tratamiento se basan en el manejo conservador de la dentadura o en la extracción de todas las piezas dentarias. El tratamiento conservador de la dentadura, que puede ser frustrante para los propietarios, incluye la valoración exhaustiva del estado de salud oral (mediante radiografías dentales y el periodontograma), la extracción de cualquier diente que cumpla con los criterios establecidos, la biopsia de una o varias lesiones representativas de la lesión para el diagnóstico, el tratamiento periodontal y el tratamiento antiinflamatorio, antibiótico y analgésico. Para retrasar la reaparición del dolor se debe mantener una cuidadosa higiene oral que incluya el cepillado dental por parte de los propietarios, así como el tratamiento periodontal profesional con el animal anestesiado cada 3-6 meses, o según sea necesario para mantener un confort oral. La extracción de todas las piezas dentarias es un proceso quirúrgico invasivo que elimina la placa próxima al dorso de la lengua y, por tanto, es una opción terapéutica más duradera o permanente que el tratamiento conservador.

Dentición decidua persistente

Shih Tzu de 1 año de edad, anestesiado y en decúbito dorsal, preparado para la exploración y el tratamiento. La foto muestra el maxilar rostral con incisivos deciduos persistentes (del primer al tercer incisivo izquierdo y del primer al tercer incisivo derecho [puntas de flecha]) y caninos deciduos persistentes del maxilar derecho e izquierdo (flechas). Los dientes deciduos persistentes fueron extraídos.
Figura 10. Shih Tzu de 1 año de edad, anestesiado y en decúbito dorsal, preparado para la exploración y el tratamiento. La foto muestra el maxilar rostral con incisivos deciduos persistentes (del primer al tercer incisivo izquierdo y del primer al tercer incisivo derecho [puntas de flecha]) y caninos deciduos persistentes del maxilar derecho e izquierdo (flechas). Los dientes deciduos persistentes fueron extraídos. © University of California — Davis

Los dientes deciduos persistentes son dientes primarios que no se han perdido fisiológicamente en el momento de la erupción de sus sucesores permanentes. Suele afectar con mayor frecuencia a los dientes caninos e incisivos de razas toy (Figura 10) 5. Los dientes deciduos persistentes pueden provocar apiñamiento dental y alterar el contorno gingival, lo cual predispone al diente permanente a padecer antes la enfermedad periodontal. Además, estos dientes pueden alterar la vía de salida de los dientes permanentes, lo que da lugar a la maloclusión. No obstante, no está indicada la extracción del diente deciduo persistente cuando no ha erupcionado su diente permanente sucesor y si desde el punto de vista periodóntico y endodóntico el diente está sano.

Maloclusión

Dientes rostrales izquierdos en un Maltés de 8 meses de edad, en los que se observa una maloclusión esquelética (“mordida en pinza” de los incisivos) y una maloclusión dental (el canino izquierdo de la mandíbula está girado rostral y lingualmente, y contacta con el tercer incisivo del maxilar izquierdo causando una ligera bucoversión de dicho diente).
Figura 11. Dientes rostrales izquierdos en un Maltés de 8 meses de edad, en los que se observa una maloclusión esquelética (“mordida en pinza” de los incisivos) y una maloclusión dental (el canino izquierdo de la mandíbula está girado rostral y lingualmente, y contacta con el tercer incisivo del maxilar izquierdo causando una ligera bucoversión de dicho diente). © University of California — Davis

Muchos perros de pequeño tamaño presentan maloclusión. La maloclusión puede ser esquelética (por discrepancia de tamaño, longitud o posición de la mandíbula), dental (por la mala posición de un diente), o una combinación de ambas (Figura 11). Las razas braquicéfalas, por ejemplo, son razas con maloclusión esquelética (braquignatismo maxilar relativo). La maloclusión únicamente requiere tratamiento cuando origina un traumatismo dental o de los tejidos blandos. Entre las opciones de tratamiento se incluyen la extracción del diente problemático, el desplazamiento mediante ortodoncia, la reducción de la corona seguida de endodoncia o de terapia pulpar vital.

Referencias

  1. Lund E, Armstrong P, Kirk CA, et al. Health status and population characteristics of dogs and cats examined at private veterinary practices in the United States. J Am Vet Med Assoc 1999;214:1336-1341.
  2. Villar CC, Cochran DL. Regeneration of periodontal tissues: guided tissue regeneration. Dent Clin North Am 2010;54:73-92.
  3. Gingerich W, Stepaniuk K. Guided tissue regeneration for infrabony pocket treatment in dogs. J Vet Dent 2010;28:282-288.
  4. Schneider LA, Peralta S. Diagnostic imaging in veterinary dental practice. J Am Vet Med Assoc 2013;243:783-785.
  5. Hale FA. Juvenile veterinary dentistry. Vet Clin North Am Small Anim Pract 2005;35:789-817.
Jenna Winer

Jenna Winer

La Dra. Winer se licenció por la Universidad de California, Davis, en el 2014. Leer más

Frank J.M. Verstraete

Frank J.M. Verstraete

El Dr. Verstraete, tras licenciarse por la Universidad de Ghent, continuó su formación en la Universidad de Pretoria, donde realizó la residencia en Cirugía de Pequeños Animales. Leer más