Juguetes dispensadores de comida para gatos
Muchos gatos dependen del horario de comidas y del método de alimentación establecidos por el propietario...
Número de edición 29.1 Otros artículos científicos
Fecha de publicación 23/05/2019
Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Português y English
Es frecuente que los gatitos y los gatos jóvenes se presenten en la consulta veterinaria por “problemas oculares”. En este artículo, Thomas Large y Ben Blacklock nos ofrecen un resumen de los trastornos más frecuentes — y no tan frecuentes — con los que nos podemos encontrar.
Los trastornos oculares congénitos se pueden presentar muchas veces como un conjunto de anomalías clínicas, por lo que siempre se debe realizar un examen oftalmológico detallado.
La reseña del paciente, incluyendo la raza y la edad, es especialmente importante en la elaboración de la lista de diagnósticos diferenciales, ya que permite incluir anomalías congénitas y hereditarias como posibles causas de los trastornos oculares.
Los resultados de las pruebas de PCR para detectar causas infecciosas siempre se deben interpretar teniendo en cuenta el cuadro clínico del paciente.
El diagnóstico de las causas infecciosas de conjuntivitis puede resultar complicado y como parte del plan diagnóstico y terapéutico puede ser necesario realizar un tratamiento para valorar la respuesta al mismo.
Existe una amplia variedad de trastornos oftalmológicos que pueden afectar a los gatitos y gatos jóvenes. En este artículo se hace una revisión de la presentación clínica de los trastornos oculares congénitos y adquiridos más frecuentes, y no tan frecuentes, que puede ser útil para orientar el diagnóstico y el tratamiento. Los trastornos se han clasificado en función de las regiones anatómicas implicadas (Tabla 1), pero el solapamiento es inevitable, ya que algunos trastornos afectan a varias estructuras del ojo.
Globo ocular |
• Microftalmia |
Tejidos perioculares |
• Coloboma palpebral • Entropión • Prolapso de la glándula de la membrana nictitante • Epífora |
Conjuntiva |
• Conjuntivitis infecciosa • Oftalmia neonatal |
Enfermedad de la córnea |
• Dermoides |
Enfermedad uveal |
• Persistencia de la membrana pupilar
• Quistes uveales • Enfermedad del cristalino |
Enfermedad de la retina |
• Displasia de la retina |
Tabla 1. Diferentes trastornos oftalmológicos en gatitos.
La microftalmia es un defecto congénito en el desarrollo completo del globo ocular y se puede presentar como una reducción del tamaño del globo ocular unilateral o bilateral, acompañado de otros signos como la enoftalmia, la protrusión del tercer parpado y el entropión 1 2. En algunos informes de casos clínicos se ha observado que la microftalmia puede presentarse junto con otras anomalías oculares como el coloboma palpebral, dermoides corneales, coloboma coroidal e hipoplasia coroidal 1 2. Si se produce una enfermedad secundaria de la córnea o cualquier molestia como consecuencia de anomalías concomitantes puede ser necesaria la enucleación del ojo afectado 2.
El coloboma palpebral es una malformación congénita del párpado, cuya causa subyacente todavía se desconoce. Este trastorno puede ser unilateral o bilateral y generalmente afecta al margen temporal del párpado superior. La gravedad del defecto de párpado puede variar en tamaño y observarse desde pequeñas hendiduras hasta la ausencia total de secciones más grandes de tejido palpebral 3. El coloboma palpebral se ha descrito muchas veces asociado a otras anomalías de segmentos anteriores o posteriores — como la membrana pupilar persistente, la displasia retiniana y la ausencia de tapetum — como parte del “síndrome colobomatoso” 1. Los signos clínicos relacionados con el coloboma palpebral pueden variar en función de la gravedad del defecto. Los signos clínicos más frecuentes son la inflamación corneal, la úlcera corneal y la irritación corneal secundaria a la exposición de la córnea (debido al cierre ineficaz de los párpados) y la triquiasis de pelos adyacentes que se dirigen hacia la córnea 1 3. En la Figura 1 se muestra un ejemplo de coloboma palpebral.
Las opciones terapéuticas del coloboma palpebral son fundamentalmente quirúrgicas y están orientadas a restablecer, lo máximo posible, la funcionalidad de la fisura palpebral, así como a prevenir la triquiasis y la continua irritación de la córnea. En los defectos leves con inversión del párpado, la técnica estándar de Hotz-Celsus suele ser suficiente para evitar la continua irritación corneal asociada a la triquiasis. En defectos más grandes se pueden realizar diferentes técnicas quirúrgicas que implican la transposición del tejido periocular adyacente para reconstruir el margen palpebral. La técnica de Roberts y Bistner, por ejemplo, consiste en disecar quirúrgicamente un colgajo miocutáneo y transponerlo desde la parte lateral del párpado inferior a la parte lateral del párpado superior para crear un nuevo margen palpebral 4. Otra técnica que ha demostrado tener éxito en el tratamiento del coloboma palpebral en gatos, se basa en la creación de una comisura labial para la transposición de labio a párpado, para lo cual se diseca quirúrgicamente el labio superior e inferior con un colgajo cutáneo y se rota para crear un nuevo canto lateral 5. En la Figura 2 se muestra un ejemplo de esta técnica. En casos de exposición corneal o triquiasis puede ser de ayuda la utilización de lubricantes para proteger la córnea antes de realizar la corrección quirúrgica.
El entropión es la inversión inadecuada del párpado superior o (más frecuentemente) del inferior y puede provocar una irritación corneal crónica que derive en edema corneal, úlcera corneal, pigmentación corneal y vascularización. El entropión primario es menos frecuente en el gato que en el perro y se ha descrito una mayor incidencia en razas braquicéfalas como el Persa 3.
Thomas P. Large
El entropión también puede ser secundario al blefaroespasmo, en cuyo caso, la inversión del párpado puede volverse permanente 3. Por tanto, en un gatito con una historia de de dolor o inflamación ocular, la etiología del entropión puede ser primaria o secundaria. Si se desarrolla una enfermedad corneal secundaria es necesaria la resolución quirúrgica del entropión. En los casos leves puede no ser necesaria la corrección quirúrgica, pero sería razonable realizar un seguimiento del paciente para detectar la posible presencia de signos de enfermedad corneal secundaria. La técnica quirúrgica que más se utiliza es la de Hotz-Celsus 6 y los resultados se pueden apreciar en la Figura 3. En un estudio reciente se realizó una evaluación a 124 gatos sometidos al tratamiento quirúrgico del entropión, y se encontró que el éxito de la técnica de Hotz-Celsus combinada con el cierre del canto lateral es del 99,21% 6. En ese mismo estudio se encontró que solo con la técnica de Hotz-Celsus se puede corregir el entropión del párpado inferior, sin embargo, en gatos más mayores el cierre del canto lateral puede ayudar a prevenir las recidivas 6.
El prolapso de la glándula de la membrana nictitante se ha descrito en varias razas como el Burmés, el Persa y el Común Europeo. Aunque no sea un trastorno congénito en sentido estricto, la edad de la presentación es variable y puede manifestarse en gatitos y gatos jóvenes de hasta seis años de edad 3. La recolocación quirúrgica de la glándula de la membrana nictitante mediante la técnica de bolsillo de Morgan ha demostrado ser efectiva y sin producirse recidivas, en tres casos individuales de las razas mencionadas anteriormente 7.
El conducto nasolacrimal de los gatos braquicéfalos tiene un trayecto mucho más sinuoso que el de los mesocéfalos y dolicocéfalos, lo que puede conducir a la obstrucción del drenaje normal de las lágrimas 8 9. Esta malformación anatómica puede dar lugar a una epífora persistente, sin embargo, antes de asumir una causa estructural se deben descartar otras causas patológicas como las enfermedades inflamatorias, infecciosas o traumáticas. En los gatos braquicéfalos se puede observar una coloración persistente del canto medial por el lagrimeo excesivo, por lo que un consejo práctico que se puede dar al propietario es que limpie con frecuencia el canto medial del ojo y los pliegues cutáneos nasales para evitar la maceración secundaria de la piel periocular.
La conjuntivitis es muy frecuente en los gatos jóvenes — de hecho, es uno de los signos de enfermedad oftálmica más frecuente — y se debe abordar siguiendo un enfoque lógico teniendo en cuenta los diagnósticos diferenciales más frecuentes. En muchos casos se puede observar edema conjuntival, blefaroespasmo y una secreción ocular mucopurulenta. Aunque inicialmente, no es inadecuado el tratamiento tópico con antibióticos de amplio espectro, determinadas enfermedades a menudo persisten y es necesario instaurar un tratamiento más específico, tal y como se describe a continuación.
Existen diversas causas de conjuntivitis infecciosa en los gatitos y gatos jóvenes, como el herpesvirus felino (FHV), la Chlamydophila felis (C. felis), el calicivirus, el Mycoplasma y otras infecciones bacterianas.
El FHV se caracteriza por la presentación de episodios recurrentes de rinotraqueitis, conjuntivitis, úlcera corneal y queratitis. La gran mayoría de los gatos y gatitos (se ha indicado hasta un 97%) estarán expuestos al FHV en algún momento de su vida y se transmite a través de aerosoles o por contacto directo con animales infectados 10. El FHV puede diseminarse a lo largo de las terminaciones del nervio trigémino y alojarse en el ganglio trigémino, lo que dará lugar a una infección latente en más del 80% de los gatos infectados. Aproximadamente el 50% de estos gatos manifestará “brotes” de recrudescencia de los signos clínicos secundarios al estrés, a una enfermedad concomitante o a la administración de corticoesteroides 10. La infección inicial puede comenzar a partir de las 8 semanas de edad y puede manifestarse con rinotraqueitis, conjuntivitis, queratitis y úlceras punctatas o dendríticas (Figura 4) 10 11.
Un signo clínico distintivo de la infección por el FHV es el desarrollo de úlceras corneales dendríticas, que se pueden apreciar como un defecto corneal de forma lineal ramificada 12. Las úlceras dendríticas se suelen detectar con la tinción de fluoresceína, tal y como se muestra en la Figura 5; las lesiones más pequeñas se pueden observar más fácilmente mediante la tinción de la córnea con Rosa de Bengala. A medida que el curso de la enfermedad progresa, las úlceras dendríticas pueden coalescer formando grandes áreas de úlceras corneales geográficas 12. Se puede producir un simbléfaron, ya que la conjuntiva inflamada o el tejido corneal puede crear adhesiones locales y, en cuanto estas se observen, se deben separar mediante la suave manipulación para evitar que se formen adhesiones permanentes 3. La recrudescencia del FHV suele presentarse con signos clínicos similares y más leves que los de una infección aguda, pero también se puede desarrollar una queratitis estromal crónica 10.
Se puede considerar la realización de la prueba de PCR y la citología de la conjuntiva/córnea. Sin embargo, dado que la mayoría de los gatos han estado expuestos al FHV, con la PCR se pueden producir falsos positivos y falsos negativos, por lo que los resultados se deben interpretar con cautela y siempre se debe tener en cuenta la presentación clínica y la historia clínica 10.
La citología de la conjuntiva y de la córnea puede ayudar a descartar otros trastornos parecidos, como la infección por C. felis. La respuesta al tratamiento también se debe considerar orientativa del diagnóstico y del tratamiento. La recrudescencia del FHV, en muchos casos leves, es autolimitante y puede no ser necesario el tratamiento, sin embargo, en caso de ser necesario el tratamiento, se recomienda la administración sistémica de famciclovir a razón de 90 mg/kg PO, dos veces al día 13. La duración del tratamiento puede variar en función de la respuesta, y generalmente, es necesario continuar con el tratamiento una vez resueltos los signos clínicos 13. También se pueden tratar las posibles infecciones bacterianas con antibióticos tópicos 14.
La infección por la bacteria intracelular C. felis puede manifestarse con conjuntivitis uni- o bilateral y quemosis en gatos jóvenes 3. Se transmite a través de aerosoles o por contacto del entorno con el patógeno. El diagnóstico se puede realizar con un kit comercial que utiliza un dispositivo especial para la toma de muestras1 o mediante la obtención estándar de muestras conjuntivales con un hisopo y el posterior examen citológico, en el que se pueden detectar cuerpos de inclusión en las células epiteliales 14. Las pruebas de PCR de hisopos conjuntivales también pueden ser sensibles para detectar C. felis en un ojo infectado, sin embargo, la sensibilidad disminuye con la cronicidad y, por tanto, puede ser una prueba menos fiable para el diagnóstico de casos crónicos 15. Los resultados negativos en la citología y en la PCR no permiten descartar por completo la presencia de C. felis, por lo que, a veces, el tratamiento se decide en función únicamente de la sospecha clínica basada en la presentación, signos clínicos y en la menor sospecha de otras causas de conjuntivitis (especialmente si no se observa una úlcera corneal). El tratamiento consiste en la administración sistémica, por vía oral, de doxiciclina a dosis de 10 mg/kg al día durante un mínimo de 28 días 16. Cabe señalar que es recomendable la administración de doxiciclina, con el alimento o en un bolus oral de pequeño volumen de líquido, para reducir el riesgo de estenosis esofágica. Los signos clínicos muchas veces se resuelven después de varios días, pero se debe continuar hasta completar el curso del tratamiento.
1 p.ej., *Cytobrush® (Medscand®)
Ben T. Blacklock
Los calicivirus a veces pueden causar conjuntivitis en el gato, pero esta infección esta principalmente asociada con la enfermedad del tracto respiratorio superior y a la estomatitis 17. Se transmite a través del contacto con otros animales infectados o con el entorno. El diagnóstico se puede realizar con la prueba de PCR en hisopos conjuntivales, aunque los resultados positivos se deben interpretar con cautela, porque puede tratarse de un gato portador persistentemente infectado. La conjuntivitis asociada al calicivirus suele resolverse espontáneamente 3.
La oftalmia neonatal es el término utilizado para describir una conjuntivitis importante en el gatito neonato. Si los párpados permanecen fusionados,14 días después del parto, muchas veces se desarrolla un edema de la órbita, debido a la acumulación de una secreción mucopurulenta (Figura 6) 3 18. Puede ser necesario tener que abrir los párpados, ya sea mediante la manipulación manual o con una incisión a lo largo del margen palpebral para drenar la secreción mucopurulenta y permitir la aplicación del tratamiento antibiótico tópico.
Los dermoides corneales son anomalías congénitas que se observan con poca frecuencia en gatitos. Esta anomalía se ha descrito en el gato Doméstico de Pelo Corto, el Sagrado de Birmania y el Burmés 19. Los dermoides son masas de tejido cutáneo que se localizan de forma anormal en la superficie ocular o en estructuras íntimamente relacionadas. Se han descrito en varias localizaciones, como la región epibulbar, la córnea temporal lateral y la córnea dorsal 19 20 21. El examen histológico de los dermoides oculares ha revelado que su estructura es similar a la de la piel; con una capa epidérmica, otra capa subcuticular y una capa dérmica, incluyendo glándulas sebáceas y folículos pilosos. Los signos clínicos asociados a los dermoides pueden incluir la epífora, el blefaroespasmo, la conjuntivitis y la blefaritis, debido a la irritación provocada por el contacto de las estructuras oculares involucradas con el pelo (Figura 7) 18.
Para eliminar el dermoide corneal es necesario el tratamiento quirúrgico. La técnica que se utiliza para separar el tejido anormal del tejido normal subyacente es la queratectomía superficial. El pronóstico de la cirugía es bueno si se consigue eliminar todo el tejido anormal.
La membrana pupilar persistente (MPP) es un remanente embrionario de la tunica vaculosa lentis (irrigación del cristalino en desarrollo). En el gato, la MPP puede ser unilateral o bilateral y su aspecto es el de unas hebras finas, filamentosas y pigmentadas que parten del collarete iridiano (región media del iris) y se pueden insertar en otras estructuras oculares, como el endotelio de la córnea, el cristalino y el iris, o bien, pueden flotar libremente en la cámara anterior del ojo (Figura 8) 22 23. En algunos casos, la MPP se adhiere al endotelio de la córnea y se puede desarrollar de forma secundaria una opacidad de la córnea que provoque la tracción del endotelio, lo que dará lugar a la aparición de un edema corneal focal 19. El diagnóstico de la MPP se basa en la exploración física y en la diferenciación de la MPP verdadera de la sinequia secundaria a otros trastornos oftalmológicos. La presencia de hebras pigmentadas que se originan en el collarete iridiano y la ausencia de otras anomalías oculares que indiquen una posible enfermedad ocular anterior es sugestiva de una MPP verdadera. El tratamiento no suele ser necesario, pero en caso de serlo, las opciones terapéuticas incluyen la administración tópica de midriáticos y la transección quirúrgica 3.
El quiste uveal anterior es un hallazgo poco frecuente en gatos y puede producirse como consecuencia de un defecto congénito en el que no se produce la correcta adhesión de las capas de la copa óptica. También se puede producir de forma espontánea o puede ser secundario a lesiones oculares 24 25. Los quistes uveales pueden afectar a un ojo o a ambos; suelen ser esféricos, pigmentados y puede presentarse un solo quiste o varios de diferentes tamaños en cualquier lugar del margen pupilar posterior 24. La mayoría de los quistes uveales anteriores no suelen requerir tratamiento, sin embargo, si son grandes y causan trastornos secundarios (como la obstrucción de la visión o el aumento de la presión intraocular) se puede considerar el tratamiento quirúrgico mediante fotocoagulación con láser 26.
Las cataratas son opacidades focales o difusas del cristalino y, en el gato, pueden ser de origen congénito o adquirido. Las cataratas pueden identificarse fácilmente mediante el examen visual, pero también es posible que sea necesaria una exploración oftalmoscópica detallada para su detección (Figura 9). En un reciente estudio retrospectivo de series de casos, se encontró que el 15% de los gatos remitidos a un veterinario oftalmólogo, para la valoración de cataratas, presentaba cataratas de origen congénito 27. Aunque las cataratas son menos frecuentes en el gato que en el perro, se han descrito cataratas congénitas en el Sagrado de Birmania, el Himalaya, el Persa y el Británico de Pelo Corto.
Se ha descrito la aparición de cataratas de desarrollo en gatitos criados a mano con lactorreemplazantes comerciales, y posiblemente, las cataratas estaban asociadas a niveles séricos bajos de arginina durante dicho periodo de alimentación 28. Por tanto, hay factores ambientales que también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de cataratas desde edades tempranas.
El síndrome de Chediak-Higashi es un trastorno hereditario autosómico recesivo que se puede presentar junto con cataratas congénitas, así como con palidez del iris, fotofobia, hipopigmentación del fundus y degeneración tapetal 29.
En el gato, el tratamiento de las cataratas depende de la gravedad y si las cataratas causan una enfermedad secundaria, se puede considerar la facoemulsificación 3.
La displasia de la retina es una malformación congénita de los tejidos retinianos. La apariencia de la displasia de la retina se caracteriza por la formación de pliegues retinianos o rosetas. Se han descrito varias causas de la displasia de la retina como el virus de la leucemia felina y el virus de la panleucopenia felina, y también se puede presentar junto con otros trastornos oftalmológicos congénitos como los colobomas del párpado y el síndrome Chediak-Higashi 3.
Aunque en el gato, las presentaciones de los trastornos oftalmológicos congénitos sean poco frecuentes y suelan ser específicas de ciertas razas, es importante que el veterinario esté familiarizado con ellas. La familiarización con la manifestación de los diferentes trastornos oftalmológicos congénitos y la realización de un buen examen oftalmológico puede ayudar en gran medida al veterinario a asesorar al propietario sobre las diferentes opciones terapéuticas y el pronóstico de cada paciente en particular. Conocer bien los signos clínicos distintivos de enfermedades específicas, así como las pruebas diagnósticas específicas disponibles y las opciones terapéuticas para cada individuo implica un manejo efectivo de la mayoría de los casos. Se puede encontrar más información sobre los temas tratados en este artículo, incluyendo las técnicas quirúrgicas, en las referencias citadas.
Thomas P. Large
Thomas Large se licenció por la Facultad de Medicina y Ciencia Veterinaria de la Universidad de Nottingham en el 2015 y desde entonces, ha ejercido como Leer más
Ben T. Blacklock
Ben Blacklock se licenció por la Universidad de Bristol en el 2009 y trabajó al principio en una clínica de pequeños y grandes animales en Lancashire durante varios años. Leer más
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