Los retos de cada día
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Número de edición 1 Comunicación
Fecha de publicación 05/03/2020
Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Português , Română y English
Además de escuchar, también es importante animar al cliente de forma activa para que siga relatando su historia. Cualquier comportamiento que invite al cliente a hablar más sobre el tema que se está tratando es una técnica facilitadora. Al inicio de la consulta el objetivo consiste en comprender lo más ampliamente posible el problema o las necesidades del paciente y lo que quiere tratar el cliente, antes de abordar en detalle cualquier problema o asunto. Tal y como hemos mencionado antes, las preguntas abiertas nos permiten animar al cliente a contar su historia antes de profundizar en más detalles.
Cualquier comportamiento que invite al cliente a hablar más sobre el tema que se está tratando es una técnica facilitadora.
Las respuestas facilitadoras son habilidades de comunicación tanto verbales como no verbales e incluyen:
La escucha atenta, el asentir con cabeza y ciertas expresiones faciales son señales que pueden animar al cliente a continuar su historia y, para ello, es imperativo evitar interrumpirlo cuando esté hablando. Algunos comentarios facilitadores neutros son del tipo:
Por regla general, la facilitación verbal es menos efectiva, a no ser que vaya seguida de un silencio por parte del veterinario. Los periodos más largos de silencio son especialmente importantes cuando el cliente tiene dificultades para expresarse, para resumir sus pensamientos o para asimilar noticias difíciles con respecto al paciente. Si el silencio empieza a ser incómodo, es preferible confirmar con el cliente lo que observamos o sentimos, utilizando para ello nuestra agudeza sensorial para la comunicación no verbal del cliente:
“Le acabo de dar mucha información. ¿Quiere compartir conmigo lo que está pensando?”
Compartir el motivo por el que se formulan determinadas preguntas es una excelente forma de invitar al cliente a conocer el razonamiento del veterinario y de incentivar su participación (Figura 1):
“A veces, orinar fuera de la bandeja de arena es una señal de estrés en el gato. Me estoy preguntando si crees que esto es lo que le podría pasar a Squeaky.”
También es útil que los clientes conozcan el razonamiento de la investigación del veterinario. Supongamos que una clienta acude a tu consulta para eutanasiar a su conejo. El conejo fue un regalo de su exmarido a sus hijos y ella ya está cansada de cuidarlo. Probablemente, pienses en posibles opciones para reubicar al conejo y te dispones a tomar la historia clínica de la clienta. Notas que la clienta se está frustrando y las respuestas a tus preguntas son cortas y secas. En este momento, podrías compartir tus pensamientos de la siguiente manera:
“Se puede estar peguntando por qué le estoy haciendo todas estas preguntas sobre Fluffy, cuando lo que realmente quiere es que lo eutanasie. En nuestra clínica no eutanasiamos a los animales sanos, por lo que me gustaría tener una idea del estado de salud de Fluffy por si le podemos encontrar otro hogar. ¿Le parece lógico?”
El “eco” consiste en repetir las últimas palabras del cliente. Por ejemplo:
A los veterinarios muchas veces les preocupa que el “eco” parezca artificial o moleste, pero los clientes aceptan fácilmente esta respuesta facilitadora. En el ejemplo anterior, la repetición de las palabras dio inicio a una conversación en la que el veterinario pudo llegar a entender que el cliente estaba muy nervioso y comprometido con el buen cuidado de los gatitos.
Ahora, nos centraremos en las respuestas facilitadoras que son esenciales para recopilar información más detallada. La escucha reflexiva consiste en repetir lo que ha dicho el cliente utilizando tus propias palabras:
“Solo para asegurarme de haberle escuchado correctamente; ayer le pudo dar las 2 dosis, pero hoy peleaba y no ha podido darle la medicación.”
O también consiste en expresar los sentimientos que hay detrás de las palabras del cliente:
“Parece que le preocupa que se haya podido obstruir de nuevo.”
En cualquier caso, el cliente puede añadir, aclarar y corregir lo que ha oído o aceptar lo que está sintiendo. En otras palabras, la escucha reflexiva, además de ser una ayuda diagnóstica permite demostrar interés en lo que dice el cliente y transmitir el deseo de comprenderlo. Con esta habilidad en particular se pretende moldear más que confirmar la comprensión, por lo que el mensaje suele ser más específico que el original.
Es importante tener en cuenta que puede ser contraproducente actuar demasiado rápido con la escucha reflexiva, ya que hay que dar al cliente la oportunidad de contar toda su historia.
Miguel Ángel Díaz
Miguel se licenció en Veterinaria en 1990. Tras trabajar en diferentes clínicas veterinarias, abrió su propia clínica en 1992 Leer más
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Cindy Adams es Profesora del Departamento de Ciencias Diagnósticas y Clínicas Veterinarias de la Universidad de Calgary, donde ha desarrollado e implementado Leer más
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