Los retos de cada día
En este capítulo se abordan algunas situaciones difíciles que se pueden dar en la clínica veterinaria...
Número de edición 1 Comunicación
Fecha de publicación 02/04/2020
Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Polski , Português , Română y English
Esta última parte trata de la importancia de la pedagogía. También plantea la estructura ideal de una consulta, en tres etapas distintas. Por último, abordamos las situaciones difíciles que se le pueden presentar al veterinario y, en particular, la mejor actitud ante el chantaje emocional.
Cuando el cliente está involucrado en la toma de decisiones, se siente comprometido y participa activamente en el tratamiento del animal.
El primer paso consiste en cambiar la actitud del veterinario de “semi-dios de blanco” omnisciente y dictador a la de “socio de salud”, interactivo y atento.
El mejor socio de un cliente es un veterinario receptivo que se esfuerza por encontrar la mejor solución para cada mascota y su propietario.
Si los clientes obtienen favores especiales cada vez que los piden, continuamente tendremos más clientes de ese tipo.
Para tener éxito en la consulta, son sumamente importantes la preparación previa, la buena relación, las preguntas y respuestas correctas, la escucha activa y el feedback. Pero también es importante que el veterinario explique los hallazgos y el tratamiento de forma que el cliente lo pueda comprender y pueda expresar su conformidad.
La “guinda del pastel” es cuando el cliente está involucrado en la toma de decisiones, porque son decisiones de ambos y no solo del veterinario. De esta manera, el cliente se siente comprometido y participa activamente en el tratamiento del animal, lo cual es el requisito previo básico para conseguir el cumplimiento y la fidelidad del cliente; algo que todo veterinario o proveedor de servicios desea.
Los veterinarios que conscientemente se preocupan y trabajan el estilo con el que se comunican obtienen no solo el cumplimiento y la fidelidad del cliente (lo que ya es un gran logro), sino que también sufren mucho menor estrés, sus clientes están más contentos y tienen un mejor ambiente de trabajo. Al participar activamente en la comunicación adecuada y clara, consiguen la mejor profilaxis (prevención) de malentendidos y de estrés y el mejor camino hacia la relación positiva con el cliente.
¿Cómo podemos conseguir eso? ¿Cómo tratas de forma positiva a los clientes peculiares o provocativos? Veamos primero los elementos básicos de una consulta ideal en la que el veterinario:
Pueden parecer muchos temas que requieren mucho tiempo, pero no es tan complicado e incluso podría ahorrarnos tiempo. Esto se debe a que el estilo de comunicación es más efectivo, todo funciona con fluidez y se necesitan aclarar menos dudas o malentendidos al final de la consulta.
Para optimizar la comunicación durante la visita del cliente, el primer paso consiste en cambiar la actitud del veterinario de “semi-dios de blanco” omnisciente y dictador a la de “socio de salud”, interactivo y atento (Figura 1).
El segundo paso consiste en practicar, practicar y practicar. Hay que trabajar en el estilo y la estrategia de comunicación. Al igual que con cualquier novedad, la práctica lleva a la perfección.
El tercer paso está relacionado con técnicas y trucos para manejar situaciones más complicadas y consultas inusuales.
Las siguientes secciones de un diálogo muestran cómo puede funcionar una consulta sin complicaciones utilizado una comunicación consciente y optimizada (Tabla 1).
Sección 1
|
Técnica | Objetivo |
---|---|---|
Inicio
“Ahora vamos a… ¿le parece bien?”
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Resumen de lo que quiere el cliente y feedback | Para asegurarse de no pasar nada por alto y de que la Sra. Schmidt entiende lo que se va hacer en ese momento y está de acuerdo con eso |
Exploración física
“Voy a explorar…”
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Guiar al cliente sobre los procedimientos clínicos a realizar y explicárselos |
Ofrecer una perspectiva y la garantía al cliente que todo se explicará en detalle
|
Sección 2 | Técnica |
Objetivo |
Resumen y recomendación #1
Ahora he… ¿Qué le parece?”
|
Explicar el problema principal (el estado dental) y dar una clara recomendación solicitando feedback | Presentar solo los hallazgos más importantes, para que la Sra. Schmidt pueda digerir la información y expresar su opinión al respecto antes de continuar con la consulta |
Participación
“Oh, anestesia…”
“Lo siento...”
|
• Preguntas abiertas
• Respuesta empática
• Perspectiva positiva (nuevos fármacos, mejores técnicas)
|
“Indagar” hasta aclarar el origen del temor de la Sra. Schmidt respecto a la anestesia
Demostrar a la Sra. Schmidt que sus temores se toman en serio
Tranquilizar a la Sra. Schmidt
|
Recomendación #2
Me gustaría sugerirle…para mayor seguridad …”
¿Qué otra información…?
“Lo podemos hacer ahora mismo o… ¿Qué prefiere?”
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Indicar los beneficios
Preguntas abiertas
Proponer 2 alternativas y preguntar la opinión
|
Presentar el segundo asunto a tratar (después del primero) junto con los beneficios y comprobar que la Sra. Schmidt ha comprendido todo
Dar la oportunidad a la Sra. Schmidt de involucrarla pidiendo feedback
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Sección 3 | Técnica | Objetivo |
Acuerdos
“Muy bien, entonces…”
“¿Tiene alguna otra pregunta para mí?”
|
Resumen de los acordado
Pregunta cerrada
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Asegurarse de no olvidar nada e involucrar a la Sra. Schmidt, reforzando su consentimiento
Llevar suavemente la consulta hacia el final
|
Conclusión
“Ha sido un placer…”
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Despedirse del cliente elogiándolo | Finalizar la consulta con un comentario positivo |
Tabla 1. Resumen de las secciones 1-3 y de las principales técnicas de comunicación empleadas.
Incluyendo la explicación sobre las técnicas empleadas y el motivo de utilizarlas.
El veterinario inicia la exploración física repitiendo lo que la Sra. Schmidt dijo que quería y pide feedback para saber si ella está conforme.
Ahora el veterinario realiza un examen físico “desde el hocico hasta la cola” y comenta lo que hace mientras explora los oídos, la piel, el abdomen, el corazón, etc. Además, ha señalado que hablará después y con mayor detalle sobre los hallazgos encontrados.
Incluyendo la explicación sobre las técnicas empleadas y el motivo de utilizarlas
El veterinario resume brevemente los hallazgos más importantes, explica su relevancia y realiza una recomendación clara. Además, deliberadamente, asocia a la recomendación una pregunta abierta para conocer la opinión de la Sra. Schmidt al respecto. Esto es importante para el tratamiento posterior y evitar cualquier objeción o barrera y permite considerar las necesidades del cliente a la hora de planificar la terapia.
Al continuar realizando preguntas abiertas, se ha aclarado la situación por la que la Sra. S. tenía sus reservas con respecto a la anestesia y el veterinario ha reaccionado ante sus preocupaciones de forma optimista y empática. El Dr. V ha tenido en cuenta su miedo y ha presentado la nueva situación de forma positiva, en la que la intervención de Lucky será más fácil gracias a la medicina moderna y a la cuidadosa supervisión.
Una vez que la Sra. S. reacciona de forma positiva a las explicaciones del Dr. V, se hace una segunda sugerencia – análisis de sangre prequirúrgico – con el beneficio de tener “mayor seguridad”. La ventaja de hacer la sugerencia en ese momento es que la información importante se puede entender mejor ofreciéndola en pequeñas porciones para que el cliente la puede entender y “digerir” poco a poco sin sentirse abrumado con tanta información y recomendaciones. Así se evita que el cliente simplemente rechace una oferta porque sienta que es demasiado o que todo va muy rápido y se le obliga a tomar una decisión (Figura 2).
La Sra. S. puede decidir y elegir libremente cuándo hacer el análisis, en este caso ese mismo instante, porque el Dr. V. especifica dos posibles opciones sin ningún tipo de presión.
Incluyendo la explicación sobre las técnicas empleadas y el motivo de utilizarlas
Nota: El mejor socio de un cliente es un veterinario receptivo y dispuesto a encontrar la mejor solución para cada mascota y su propietario.
En la mayoría de los casos, los clientes se pueden manejar bien con una comunicación positiva, lo que suele resultar en una situación beneficiosa para todos: la mascota, el cliente y la clínica. A veces, también puede haber clientes que cuestionen nuestras recomendaciones y es entonces cuando la consulta deja de desarrollarse con fluidez. El desarrollo de la consulta se ve entorpecido, aparecen conflictos y el equipo de la clínica tiene que contenerse para no echar más leña al fuego. Los motivos por los que surgen diferentes opiniones que resultan en discusiones y conflictos entre el veterinario y el propietario en la clínica del día a día, pueden ser:
Muchas veces, como miembros del equipo de una clínica, percibimos una simple cuestión del cliente, del tipo: “He leído en Internet...” o “el criador me ha dicho”, como una provocación (leve), aunque el cliente – excepto algunos pocos – no pretendía ser provocador. Por el contrario, es un halago que el cliente pida consejo a “su” veterinario, en lugar de, por ejemplo, simplemente comprar un alimento sin cereales que ha visto anunciado en Internet.
Antje Blaettner
Ahora, vamos a volver a ver el diálogo entre la Sra. Schmidt y el DR. V. cambiando ligeramente el final, en donde el Dr. V. trata una cuestión típica de los clientes de forma tranquila y soberana:
Aquí es importante no reaccionar inmediatamente ni dar una “mini charla” formativa sobre los cereales o los pros y los contras de los alimentos sin cereales, sino formular una pregunta abierta para averiguar el trasfondo y aclarar las dudas a la Sra. S.
Esta pregunta (abierta) se utiliza para preguntar sobre posibles fuentes de información y para demostrar a la Sra. S. que el veterinario se basa en evidencias científicas, pregunta sobre las fuentes de información y está dispuesto a tratar sobre el tema con sus clientes.
En este diálogo el Dr. V. ha mantenido abierta la “puerta de la comunicación” y ha indicado que le interesa intercambiar puntos de vista y que los asuntos de sus clientes también son sus asuntos; es decir, tiene una relación mutuamente satisfactoria y positiva.
Nota: Una pregunta de un cliente es en principio (solo) una simple pregunta y merece una respuesta clara y amistosa.
Lamentablemente, entre todos los clientes buenos y dedicados también puede haber clientes que antepongan sus intereses y no estén dispuestos a negociar (Figura 3). Intentan imponer su voluntad a la del equipo de la clínica con el lema: “¡si no consigo lo que quiero, me iré a otro sitio!”
Por ejemplo, esto puede suceder cuando:
A veces, mediante el contacto con el equipo de la clínica, el cliente aprende a salirse con la suya, insistiendo tenazmente con lo que quiere o imponiendo su voluntad mediante chantaje emocional; diciendo, por ejemplo, “pero no me querrás perder como cliente” o “pero tú quieres a los animales y yo no me puedo permitir vacunar a los 3 gatos”.
Si el equipo de la clínica cede, no solo se fomentará que el cliente pida favores especiales, sino que los demás clientes pueden copiar ese comportamiento, puesto que se dan cuenta de que pueden chantajear al personal. En este caso, es muy útil disponer de unas reglas simples y claras creadas por el propio equipo de la clínica y que se apliquen sistemáticamente. Por supuesto, el equipo de la clínica tiene que reaccionar con tranquilidad y seguridad y no debe responder al chantaje emocional.
Cuando los clientes quieren que se les atienda fuera del horario, o solicitan productos específicos u otros servicios que no puedes ni quieres ofrecer, es recomendable responder de manera consistente y amistosa, proponiendo a la vez una alternativa:
Cuando el cliente solicita descuentos, se recomienda lo siguiente:
Nota: aquí solo se ha mostrado al cliente que nos deja muy poco margen de maniobra cuando hay que ofrecer servicios o fármacos. En ningún caso se debe entender que el Dr. V. haría lo mencionado.
El veterinario formula una pregunta abierta y le devuelve (aparentemente) la decisión al cliente.
En este diálogo, el cliente se ha expuesto inequívocamente como chantajista y hacker de precios, es decir, le preocupa más el precio que la calidad. Como equipo deberías considerar: ¿Cómo quiero tratar a estos clientes? ¿Queremos responder a sus demandas, retenerlos y dejar abierta la posibilidad de que sigan pidiendo más y entren más clientes con sus propias condiciones? ¿o somos nosotros los que establecemos el estándar de calidad y los precios y nos mantenemos consistentes? Si hacemos eso, ganamos respetabilidad, nos centramos en clientes que aprecian nuestra calidad y nos libramos de hackers y chantajistas, lo que resulta en un menor estrés y crea un espíritu de equipo positivo.
Nota: Si los clientes obtienen favores especiales cada vez que los piden, continuamente tendremos más clientes de ese tipo.
Miguel Ángel Díaz
Miguel se licenció en Veterinaria en 1990. Tras trabajar en diferentes clínicas veterinarias, abrió su propia clínica en 1992 Leer más
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Iván proviene de una familia de veterinarios; su padre y su hermano mayor comparten la misma pasión. Se licenció en la Universidad de Concepción Leer más
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Cindy Adams es Profesora del Departamento de Ciencias Diagnósticas y Clínicas Veterinarias de la Universidad de Calgary, donde ha desarrollado e implementado Leer más
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Antje Blättner creció en Sudáfrica y Alemania y tras estudiar veterinaria en Berlín y Múnich se licenció en 1988. Leer más
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