El modelo circular en el quirófano
El área quirúrgica ofrece muchas oportunidades para mejorar la sostenibilidad de la clínica veterinaria desarrollando un modelo circular para el uso de material fungible.
Fecha de publicación 30/05/2025
Disponible también en Deutsch y Italiano
Los profesionales veterinarios, como asesores de los tutores de perros y gatos y como parte implicada en la industria de alimentos para mascotas, pueden desempeñar un papel clave para combatir el cambio climático.
El cambio climático plantea importantes riesgos para la salud de las mascotas, incluyendo el estrés térmico y el aumento de enfermedades transmitidas por vectores.
La industria de alimentos para mascotas contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente, por el uso de materias primas, pero con unas medidas nutricionales sostenibles se puede mitigar el impacto ambiental.
Los veterinarios desempeñan un papel esencial asesorando a los tutores sobre medidas sostenibles y opciones alimentarias para sus animales.
Los veterinarios también pueden contribuir en la formación de las siguientes generaciones de veterinarios fomentando la incorporación de la sostenibilidad en la docencia universitaria.
Según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático es el mayor problema y la mayor amenaza para la salud a los que se enfrenta la humanidad (1), pero sin duda, también puede afectar, y afectará, al bienestar de nuestras mascotas. A medida que aumentan las temperaturas y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, las implicaciones para la salud y la nutrición de los animales son más graves. En este artículo se explora brevemente el impacto del cambio climático en las mascotas y se destaca el papel de los veterinarios frente a este problema.
A medida que aumentan las temperaturas globales, los animales son cada vez más vulnerables al estrés térmico. Las olas de calor pueden causar trastornos como el agotamiento y los golpes de calor con posibles complicaciones graves para la salud (1,2). Ciertos perros de razas braquicéfalas, como el Cavalier King Charles Spaniel y el Bulldog, son más propensos a sufrir enfermedades relacionadas con el calor durante los meses de verano, ya que el acortamiento craneal, así como el estrechamiento de las fosas nasales dificultan la eficiencia respiratoria a altas temperaturas (Figura 1) (3). Además, los perros de edad avanzada y los cachorros también pueden tener más riesgo de sufrir estrés térmico debido a su menor capacidad para regular adecuadamente la temperatura corporal.
Figura 1. Las razas braquicéfalas presentan un mayor riesgo de sufrir los efectos del cambio climático, ya que el aumento de la temperatura ambiental afecta a su eficiencia respiratoria. © Shutterstock
Por otra parte, el cambio climático está alterando la distribución de los parásitos y los vectores, como las garrapatas y los mosquitos, los cuales pueden transmitir enfermedades a las mascotas. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación están provocando la expansión del hábitat de estos vectores, lo que aumenta el riesgo de enfermedades, como la enfermedad de Lyme y la dirofilariosis (Figura 2) (3-5). Regiones que antes presentaban una baja incidencia de enfermedades transmitidas por garrapatas ahora registran un mayor número de casos, como el noreste de Estados Unidos, donde los inviernos son más cálidos y las garrapatas sobreviven más tiempo y se reproducen mejor (6).
También cabe suponer que los tutores con ingresos limitados pueden tener más problemas para gestionar estos riesgos, ya que el acceso a la atención veterinaria puede verse limitado, así como el uso de antiparasitarios o de recursos para mantener la temperatura adecuada de sus animales durante las olas de calor.
Figura 2. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación están provocando la expansión del hábitat de vectores artrópodos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades, como la enfermedad de Lyme y la dirofilariosis. © Shutterstock
Los animales también pueden presentar cambios de comportamiento por factores estresantes relacionados con el clima. Los eventos climáticos extremos pueden aumentar la ansiedad y el estrés de las mascotas, por ejemplo, como consecuencia de las evacuaciones o desplazamientos asociados a incendios forestales o inundaciones (Figura 3). Para proporcionar la información y el apoyo necesarios e intervenir adecuadamente, los veterinarios tienen que ser conscientes de los problemas de comportamiento asociados a eventos climáticos (7). Por ejemplo, durante o después de dichos eventos, los perros pueden mostrar signos de estrés, como ladrar excesivamente, esconderse o presentar cambios en los hábitos alimentarios.
El impacto del cambio climático se extiende a la seguridad alimentaria dada la posible disminución de la producción agrícola asociada a fenómenos meteorológicos extremos. A medida que la población mundial de gatos y perros siga aumentando, la demanda de alimentos también lo hará, lo cual podría provocar escasez de recursos (8). Las fluctuaciones en la disponibilidad y la calidad de las materias primas podrían afectar en particular a los gatitos y los cachorros, dadas sus necesidades nutricionales específicas para un crecimiento y desarrollo óptimos. En regiones donde se hayan producido sequías o inundaciones por el cambio climático, la disponibilidad de ingredientes clave para los alimentos para perros y gatos podría verse comprometida, lo cual podría dar lugar a una subida de precios y una reducción de la oferta de alimentos para los tutores de las mascotas. Este escenario enfatiza la necesidad de implementar prácticas agrícolas sostenibles que permitan afrontar los problemas que plantea el cambio climático.
Figura 3. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, pueden hacer que las mascotas (y sus tutores) tengan que abandonar su hogar, lo que les puede causar ansiedad y los consiguientes problemas de comportamiento. © Shutterstock
La fabricación de alimentos para mascotas contribuye de manera importante a las emisiones de gases de efecto invernadero y es responsable de aproximadamente el 60 % de las emisiones anuales de las mascotas (9). Para abordar este problema se está centrando la atención en la implementación de prácticas sostenibles para el abastecimiento y la formulación. Las estrategias clave incluyen:
Figura 4. Priorizar la utilización de ingredientes procedentes de la agricultura regenerativa y combatir la deforestación contribuye a reducir la huella de carbono. © Shutterstock
Los veterinarios cumplen una función formativa esencial transmitiendo a los tutores de las mascotas la importancia de medidas sostenibles. Esto incluye hablar sobre:
Figura 5. Los veterinarios pueden orientar a sus clientes en la elección de alimentos que prioricen la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental y proporcionarles información sobre las empresas o marcas que han adoptado el enfoque del abastecimiento y la producción sostenibles. © Shutterstock
Los veterinarios se encuentran en una posición privilegiada a la hora de influir en los clientes y la comunidad en general, respecto a los asuntos relacionados con el cambio climático y la sostenibilidad. Como se ha comentado antes, al fomentar una alimentación más respetuosa con el medio ambiente, los veterinarios pueden contribuir a crear una cultura de responsabilidad entre los tutores de las mascotas. Además, los veterinarios también pueden interactuar con sus comunidades a través de talleres educativos, seminarios y programas de divulgación centrados en la sostenibilidad. Los veterinarios pueden difundir su mensaje y fomentar la acción colectiva colaborando con organizaciones locales y grupos medioambientales (14). Por ejemplo, una clínica veterinaria de California organizó una “Feria de Sostenibilidad y Bienestar de las Mascotas” con talleres sobre productos respetuosos con el medio ambiente, alimentación responsable y la importancia de la adopción de animales de refugios o protectoras. Este evento no solo fue útil para los tutores, sino que también fomentó un sentido de comunidad en torno a la implementación de medidas sostenibles.
Los veterinarios también pueden contribuir en la investigación sobre el impacto del cambio climático en la salud de los animales. Participar en investigaciones multidisciplinarias también puede fomentar la colaboración entre veterinaria y ciencias ambientales. Los veterinarios pueden colaborar con los fabricantes de alimentos para mascotas para promover prácticas sostenibles en el desarrollo de los productos e innovaciones en las fórmulas que prioricen la responsabilidad medioambiental y, al mismo tiempo, satisfagan las necesidades nutricionales de los animales. Se debe promover que los fabricantes exploren fuentes de proteínas alternativas (como insectos o proteínas vegetales) para asegurar el abastecimiento de proteínas en el futuro y desarrollen materiales con menor impacto medioambiental (15).
Marion Sarteel
Más allá de la nutrición, los veterinarios pueden implementar otras medidas para reducir la huella de carbono de las clínicas (16). Aunque este tema se aborda detalladamente en otro artículo de este número, algunas medidas que se pueden adoptar incluyen la instalación de un sistema de iluminación eficiente, el abastecimiento sostenible de los suministros clínicos y la reducción de la huella de carbono de la anestesia. Por ejemplo, Mars Veterinary Health introdujo una innovadora tecnología de captura de gases anestésicos en 2024 para reducir las emisiones de carbono (17).
También es importante contribuir en la formación de las siguientes generaciones de profesionales veterinarios fomentando la incorporación de la sostenibilidad en la docencia universitaria. La introducción de un módulo curricular centrado en el impacto del cambio climático en la clínica veterinaria animaría a los estudiantes a reflexionar sobre su futuro papel en la lucha contra el cambio climático (18). Este tema también se debería incluir (por ejemplo, a través de cursos on-line o reuniones presenciales) como parte de la formación continua de los veterinarios.
Geoffrey Daniel
La intersección entre el cambio climático y la salud de los animales supone un reto importante tanto para los veterinarios como para los tutores. Comprender el impacto del cambio climático en los animales y adoptar prácticas de alimentación sostenibles, contribuye a trabajar hacia un futuro más saludable tanto para los animales como para el planeta. A medida que la industria de los alimentos para mascotas continúe evolucionando, el compromiso con la sostenibilidad será esencial para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar el bienestar de nuestros queridos compañeros.
Marion Sarteel
Marion Sarteel lidera la estrategia frente al cambio climático de Royal Canin y tiene el objetivo de reducir el impacto ambiental del sector de los alimentos para mascotas Leer más
Geoffrey Daniel
Geoffrey Daniel se graduó por la Escuela Nacional de Técnicas de Ingeniería de las Industrias Agrícolas y Agroalimentarias (ENITIAA) de Nantes, Francia Leer más
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