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Enfermedades cutáneas de los gatitos

Fecha de publicación 26/07/2024

Escrito por Kirsti J.M. Schildt y Lotta E. Pänkälä

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Português y English

Los gatitos pueden tener una mayor predisposición a determinadas afecciones cutáneas, tal y como se describe en este artículo. 

Gato bajo luz ultravioleta

Puntos clave

Aunque la mayoría de los problemas cutáneos afectan a los gatos adultos, existe una amplia variedad de trastornos cutáneos que se han descrito en gatitos y gatos jóvenes.


Las genodermatosis deben formar parte del diagnóstico diferencial de cualquier gatito con problemas cutáneos desde las primeras semanas de vida.


Las causas de los problemas de la piel y el pelo de los gatitos pueden estar relacionadas con el entorno, el manejo y la nutrición.


En gatitos con acceso al exterior o en contacto con otros animales se debe considerar la posibilidad de enfermedades cutáneas contagiosas, como las ectoparasitosis.


Introducción

Aunque las afecciones cutáneas son poco frecuentes en los gatitos pueden suponer un motivo de preocupación para sus cuidadores y criadores. El objetivo de este artículo es ofrecer una breve revisión de la dermatología pediátrica felina para ayudar al veterinario a abordar el caso de un gatito con lesiones cutáneas. Este artículo se centra en las enfermedades más frecuentes, describiendo brevemente las opciones terapéuticas, ya que pueden verse limitadas por el hecho de que los fármacos no estén autorizados para su uso en gatitos o no sean adecuados (o incluso tóxicos) para su edad. En neonatos y gatitos de pocas semanas de vida se deben considerar las enfermedades congénitas y hereditarias 1. Las condiciones de cría y la alimentación también son factores importantes a tener en cuenta, especialmente cuando se ven afectados varios gatitos de una misma camada (Figura 1). La madre u otros animales del hogar pueden transmitir infecciones a los gatitos, especialmente cuando tienen acceso al exterior. En gatitos de más edad con acceso al exterior, el abanico de posibilidades es más amplio, incluyendo las causas adquiridas, por lo que es importante tener en cuenta la prevalencia geográfica de los agentes infecciosos. Aunque los trastornos inmunomediados y las hipersensibilidades se suelen manifestar de forma más tardía, en algunos casos pueden aparecer a edades relativamente tempranas 2.

Gatito tumbado con pérdida de pelo

Figura 1. Gatito con pérdida de pelo que ha sido alimentado con un sustituto de leche materna de mala calidad. El pelo volvió a crecer al cambiar el sustituto.
© Johanna Ratilainen

Enfermedades congénitas y hereditarias

Las afecciones cutáneas congénitas y genéticas suelen aparecer a edades tempranas. Las genodermatosis, definidas como las enfermedades de origen genético que se manifiestan en la piel, pueden afectar a la epidermis, la unión dermoepidérmica, el folículo piloso, el tallo piloso, la dermis y/o la pigmentación. La mayoría de estas enfermedades son raras y únicamente se han descrito casos aislados (Tabla 1) 1. Por lo general no tienen un tratamiento eficaz, pero el diagnóstico es igualmente necesario para el pronóstico individual y el asesoramiento genético 1. Entre estas enfermedades se incluyen los defectos de la queratinización, tanto localizados, como la dermatitis nasal ulcerativa del Bengalí (Figura 2), o generalizados, como la seborrea primaria. También se encuentran las enfermedades genéticas dermoepidérmicas que dan lugar a la aparición de vesículas, erosiones y úlceras. Los defectos de la síntesis de colágeno se incluyen en el denominado síndrome de Ehlers-Danlos (Figura 3). También se incluyen anomalías pigmentarias congénitas, que pueden ser estéticas, como el acromelanismo, o debilitantes, como el síndrome de Chediak-Higashi. Aunque a veces la hipotricosis o la alopecia son características deseables de una raza determinada, también pueden ser el resultado de genodermatosis raras con un desenlace fatal para el animal. 

 

Tabla 1. Ejemplos de genodermatosis descritas en gatos jóvenes (de 1).

Anomalías del pelo e hipotricosis congénita
Pili torti (aplanamiento y torsión del tallo del pelo) en una camada de gatitos. Dermatitis concomitante y enfermedad gastrointestinal, produciéndose la muerte a las pocas semanas de vida. 
Displasia del tallo piloso en el Abisinio, con los bigotes y pelos de guarda con tallos hinchados en forma de cebolla. 
Distrofia folicular con pelo lanceolado en una camada de gatos domésticos con alopecia progresiva 3.
Hipotricosis congénita y corta esperanza de vida en el Birmano. 
Dermatosis alopécica y quística generalizada, con un engrosamiento importante y formación de pliegues en la piel 4.
Diferenciación anormal de las glándulas sebáceas (displasia de las glándulas sebáceas) en edades comprendidas entre las 4 y las 12 semanas.
Displasia ectodérmica; hipotricosis congénita y anomalías de las uñas, la dentición y/o las glándulas lagrimales.
Hipotricosis congénita relacionada con la raza: p. ej., en el Sphynx, Peterbald, Donskoy y Kohana. 
Defectos de queratinización
Seborrea primaria hereditaria en el Persa, Himalayo y Exótico de pelo corto, de aparición durante las primeras semanas de vida. 
Dermatitis facial idiopática del Persa e Himalayo (“síndrome de la cara sucia”) de aparición antes del año de edad. 
Dermatitis nasal ulcerativa del Bengalí, de aparición durante el primer año de vida, con presencia de descamación, costras, fisuras y erosiones del plano nasal (Figura 2).
Acrodermatitis enteropática en una camada de gatos Van Turco con deficiencia de zinc de aparición a las 6 semanas de edad 5.
Defectos de la unión dermoepidérmica
Epidermolisis bullosa juntural en el gato doméstico de pelo corto y Siamés, que se manifiesta con vesículas, erosiones y úlceras orales y cutáneas. 
Epidermolisis bullosa distrófica en el gato doméstico de pelo corto y Persa, que se manifiesta con úlceras en la almohadilla plantar e intraorales y onicomadesis. 
Defectos del colágeno
Síndrome de Ehlers-Danlos, de la síntesis de colágeno, que provoca elasticidad y fragilidad de la piel y tiene una aparición precoz (Figura 3).
Anomalías pigmentarias
Síndrome de Chediak-Higashi en el Persa de color azul humo; los macromelanosomas son responsables del color del pelaje, con anomalías leucocitarias que provocan infecciones y tendencia al sangrado.
Síndrome de Waardenburg; pelaje blanco, iris azul o heterocrómico y sordera variable. 
Gato albino; capa de pelo blanco, ojos azules con pigmento reducido en el tapetum
Acromelanismo en el Siamés y Burmés que da lugar a un color más oscuro en las zonas más frías. 
Lentigo simple de los gatos anaranjados; máculas pigmentadas en los párpados, el plano nasal, los labios y la encía.
Primer plano de la nariz ulcerada de un gatito Bengalí

Figura 2. Dermatitis nasal ulcerativa en un gatito Bengalí.
© Kerstin Bergvall

Gato tumbado con alguien tirando de su piel

Figura 3. El síndrome de Ehlers-Danlos provoca una elasticidad excesiva y fragilidad de la piel.
© Candace Sousa

Enfermedades infecciosas de la piel

Las enfermedades infecciosas de la piel pueden afectar a los animales jóvenes, en parte debido a su sistema inmunitario inmaduro. Estas enfermedades pueden ser de naturaleza vírica, bacteriana, fúngica, ectoparasitaria o protozoaria. 

Virus

Existen varias infecciones víricas que pueden afectar a la piel (Tabla 2); aunque son más frecuentes en gatos adultos, también pueden presentarse en gatitos jóvenes 6

El calicivirus felino (FCV) es una de las causas de enfermedad del tracto respiratorio superior de mayor prevalencia en gatos de todo el mundo. La fuente de infección más frecuente son los gatos con infección subclínica y los portadores. Los gatitos o gatos jóvenes suelen presentar signos agudos de vías respiratorias altas y oculares, pero también se han descrito otros signos, como la presencia de ulceras orales y la cojera. Se han descrito brotes epizoóticos de enfermedad sistémica virulenta (ESV) con una alta tasa de mortalidad. En casos de ESV se observa pirexia, edema de la cabeza y las patas, necrosis epitelial, úlceras orales y, ocasionalmente, ictericia, disnea y tendencia al sangrado 6,7 (Figura 4). Estos brotes se suelen observar en hogares o instalaciones con varios gatos y se han descrito casos en gatos de entre 8 semanas y 16 años de edad 7. Para confirmar el diagnóstico clínico se deben obtener muestras de la mucosa para la identificación del antígeno viral mediante pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR). El tratamiento es de soporte ya que los antivirales disponibles no son curativos. Los resultados de los estudios sobre el efecto protector de la vacunación del FCV contra la ESV son controvertidos 6,7.

 

Tabla 2. Signos cutáneos asociados a infecciones víricas en gatos (de 6).

Virus del herpes felino (FHV-1) La dermatitis herpética causa erosiones y úlceras cubiertas por una costra serocelular gruesa, frecuentemente en la cara. Se ha descrito en gatos de 4 meses a 17 años de edad. 
Viruela bovina Los gatos jóvenes y de mediana edad desarrollan lesiones alrededor de la cabeza o extremidades anteriores (por inoculación a través de mordeduras de roedores). Las máculas se convierten en nódulos que se ulceran. 
Parvovirus/peritonitis infecciosa felina (PIF) Pápulas elevadas en el cuello y las extremidades anteriores o más generalizadas asociadas a vasculitis tardía en el curso de la enfermedad.
Virus de la leucemia felina (FeLV) Infección cutánea oportunista por inmunodepresión. Dermatosis de células gigantes con signos que incluyen úlceras, alopecia parcheada, descamación o costras. Cuernos cutáneos en las almohadillas de las patas. Ligero aumento del riesgo de linfoma cutáneo.
Virus del papiloma Placas víricas felinas y carcinoma Bowenoide in situ, que puede evolucionar a carcinoma de células escamosas. Se ha descrito en gatos de tan solo 7 meses de edad. El sarcoide felino causa nódulos faciales exofíticos y es más frecuente en gatos machos jóvenes.
Primer plano de un gatito con la cara ulcerada

Figura 4. Enfermedad sistémica virulenta por calicivirus en un gatito.
© Jan Declerq

Bacterias

Las enfermedades cutáneas bacterianas pueden dividirse en dermatosis superficiales y profundas. Las infecciones superficiales, que afectan a la epidermis y los folículos, suelen ser secundarias y frecuentemente están asociadas a hipersensibilidades. La edad de aparición puede variar en función de la causa primaria, siendo seis meses la edad más temprana que se ha descrito. Suelen observarse autolesiones por prurito que consisten en áreas de alopecia multifocal, costras, excoriaciones, erosiones y úlceras. Las zonas afectadas con más frecuencia son la cara, el cuello, las extremidades y la parte ventral del abdomen 2,8.

Las infecciones bacterianas profundas, que afectan a la dermis y/o tejido subcutáneo, pueden estar asociadas a la invasión traumática de bacterias del entorno o comensales. Las lesiones cutáneas y subcutáneas nodulares profundas con úlceras y tractos de drenaje pueden estar causadas por bacterias saprofitas como Nocardia spp., aunque estas infecciones se suelen observar en animales adultos inmunocomprometidos. Los abscesos por heridas de peleas son frecuentes en adultos jóvenes con acceso al exterior 8. La fascitis necrotizante es una infección profunda potencialmente mortal y se ha descrito en un gatito de 8 semanas de edad 9.

Las infecciones micobacterianas pueden manifestarse con variedad de signos y su distribución geográfica es variable. Independientemente de la especie implicada, estas infecciones suelen afectar a gatos adultos con acceso al exterior, sin embargo, se ha observado que los gatos machos jóvenes tienen una mayor predisposición a infecciones por Mycobacterium lepraemurium 10.

El diagnóstico diferencial de las lesiones cutáneas y subcutáneas nodulares profundas incluye las infecciones fúngicas o por algas y las neoplasias. Para el diagnóstico es necesario obtener muestras de tejido y realizar un examen citológico, histopatológico y microbiológico. Es importante tener en cuenta el potencial zoonótico 8.

Kirsti J.M. Schildt

Aunque la dermatofitosis se puede resolver espontáneamente en la mayoría de los huéspedes inmunocompetentes es recomendable instaurar el tratamiento para acelerar la resolución y evitar la transmisión de la enfermedad a las personas y otros animales.

Kirsti J.M. Schildt

Hongos

Las enfermedades fúngicas de la piel se pueden dividir en superficiales (dermatofitosis, dermatitis por Malassezia), intermedias (subcutáneas) y sistémicas (profundas). La dermatitis por Malassezia es un factor de complicación en muchas enfermedades cutáneas felinas, y es frecuente en razas con displasia folicular genética (Devon Rex, Cornish Rex y Sphynx) 11.

La dermatofitosises una infección fúngica superficial zoonótica de las estructuras cutáneas queratinizadas, siendo Microsporum canis la especie más frecuente en gatos. Los factores de riesgo incluyen la edad temprana, el estilo de vida y los ambientes cálidos. La forma infectiva de los dermatofitos es la artrospora, que se puede transmitir por contacto directo o fómites 11,12. Los signos clínicos incluyen la pérdida de pelo, la presencia de pápulas, descamación, costras, eritema, taponamiento folicular, hiperpigmentación y onicodistrofia. Las lesiones suelen ser asimétricas y aparecen con mayor frecuencia en la cara, aunque pueden progresar a otras zonas del cuerpo. El prurito es mínimo o inexistente. El diagnóstico puede incluir la realización de varias pruebas complementarias, como la exploración con la lámpara de Wood (Figura 5), el examen microscópico directo del pelo y las escamas, el cultivo de dermatofitos, pruebas de PCR y biopsia. En la mayoría de los huéspedes inmunocompetentes se puede producir la resolución espontánea, pero es recomendable instaurar el tratamiento para acelerar la resolución y evitar la transmisión a otros animales y personas. Se suelen administrar antifúngicos orales y tópicos, siendo necesaria también la desinfección del ambiente.

Gato bajo luz ultravioleta

Figura 5. La mayoría de M. canis muestran una fluorescencia verde manzana bajo la luz ultravioleta (lámpara de Wood).
© Inna Bogomyagkova

Las infecciones micóticas intermedias y profundas se pueden presentar de forma muy variable. Sporothrix schenckii puede causar una infección granulomatosa, cutánea o subcutánea, con el desarrollo de nódulos, úlceras y costras. Los gatos machos, no castrados, con acceso al exterior, involucrados en peleas, son los más afectados 11. Además, la invasión traumática de hongos del entorno puede provocar infecciones cutáneas y subcutáneas; las hialohifomicosis están causada por hongos no pigmentados que provocan una inflamación piogranulomatosa (aunque la enfermedad puede diseminarse), mientras que las feohifomicosis están causas por hongos pigmentados que pueden manifestarse con la presencia de nódulos dérmicos y subcutáneos que tienden a ulcerarse 11. Cabe señalar la predisposición del gato Persa a las infecciones dermatofíticas subcutáneas 11,12.

Las infecciones micóticas profundas son raras en el gato, pero pueden producirse brotes en regiones endémicas 12. La más frecuente es la criptococosis, que suele adquirirse por inhalación. La presentación clínica consiste en signos respiratorios de vías superiores, lesiones oculares, neurológicas y cutáneas que incluyen pápulas, nódulos y úlceras 11. Recientemente se ha descrito la infección por Cryptococcus neoformans en un gatito de 3 meses que presentaba convulsiones 13.

Los oomicetos son organismos acuáticos estrechamente relacionados con las algas, aunque las enfermedades que causan se parecen mucho a las infecciones fúngicas; un ejemplo típico es la pitiosis, causada por Pythium insidiosum. La forma infectiva puede penetrar la piel lesionada, produciendo lesiones cutáneas y subcutáneas, aunque también es posible la afectación intestinal 11. Recientemente se ha descrito el caso de un gatito de ocho semanas de edad con pitiosis 14.

Parásitos

Las enfermedades ectoparasitarias de la piel son frecuentes en el gato, con una prevalencia que varía dependiendo de la zona geográfica y del estilo de vida 15. En la Tabla 3 se enumeran las afecciones menos frecuentes que se han descrito en gatitos. Las opciones terapéuticas dependen de los productos autorizados disponibles. Las parasitosis más relevantes se describen a continuación.

 

Tabla 3. Ectoparásitos poco frecuentes en gatitos (de 15).

Demodicosis Demodex cati vive en el folículo piloso. Forma localizada con eritema, alopecia, escamas y costras en la cabeza o el cuello. Forma generalizada asociada normalmente a la inmunosupresión. 
Trombiculosis Las larvas de los ácaros de la familia Trombiculidae (“ácaros de la cosecha”) provocan dermatitis. Se presenta en otoño y causa prurito variable, pápulas costrosas y traumatismos autoinducidos.
Pediculosis Felicola subrostratus es el único piojo que infecta a los gatos. El pelo puede parecer apagado, descuidado y sucio. Pueden observarse pápulas, descamación, alopecia o dermatitis miliar. Los factores predisponentes son el pelo largo, la desnutrición y malas condiciones higiénicas (Figura 7).
Ácaros del pelaje felino El ácaro Lynxacarus radovskyi se adhiere a los pelos. La transmisión se produce por contacto directo y, aunque la mayoría de los gatos son asintomáticos, se ha descrito la alopecia caudal autoinducida y el aumento de la descamación, así como un pelaje seco con pelos fáciles de depilar.
Miasis cutánea del gusano barrenador Las moscas hembras ponen sus huevos en los bordes de las heridas, lo que provoca lesiones exudativas y ulcerosas. Los gatos domésticos de pelo corto, adultos sin castrar, están predispuestos debido a las peleas con otros gatos.

 

La sarna notoédrica, o sarna felina, es una enfermedad zoonótica de la piel causada por el ácaro Notoedres cati (Figura 6). Los gatitos tienen una mayor predisposición y los ácaros se transmiten fácilmente por contacto directo. En los animales afectados se observan pápulas, costras, escamas y posteriormente costras gruesas. Las lesiones aparecen en los pabellones auriculares antes de afectar a la cara y el cuello, y pueden generalizarse. El prurito y las autolesiones son frecuentes. El diagnóstico requiere la identificación de los ácaros, huevos o heces en los raspados cutáneos superficiales 15.

Perfil lateral de un gato con lesiones

Figura 6. Lesiones iniciales de Notoedres cati.
© Svetlana Belova

Pelaje de un gatito con pediculosis

Figura 7. Pediculosis por Felicola subrostratus en un gatito de tres meses.
© Kirsti Schildt

La sarna otodéctica está causada por el ácaro Otodectes cynotis, que se transmite principalmente por contacto directo. Los gatos jóvenes están predispuestos. La infección causa una otitis externa pruriginosa, eritematosa y ceruminosa con grandes cantidades de cerumen seco de color marrón o negro. El diagnóstico se realiza mediante la identificación microscópica del ácaro o sus huevos 15.

La cheyletielosis es contagiosa y zoonótica. Cheyletiella blakei es la especie que parasita al gato. Este ácaro vive en el estrato córneo sin excavar. La enfermedad es más frecuente en animales jóvenes o adultos inmunocomprometidos. La mayoría de los gatos afectados presentan una dermatitis exfoliativa que afecta a la zona dorsolumbar y un prurito variable. El diagnóstico se realiza mediante la observación microscópica del parásito o sus huevos 15.

La demodicosis es poco frecuente en el gato. Se han identificado cuatro especies: Demodex cati, D. gatoi, D. murilegi y D. obliquus 16. La especie D. gatoi vive en el estrato córneo y, a diferencia de las otras, es contagiosa. El signo clínico más frecuente es el prurito, que varía de ausente a grave. El diagnóstico se confirma mediante la observación del ácaro o sus huevos en los raspados cutáneos superficiales 15. Según un estudio, la edad de los gatos afectados varía entre los 4 meses y los 11 años 17.

Las pulgas son ectoparásitos frecuentes en el gato, pero su prevalencia varía según la localización geográfica. La especie identificada con más frecuencia es Ctenocephalides felis felis 2. La hipersensibilidad a la picadura de pulga puede presentarse en el gato de forma única o acompañada de otras hipersensibilidades. Los signos clínicos son similares a los del síndrome de piel atópica felina (FASS) e incluyen prurito de cabeza y cuello, excoriaciones, alopecia autoinducida, complejo de granuloma eosinofílico y dermatitis miliar. Puede haber prurito generalizado o localizado 2. El diagnóstico se basa en la presentación clínica, la presencia de pulgas o heces de pulgas y la respuesta al control de pulgas con adulticidas y reguladores del crecimiento de insectos. Las pruebas cutáneas intradérmicas y las pruebas serológicas in vitro pueden apoyar el diagnóstico, sin embargo, se pueden obtener resultados positivos en gatos normales 2.

Protozoos 

La leishmaniosis se diagnostica cada vez más en gatos de zonas endémicas y el signo clínico más frecuente es la presencia de nódulos cutáneos; las úlceras, la descamación y la alopecia son menos frecuentes. En un estudio de revisión reciente se encontró que el gato afectado de menor edad tenía seis meses 18, no obstante, suele afectar a gatos de mediana edad. El diagnóstico se realiza mediante citología (obtenida por aspiración con aguja fina), biopsia, inmunohistoquímica o PCR. En zonas endémicas se deben utilizar repelentes de insectos como medida preventiva y para el control del papel de reservorio 18.

La manifestación cutánea de la infección por Toxoplasma gondii es rara en el gato, aunque se ha descrito la presencia de nódulos y úlceras en algunos casos. En un gatito callejero se ha observado la infección cutánea nodular grave por Caryospora bigenetica (Figura 8) 19.

Cabeza de gatito infectado por Caryospora bigenetica

Figura 8. Gatito con una enfermedad cutánea nodular grave por la infección cutánea por el protozoo Caryospora bigenetica.
© Kirsti Schildt

Hipersensibilidad

Síndrome cutáneo atópico felino (SCAF)

El SCAF es una reacción de hipersensibilidad típicamente asociada a los alergenos ambientales. Los gatos también pueden presentar reacción adversa a los alimentos y/o asma. Suele aparecer por primera vez en gatos jóvenes, con una media de edad de entre 6 meses y 5 años. El gato Somalí y el Ocicat parecen estar predispuestos. La presentación clínica puede variar e incluye la dermatitis miliar, la alopecia autoinfligida o hipotricosis, el prurito de cabeza y cuello y el complejo de granuloma eosinofílico. El diagnóstico de SCAF se basa en la presencia de signos clínicos compatibles y la exclusión de otras enfermedades de manifestación clínica similar, como las ectoparasitosis, las infecciones y la reacción adversa a los alimentos 2.

Alergia alimentaria  

Las reacciones adversas a los alimentos incluyen reacciones tóxicas y no tóxicas, inmunomediadas o no inmunomediadas. La alergia a los alimentos puede ser la única hipersensibilidad de un gato o coexistir junto con el SCAF. Ambas patologías son clínicamente indistinguibles siendo necesaria la realización de una dieta de eliminación para el diagnóstico de alergia alimentaria. La edad de aparición varía entre los 3 meses y los 13 años de edad 2.

Lotta E. Pänkälä

Los animales jóvenes, debido en parte a la inmadurez de su sistema inmunitario, pueden presentar enfermedades infecciosas cutáneas. Estas enfermedades pueden ser de naturaleza vírica, bacteriana, fúngica, ectoparasitaria o protozoaria.

Lotta E. Pänkälä

Enfermedades del oído 

En los gatitos, las otitis externas suelen estar causadas por ácaros del oído, como ya se ha comentado antes 15,20. Aunque la otitis externa se ha descrito en el 21% de los gatos con SCAF, en el caso de perros con dermatitis atópica canina este porcentaje es más elevado 2,20. La disfunción del conducto auditivo puede contribuir a la secreción e inflamación del oído medio. Las infecciones víricas del tracto respiratorio superior pueden predisponer a los gatos a una infección bacteriana ascendente del oído medio a través de la trompa de Eustaquio 21 (Figura 9).

La otitis externa felina proliferativa y necrotizante es un trastorno poco frecuente que se observa tanto en gatitos como en gatos adultos. Las lesiones suelen ser bilaterales y consisten en placas proliferativas bien delimitadas de color oscuro y exudado en la base del pabellón auricular, la apertura del conducto auditivo externo y el conducto auditivo vertical. Se desconoce la patogenia, pero se sospecha un proceso inmunomediado que implica la apoptosis de los queratinocitos. El tratamiento sistémico y tópico con corticoides e inhibidores de la calcineurina resulta satisfactorio en la mayoría de los casos 20 (Figura 10).

Los pólipos auriculares inflamatorios son nódulos benignos que se originan en el epitelio que recubre el oído medio, la nasofaringe o la trompa de Eustaquio. Los pólipos pueden limitarse al oído medio o extenderse al conducto auditivo o la nasofaringe. Se pueden observar signos de otitis externa, signos vestibulares o respiratorios, o síndrome de Horner y se puede desarrollar una otitis media 20,21. Los pólipos son más frecuentes en gatos jóvenes y gatitos, pero pueden afectar a gatos de cualquier edad. Además de la otoscopia, es recomendable realizar pruebas de diagnóstico por imagen para visualizar la extensión del pólipo; el diagnóstico definitivo requiere la histopatología. El tratamiento de los pólipos suele consistir en la avulsión por tracción u osteotomía de la bulla ventral, aunque las recidivas son frecuentes 20 (Figura 9).

Imagen de tomografía computarizada de un gatito

Figura 9. Imagen de tomografía computarizada de haz cónico de un gatito doméstico de pelo corto de 5 meses con otitis media bilateral y un pólipo inflamatorio unilateral.
© Kirsti Schildt

Conducto auditivo de un gato con lesiones

Figura 10. Otitis externa necrotizante proliferativa que causa lesiones en forma de placa en el conducto auditivo externo. Imagen obtenida después de realizar la limpieza.
© Johanna Ögård

Otras afecciones

En los gatitos se han descrito diversas enfermedades cutáneas nutricionales, ambientales, psicógenas, inmunomediadas y autoinmunes. Aparte de las mencionadas anteriormente, cabe destacar algunas de ellas. Las anomalías del pelo de aparición precoz pueden tener varias etiologías además de las genodermatosis (Tabla 1), entre las que se incluyen deficientes condiciones de manejo, nutrición o higiene (Figura 1). El acicalamiento excesivo por parte de la madre puede provocar alopecia facial en los gatitos 22. La alimentación deficiente en tirosina puede dar lugar a hipocromotriquia, que se manifiesta como un color de pelo marrón rojizo en los gatos negros 23. Las enfermedades que causan prurito como la mastocitosis cutánea maculopapular felina 24, la dermatitis ulcerosa idiopática del cuello, el síndrome hipereosinofílico y la dermatitis perforante se observan en gatos de todas las edades, incluyendo los gatos jóvenes 25.

Conclusión

Los gatitos y los gatos jóvenes pueden presentar diversas enfermedades cutáneas y la anamnesis exhaustiva es una parte esencial del proceso diagnóstico. En el diagnóstico diferencial hay que tener en cuenta la edad de aparición, la afectación de otros miembros de la camada, las posibilidades de contagio y de acceso al exterior, tanto del gatito como de otros animales del hogar. La realización de pruebas diagnósticas depende, además del criterio clínico, de los posibles diagnósticos diferenciales, pudiendo incluir la obtención de muestras para identificar agentes infecciosos, la realización de biopsias, pruebas de alergia o de diagnóstico por imagen. 

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Kirsti J.M. Schildt

Kirsti J.M. Schildt

Kirsti Schildt es licenciada por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Helsinki y ha trabajado en clínicas veterinarias de pequeños animales especializándose en dermatología Leer más

Lotta E. Pänkälä

Lotta E. Pänkälä

Lotta Pänkälä es licenciada por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Helsinki Leer más