Revista veterinaria científica internacional para el profesional de los animales de compañía
Veterinary Focus

Número de edición 31.3 Nutrición

Calcio y fósforo: conseguir el equilibrio correcto

Fecha de publicación 14/09/2022

Escrito por Linda Böswald y Britta Dobenecker

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Português , Română , English y ภาษาไทย

Garantizar que el cachorro reciba un aporte de nutrientes y minerales que no sea excesivo ni deficiente durante la fase de crecimiento es esencial, pero tal y como se describe en este artículo, esto es mucho más complejo de lo que puede parecer a simple vista. 

Para adiestrar más fácilmente a Max, el propietario debería premiarlo con croquetas de su ración diaria recomendada

Puntos clave

El aporte adecuado de calcio y fósforo (en términos absolutos y relativos entre ellos) es crucial para garantizar el desarrollo esquelético saludable del perro.


El gold standard para controlar el aporte óptimo de energía en el cachorro es registrar su peso regularmente, teniendo como referencia las curvas de crecimiento recomendadas, ya que la puntuación de la condición corporal no es adecuada. 


Las necesidades de calcio y fósforo de los perros en crecimiento dependen del peso corporal maduro esperado y de la edad del cachorro.


En cachorros, la ingesta excesiva de proteínas no causa problemas, pero se debe limitar el aporte de energía para garantizar un ritmo de crecimiento óptimo y ayudar a evitar enfermedades ortopédicas del desarrollo.


Introducción

Las enfermedades ortopédicas del desarrollo (EOD), como la osteocondrosis, la displasia articular, la osteodistrofia o las deformidades óseas, son frecuentes en los perros y el riesgo es mayor en las razas grandes y gigantes de crecimiento rápido. La fase de maduración es una etapa importante para todas las especies, pero es de vital importancia en animales jóvenes de crecimiento rápido cuya vulnerabilidad esquelética es significativa durante este periodo y los perros entran en esta categoría. Proporcionar un alimento equilibrado que aporte la cantidad adecuada de energía y nutrientes es la base de un sistema musculoesquelético sano, puesto que las deficiencias pueden agravar algunas afecciones no relacionadas primariamente con la nutrición. Los signos de EOD pueden variar desde una cojera leve y transitoria hasta alteraciones graves del movimiento, la desviación dolorosa de una o más extremidades y la inflamación de las articulaciones. La malnutrición en los primeros meses de vida puede afectar de por vida la salud del animal.

¿Cuánto es demasiado?

Uno de los problemas principales a la hora de alimentar a un cachorro es determinar la cantidad óptima de energía que necesita. La ingesta excesiva de energía conduce al sobrepeso agudo en el cachorro (es decir, un ritmo de crecimiento más rápido del recomendado), lo que supone una carga adicional para el esqueleto en crecimiento 1. Incluso en algunos trastornos ortopédicos que tienen una base hereditaria, como la displasia de cadera (Figura 1), la restricción energética en la fase de crecimiento puede reducir la prevalencia de estas afecciones 2. Actualmente se sabe que el cachorro cuyo crecimiento es acelerado por el consumo excesivo de energía presenta un riesgo mucho mayor de padecer sobrepeso u obesidad en la edad adulta 3. Varios factores, como la raza, el nivel de actividad, el alojamiento y el estado de salud, influyen en las necesidades energéticas diarias, por lo que el aporte calórico adecuado puede variar considerablemente de un individuo a otro. En los perros adultos, para controlar si el aporte de energía es excesivo o deficiente se recomienda utilizar la puntuación de condición corporal (PCC), de manera que una PCC alta y un exceso de grasa corporal en un perro adulto indican una ingesta de energía demasiado alta. Esto no se puede extrapolar al cachorro en crecimiento, puesto que un alimento alto en calorías puede conducir a una mayor velocidad de crecimiento y el cachorro puede tener sobrepeso sin la adicional acumulación de grasa. De hecho, estos cachorros incluso pueden parecer delgados y desnutridos, y, aun así, tener un peso excesivo. La imagen de los cachorros de la misma camada de la Figura 2 demuestra el gran impacto del aporte energético en la fase de crecimiento: ambos perros tienen la misma puntuación de la condición corporal, pero el cachorro de la izquierda ingirió más energía a partir de las 8 semanas de edad y su tamaño es claramente mayor, a pesar de la apariencia magra.

Radiografía que muestra displasia de cadera bilateral grave en un Hovawart de 14 meses

Figura 1. Radiografía que muestra displasia de cadera bilateral grave en un Hovawart de 14 meses. Aunque muchos de los problemas ortopédicos de los perros jóvenes tienen una base hereditaria, se ha demostrado que restringir la ingesta de energía en el cachorro reduce la incidencia de este tipo de trastornos.
Crédito: Shutterstock

El mayor ritmo de crecimiento, con el consecuente peso extra, supone un estrés adicional para el esqueleto en desarrollo, por lo que el gold standard para mantener un ritmo de crecimiento óptimo es controlar el peso del cachorro pesándolo regularmente (por ejemplo, una vez a la semana) y compararlo con la curva de crecimiento 4. Las curvas de crecimiento óptimas varían en función del peso ideal estimado para el perro adulto, por lo que es esencial determinar este dato con la mayor precisión posible.

Es importante tener en cuenta que las cantidades diarias recomendadas que aparecen en los envases de los alimentos pueden ser bastante elevadas y que el cálculo de las necesidades calóricas según la fórmula del Consejo Nacional de Investigación de EE.UU. (NRC) del año 2006 5 tiende a la sobrestimación. Estudios recientes han demostrado que las necesidades energéticas de los perros en crecimiento en colonias o los cachorros en hogares son significativamente inferiores 4,6 y las últimas recomendaciones de FEDIAF lo tienen en cuenta*. Las necesidades energéticas diarias medias (en energía metabolizable, EM) de los perros en crecimiento se pueden calcular con la siguiente fórmula 4:

Aporte de EM[MJ] = (1,063-0,565 x [PC real/PC maduro esperado) x PC real 0,75

* https://europeanpetfood.org/pet-food-facts/fact-sheets/nutrition/nutritional-needs-of-cats-and-dogs/

Foto de dos cachorros, cruce Foxhound, de la misma camada

Figura 2. Foto de dos cachorros, cruce Foxhound, de la misma camada; el macho (a la derecha) recibió un alimento con un aporte energético adecuado a la curva de crecimiento recomendada, mientras que la hembra recibió un alimento con un contenido excesivo de energía. En ambos perros la PCC fue de 5/9. 
Crédito: B. Dobenecker

Calcio y fósforo del alimento

Los principales componentes del hueso, el calcio y el fósforo, guardan entre sí una relación funcional y reguladora, por lo que es preferible considerarlos conjuntamente. Las necesidades absolutas de ambos minerales, así como su relación (rango recomendado entre 1:1 y 2:1), se deben calcular cuidadosamente, ya que tanto el exceso como la deficiencia de uno o ambos minerales en la fase de desarrollo pueden ser factores de riesgo importantes en las EOD inducidas por la nutrición. Las autoras realizaron evaluaciones retrospectivas de casos atendidos en la Universidad Ludwig-Maximilian y encontraron que en la mayoría de los perros en crecimiento con signos de EOD la ingesta de calcio y/o fósforo fue excesiva o insuficiente, aunque curiosamente su distribución ha cambiado a lo largo de los años. La primera encuesta, realizada en 1998, reveló un exceso de ingesta de calcio en el 61% de los cachorros afectados y una ingesta insuficiente en el 20% 1. En una segunda encuesta en 2018 se observó que la mayoría de los pacientes con EOD (58%) recibió antes del diagnóstico una cantidad insuficiente de calcio y solo en el 21% de los casos la cantidad de calcio fue excesiva 7.

Cabe preguntarse por qué resulta tan problemática una nutrición inadecuada en los perros en crecimiento y no tanto en los seres humanos. Una de las explicaciones es que, a diferencia de en el ser humano, la maduración esquelética se produce mucho antes en el perro que en el hombre y prácticamente toda la fase de crecimiento tiene lugar en un solo año. Por tanto, el aporte nutricional inadecuado, incluso en un periodo de tiempo limitado, conlleva un riesgo desproporcionadamente más elevado en el cachorro que en un niño o un adolescente. Pero, además, hay que tener en cuenta otra diferencia entre el perro y otras especies como el ser humano: los mecanismos de adaptación para compensar el aporte insuficiente o excesivo de calcio y fósforo son prácticamente inexistentes en la especie canina 8. En el perro, la principal vía de regulación del calcio y el fósforo, en lugar de ser mediante la absorción intestinal de ambos minerales, es mediante el almacenamiento y la movilización del calcio y el fósforo del sistema esquelético según sea necesario 9,10. Esto tiene mucho sentido desde la perspectiva de la evolución del perro como depredador: no siempre disponía de presas, que le aportaban mucha energía y minerales, por lo que cuando escaseaban sus fuentes de energía y minerales, la regulación de estos minerales mediante la mayor absorción intestinal dependiente de energía no era factible. La regulación basada en el hueso es uno de los factores implicados en la aparición de signos clínicos relacionados con la malnutrición de calcio y fósforo en cachorros y en perros adultos.

Britta Dobenecker

Varios factores, como la raza, el nivel de actividad, el alojamiento y el estado de salud, influyen en las necesidades energéticas diarias, por lo que el aporte calórico adecuado puede variar considerablemente de un individuo a otro.

Britta Dobenecker

La ingesta deficiente de calcio durante la fase de crecimiento puede causar hiperparatiroidismo nutricional secundario, con una reducción de la formación ósea a nivel general y la consecuente aparición de signos clínicos, incluyendo la presencia de fracturas patológicas al realizar un esfuerzo físico normal 11. En este contexto, es importante señalar que cuando la excreción de materia seca fecal aumenta (debido a la baja digestibilidad del alimento o a la elevada ingesta de alimento) también aumentarán las pérdidas fecales de calcio y fósforo 12,13,14 y, por tanto, las necesidades diarias de estos minerales serán mayores. Como se ha señalado anteriormente, el número de cachorros diagnosticados de EOD que recibe un alimento deficiente en calcio es considerable y cada vez mayor. Sin embargo, en la literatura se presta una mayor atención al exceso de calcio: en varias publicaciones se ha indicado que las EOD se pueden causar experimentalmente en cachorros de Gran Danés mediante la ingesta excesiva de calcio 15,16, aunque en la mayoría de los estudios el calcio fue el único mineral que se aumentó por encima de la ingesta recomendada, dando lugar a la menor utilización de otros minerales esenciales para el desarrollo esquelético, como el fósforo, el zinc y el cobre. Por tanto, estas EOD pueden estar causadas, o al menos agravadas, por la deficiencia secundaria de estos minerales, particularmente, del fósforo 17. Esto coincide con los resultados de un estudio, en el que se analizaron los efectos de la ingesta excesiva de calcio cuando el aporte de fósforo también es excesivo (teniendo en cuenta la digestibilidad reducida de este elemento) en razas de perros medianos y grandes, y no se observaron signos clínicos de EOD 18. Por el contrario, se ha demostrado que una ingesta baja de fósforo tiene importantes efectos perjudiciales (pero reversibles) para la salud del esqueleto 19,20 (Figura 3) y en varios estudios también se han descrito otros trastornos del desarrollo que pueden estar relacionados con la deficiencia de fósforo en el alimento 21,22. También cabe señalar que, aunque muchas veces se ha sospechado que la ingesta de proteínas por encima de la cantidad diaria recomendada puede ser perjudicial para el desarrollo del esqueleto, en realidad, se trata de un mito. Los estudios han demostrado que la cantidad de proteínas aportada en el alimento de perros en crecimiento no tiene ningún efecto sobre el desarrollo esquelético 23,24.

Cachorro cruce Foxhound tras recibir un alimento bajo en fósforo durante 6,5 semanas con las extremidades arqueadas y deformación en la parte distal de las mismas

Figura 3. Cachorro cruce Foxhound tras recibir un alimento bajo en fósforo durante 6,5 semanas con las extremidades arqueadas y deformación en la parte distal de las mismas. Estas anomalías no provocaron ningún dolor y se resolvieron por completo a las dos semanas con la administración adecuada de fósforo.
Crédito: B. Dobenecker

¿Cómo se calculan las necesidades diarias de nutrientes?

El enfoque básico para determinar las cantidades diarias recomendadas que cubran las necesidades de la mayoría de la población, consiste en determinar las necesidades netas de cada nutriente durante las diferentes etapas de la vida, teniendo en cuenta que la biodisponibilidad varía según la fuente de los nutrientes. Estas necesidades se pueden determinar de varias formas. Se pueden realizar estudios experimentales para evaluar la relación dosis-efecto de un determinado nutriente y averiguar lo que ocurre cuando el aporte es insuficiente, adecuado y excesivo, pero estos estudios deben estar muy estandarizados y se deben seleccionar cuidadosamente los parámetros objetivo adecuados para evaluar el efecto del nutriente estudiado. La definición de estos parámetros para el calcio y el fósforo es bastante compleja. Por un lado, puede existir un largo periodo de latencia desde el inicio de la malnutrición hasta la aparición de signos clínicos específicos. La homeostasis del calcio y el fósforo está rigurosamente controlada y las concentraciones séricas se pueden mantener normales durante mucho tiempo, incluso en caso de deficiencias graves. Por otra parte, se sabe que, factores como la relación entre el calcio y el fósforo del alimento, la ingesta de energía, el ritmo de crecimiento y cualquier predisposición genética a enfermedades esqueléticas agravan los signos clínicos.

Las necesidades de calcio y fósforo para los perros en crecimiento definidas por el NRC 5, se basan en estudios realizados con perros de razas grandes y gigantes, principalmente cachorros de menos de 6 meses de edad y los datos obtenidos se extrapolan para abarcar toda la fase de crecimiento de perros de todos los tamaños. El objetivo es “cubrir o superar” las necesidades de todos los perros en crecimiento, por lo que parece lógico deducir las recomendaciones del grupo de perros cuyas necesidades son más elevadas, es decir, los cachorros jóvenes de razas gigantes. Sin embargo, este método no tiene en cuenta las diferencias individuales ni la diferente duración del periodo crítico de máxima intensidad de crecimiento de los perros de razas pequeñas frente al de las razas grandes. Mientras que el crecimiento de las razas grandes y gigantes dura hasta los 12-15 meses de edad, las razas pequeñas pueden alcanzar su peso final a los 7-8 meses, por lo que es probable que al extrapolar los datos se sobrestimen las necesidades de los perros de razas pequeñas. Además, si se utilizan los datos de la primera fase de crecimiento para deducir las necesidades de todo el crecimiento, se sobrestimarán las necesidades del último periodo de crecimiento, cuando la ganancia diaria de peso se ralentiza.

Linda Böswald

Los requerimientos de calcio y fósforo para los perros en crecimiento se basan en estudios realizados con perros de razas grandes y gigantes, principalmente cachorros de menos de 6 meses de edad y los datos obtenidos se extrapolan para abarcar toda la fase de crecimiento de perros de todos los tamaños.

Linda Böswald

Cálculos nutricionales

Otra estrategia para determinar el aporte diario óptimo de un nutriente se basa en el cálculo factorial, sumando las cantidades necesarias para el mantenimiento y el rendimiento. La ventaja de este método es que tiene en cuenta las necesidades individuales precisas para determinada etapa de la vida y se ha utilizado con éxito en animales de producción, por ejemplo, para determinar la ración óptima en vacas productoras de leche y en cerdos de engorde. En los perros en crecimiento, los factores que se deben determinar son la ganancia de tejido durante el crecimiento y las necesidades de mantenimiento para el peso corporal actual 25. La necesidad de mantenimiento de un nutriente es la cantidad necesaria de dicho nutriente para compensar su inevitable pérdida endógena a través de heces, orina, sudor, piel, pelo, etc.; una vez cuantificadas estas pérdidas se obtiene la “necesidad neta de mantenimiento” de un nutriente. Sin embargo, el organismo no absorbe el 100% de la cantidad ingerida de un nutriente, por lo que es necesario tener en cuenta la disponibilidad real para obtener la “necesidad bruta de mantenimiento” o la ingesta recomendada 26.

La fórmula es la siguiente:

Ingesta recomendada para el mantenimiento = e/disponibilidad [%] x 100 

(donde e = pérdidas endógenas)

Evidentemente, la ingesta recomendada a nivel global está fuertemente influenciada por la disponibilidad del nutriente; si la disponibilidad media se reduce a la mitad, la cantidad recomendada se duplica. La disponibilidad de los minerales varía en función de las fuentes y de la composición general del alimento, por lo que, para garantizar la ingesta adecuada, se utilizan márgenes de seguridad que se añaden a la disponibilidad media.

En la ecuación también se debe incorporar la ganancia de tejido durante el crecimiento teniendo en cuenta la cantidad adicional de nutriente, tal y como se indica a continuación;

Necesidad neta para el crecimiento = ganancia media diaria x concentración de nutriente en el tejido ganado

Por tanto, la ingesta recomendada para el crecimiento se puede calcular como sigue;

(e + necesidad neta para el crecimiento) / disponibilidad [%] x 100

La especie canina tiene una variabilidad extraordinariamente elevada en cuanto a tamaño y peso, por lo que al realizar la curva de crecimiento de un cachorro determinado es importante estimar correctamente el futuro peso de adulto (según el peso ideal del progenitor del mismo sexo o, si no se dispone de ese dato, según el peso medio del estándar de la raza). El ritmo de crecimiento también es diferente entre las razas pequeñas, medianas, grandes y gigantes, por lo que es necesario clasificar a los perros en función de su peso adulto para definir mejor el aporte recomendado de calcio y fósforo. Además, como el crecimiento no es un proceso lineal, los grupos de edad permiten una mayor diferenciación para las recomendaciones. Las necesidades de ganancia de tejido son más elevadas durante la primera fase de crecimiento; después disminuyen a medida que el perro se acerca al peso adulto, siendo las necesidades de mantenimiento las que representan la mayor parte de las necesidades totales de energía y nutrientes. En el cálculo factorial para el calcio y el fósforo se deben tener en cuenta ambos aspectos.

El NRC proporciona los valores en forma de energía metabolizable (EM). El valor absoluto calculado de esta forma depende de las necesidades energéticas, que en un individuo en concreto pueden ser considerablemente diferentes a las de la media. Por ejemplo, se puede predecir que las necesidades de EM de un cachorro de Terranova serán inferiores a las de un Gran Danés de la misma edad y peso debido a las diferencias de temperamento y actividad. Como alternativa a la EM, la ingesta diaria recomendada se puede relacionar con el peso corporal metabólico (kg0,75). La ventaja es que así se calculan las necesidades exactas y, por tanto, se recomienda una alimentación equilibrada y precisa para un perro individual, aunque no se proporciona directamente información sobre el contenido necesario de nutrientes en el alimento. Para calcular este dato en cada caso se deben utilizar las necesidades de EM individuales.

En la Tabla 1 se muestran las recomendaciones de calcio y fósforo para cachorros en función de la edad y del grupo de peso maduro y en el Recuadro 1 se muestra el ejemplo de los diferentes pasos que se deben seguir para el cálculo en un cachorro con un alimento comercial.

Tabla 1. Necesidades de calcio y fósforo en cachorros en función del peso metabólico (kg0,75) (adaptado de 26).

Peso maduro (kg) 10 35 60
Edad actual (semanas) calcio (mg/kg0,75)
9 550 - -
13 436 634 776
17 361 512 610
22 339 479 565
26 335 466 542
31 316 444 519
35 251 350 405
39 217 300 348
44 213 294 342
48 193 266 306
52 187 258 296
Edad actual (semanas) fósforo (mg/kg0,75)
9 352 - -
13 197 291 362
17 158 225 269
22 151 213 251
26 152 210 244
31 141 196 227
35 124 172 197
39 121 166 190
44 125 171 196
48 116 158 180
52 114 155 177

 

Recuadro 1. Pasos a seguir para calcular el calcio (Ca) y fósforo (P) necesarios para “Max”, un cachorro de Pastor Alemán de 22 semanas con un peso actual de 20 kg y un peso adulto estimado de 35 kg.

1

Según la Tabla 1, a Max (de 22 semanas y 35 kg) le corresponde la recomendación diaria de 479 mg Ca/kg0,75 y de 213 mg P/kg0,75. Utilizando su peso actual de 20 kg, las necesidades absolutas de calcio y fósforo se calculan de la siguiente manera:

  • Aporte recomendado diario de Ca: 479 mg x 200,75 kg = 479 mg x 9,46 kg = 4530 mg (o 4,5 g)
  • Aporte recomendado diario de P: 213 mg x 200,75 kg = 213 mg x 9,46 kg = 2014 mg (o 2,0 g)
2
Si se utiliza un alimento comercial, es esencial comprobar que el contenido de calcio y fósforo sean los adecuados para el cachorro en el momento actual de la fase de crecimiento en la que se encuentra. Asumiendo unas necesidades energéticas diarias de 7,0 MJ EM (1673 kcal) 4, la cantidad de calcio y fósforo que debe aportar el alimento se calcula así:
  • Contenido de calcio 4,5 g/7 MJ EM = 0,64 g Ca por MJ EM (2,69 g Ca/1000 kcal EM)
  • Contenido de fósforo 2,0 g/7 MJ EM = 0,29 g P por MJ EM (1,20 g P/1000 kcal EM)
3
El propietario ha elegido un alimento seco completo y equilibrado para cachorros de raza grande con 1,6 MJ EM (382 kcal) por 100 g, 1,1% de calcio y 0,7% de fósforo, con una relación Ca:P de 1,6:1. Lo primero que hay que hacer es calcular la ración diaria de alimento que cubra las necesidades de EM de Max, tal y como se indica;
  • 7 MJ EM/1,6 MJ EM x 100 g = 438 g
4
Después, hay que comprobar si la cantidad de calcio y fósforo que aporta la ración satisface las necesidades. Para ello, los cálculos se pueden hacer en relación a la EM del alimento (i), o en valores absolutos para el perro a nivel individual (ii). 
 
(i) En relación a la EM, el contenido mineral se calcula de la siguiente manera:
  • 1,1 g Ca por 100 g -> 1,1 g Ca/1,6 MJ EM = 0,68 g Ca/MJ EM (2,88 g Ca/1000 kcal EM)
  • 0,7 g P por 100 g -> 0,7 g P por 1,6 MJ EM = 0,43 g P/MJ EM (1,83 g P/1000 kcal EM)
Por lo que el alimento de este ejemplo cubre las necesidades de calcio y fósforo por MJ EM (según el cálculo del paso 2).
 
(ii) Otra opción es calcular el aporte absoluto de ambos minerales en la ración:
  • 1,1% Ca en 438 g de alimento -> 1,1 x 438/100 = 4,818 g de calcio en la ración
  • 0,7% P en 438 g de alimento -> 0,7 x 438/100 = 3,066 g de fósforo en la ración
Los valores se deberían comparar con las necesidades absolutas de Max (paso 1) y en este caso se puede comprobar que sus necesidades se cubren.
De forma rutinaria, la ración diaria se puede pesar y guardar en un recipiente pequeño; así, si el propietario quiere premiar a Max durante el adiestramiento, podrá utilizar las croquetas de la ración ya medida, sin riesgo de darle energía de más (Figura 4). 
Para adiestrar más fácilmente a Max, el propietario debería premiarlo con croquetas de su ración diaria recomendada

Figura 4. Para adiestrar más fácilmente a Max, el propietario debería premiarlo con croquetas de su ración diaria recomendada. 
Crédito: Shutterstock 

Si un propietario quiere alimentar a su perro con dieta casera, hay que tener en cuenta que en la mayoría de las recetas es necesario suplementar con minerales y vitaminas para satisfacer las necesidades diarias, y dada la variedad de productos disponibles, se debe calcular la cantidad de cada nutriente que aporta la dieta para compararlo con las necesidades del animal y seleccionar el producto adecuado (Figura 5). En la Tabla 2 se muestra el ejemplo de una ración casera en la que se necesitan 20 g de un suplemento mineral con un 22,5% de calcio y un 10,5% de fósforo para alcanzar la cantidad diaria recomendada de estos minerales. Obsérvese también que la relación Ca/P de la dieta (1,3/1) se encuentra dentro del rango ideal (rango recomendado 1/1-2/1). Sin embargo, para satisfacer las necesidades, cuando el aporte de nutrientes en la dieta sea menor, se deberá aumentar la cantidad de suplemento y si el aporte de nutrientes es mayor, la suplementación será menor. 

Tabla 2. Posible dieta casera formulada para cubrir las necesidades de un cachorro de Pastor Alemán de 22 semanas con un peso actual de 20 kg y un peso maduro estimado de 35 kg.

Alimento Cantidad [g/d]
Energía
[MJ ME]
Ca
[mg]
P
[mg]
Carne de vacuno 600 4,8 24 1188
Patatas cocidas
250 0,5 15 115
Vegetales 100 0,2 34 30
Fruta 100 0,2 11 16
Aceite vegetal 15 0,5 0 0
Aceite de pescado 5 0,2 0 0
Masticables de tripa seca 30 0,6 27 54
Suplemento 20 0 4500 2100
Total en la ración 7,0 4611 3503
Aporte recomendado 7,0 4530 2014
Existe una desconcertante variedad de suplementos multivitamínicos y minerales y el veterinario debe orientar a los propietarios para que elijan un producto adecuado a las necesidades de su perro

Figura 5. Existe una desconcertante variedad de suplementos multivitamínicos y minerales y el veterinario debe orientar a los propietarios para que elijan un producto adecuado a las necesidades de su perro.
Crédito: B. Dobenecker

Conclusión

Las necesidades de energía metabolizable y de nutrientes cambian durante el crecimiento, por lo que es necesario valorar adecuadamente las necesidades del cachorro para realizar los ajustes necesarios en la ración. Aunque en teoría es adecuado revisar al cachorro cada dos meses cuando su crecimiento sigue la curva de crecimiento recomendada, para realizar un buen seguimiento todos los cachorros se deberían pesar semanalmente y comparar su peso con la curva de crecimiento óptima. Si se produce una desviación del peso corporal ideal, el alimento, y particularmente la energía aportada, se debe adaptar inmediatamente. Para simplificar, en este artículo solo se ha hecho referencia a la energía metabolizable, el calcio y el fósforo, pero en general, cuando se revisan las necesidades nutricionales de un paciente se deben tener en cuenta las necesidades de todos los minerales, oligoelementos y vitaminas. Aunque los cálculos no son difíciles, las fórmulas ponen de manifiesto la necesidad de tener en cuenta todos los factores necesarios para proporcionar una nutrición equilibrada.

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  26. Böswald LF, Klein C, Dobenecker B, et al. Factorial calculation of calcium and phosphorus requirements of growing dogs. PLOS One 2019;14(8):e0220305

Linda Böswald

Linda Böswald

La Dra. Böswald estudió veterinaria en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich, donde continuó trabajando tras especializarse en nutrición animal Leer más

Britta Dobenecker

Britta Dobenecker

La Dra. Dobenecker, tras licenciarse por la Facultad de Veterinaria de Hannover, realizó el doctorado en el Instituto de Química Fisiológica de Hannover y en el Instituto de Nutrición Animal de Múnich Leer más

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