Linfoma cutáneo en gatos
El linfoma cutáneo es una neoplasia rara en el gato, pero potencialmente mortal, por lo que se debe incluir en el diagnóstico diferencial de los pacientes con problemas cutáneos.
Número de edición 31.1 Otros artículos científicos
Fecha de publicación 23/09/2021
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El collar isabelino se suele utilizar para evitar que el gato con prurito se rasque, pero también puede afectar al bienestar del animal. En este breve artículo se analizan las ventajas e inconvenientes de utilizar el collar isabelino o “campana”.
El collar isabelino es una herramienta importante para evitar el autotraumatismo en el gato, sin tener que usar fármacos, pero también puede afectar negativamente al comportamiento y al bienestar.
En algunos casos, se pueden tomar otras medidas alternativas o complementarias, pero la buena comunicación con el propietario también ayuda a reducir los efectos negativos del collar isabelino en el gato.
El collar isabelino se puede utilizar como un medio no farmacológico para evitar el autotraumatismo y el acicalamiento excesivo en el paciente felino. Sin embargo, también puede generar estrés, tanto al gato como a su propietario 1. Comprender el impacto negativo que puede causar el collar isabelino en el gato puede ayudar al veterinario a minimizar el estrés y maximizar los beneficios de utilizarlo.
El gato es un animal que se acicala con frecuencia y puede hacerlo de forma insistente corriendo el riesgo de quitarse puntos de sutura o de lesionarse la piel tras una intervención quirúrgica, particularmente cuando se ven afectadas regiones del tronco, las extremidades y la cola. Además, el prurito asociado a trastornos cutáneos puede dar lugar al autotraumatismo y al agravamiento de las lesiones (Figura 1). El collar isabelino, colocado correctamente, suele ser útil para facilitar la resolución de lesiones cutáneas y la cicatrización de heridas, así como para evitar la necesidad de intervenciones quirúrgicas adicionales. En el Recuadro 1 se muestra una lista detallada con las indicaciones del collar isabelino. Además, estos collares son económicos y fáciles de colocar, tanto por los propietarios en el hogar como por el equipo veterinario en la clínica.
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Muchos propietarios, particularmente de gatos, indican que a sus mascotas no les gusta llevar collar isabelino. Esto se ha confirmado recientemente en una encuesta a propietarios, cuyos perros o gatos llevaron collar isabelino durante los 12 meses previos a la encuesta (n=434). El 77% de los propietarios indicó que el collar isabelino afectaba negativamente a la calidad de vida del animal 2. El problema era aún mayor cuando lo llevaban durante más tiempo. En un estudio de series de casos, 13 gatos recibieron tratamiento de queratitis ulcerativa profunda, teniendo que llevar un collar isabelino durante 28 días, con una media de 13 a 73 días 3. Los propietarios indicaron que algunos gatos se acostumbraron al collar, pero aparentemente, otros gatos nunca lo consiguieron.
Determinar si las alteraciones del comportamiento se deben al collar isabelino o al problema original que hizo necesario su uso, puede resultar especialmente complicado. Así, en un estudio en gatos en el que se evaluaron los cambios de comportamiento y el nivel de dolor durante la recuperación de una esterilización electiva, llevar un collar isabelino afectó significativamente al comportamiento de las gatas 4. Las alteraciones más frecuentes que se indicaron en este estudio estaban relacionadas con el nivel de actividad en general, con el tiempo dedicado a dormir, jugar y moverse, pero también podría argumentarse que la cirugía pudo ser la responsable de los cambios de comportamiento.
Muchos gatos pueden llevar collar isabelino sin ningún problema aparente, pero a algunos individuos les puede afectar a su bienestar. En otro estudio, los propietarios indicaron que el collar isabelino interfería en diversas actividades diarias del gato, incluyendo beber (60,2%), jugar (67,5%) orinar o defecar, así como en otras actividades como acicalarse o llevar un arnés o collar 2.
Algunos propietarios también señalaron cambios drásticos en el comportamiento del gato, incluyendo estados de agitación, alteración de la postura o de la marcha, o “quedarse inmóvil”. También se han indicado otros problemas; en algunos casos, el collar isabelino aumentó el antagonismo entre gatos que convivían en un mismo hogar e imposibilitó que los gatos entraran o salieran libremente de su casa por la gatera de la puerta, afectando así a su rutina diaria. De hecho, los collares isabelinos pueden afectar a la movilidad general del animal, pudiendo hacer que los gatos con acceso al exterior estén expuestos a más riesgos. Por tanto, los collares isabelinos deberían ser del menor tamaño posible que permita proteger el área corporal requerida para minimizar el impacto en el movimiento y la actividad diaria del gato.
Es importante destacar, que cuando la causa subyacente del autotraumatismo no se trata (por ejemplo, si el problema cutáneo no se resuelve) el gato sigue sintiendo dolor o picor, y en cuanto se retire el collar, se volverá a producir el autotraumatismo 5.
Anne Quain
Aunque a menudo se piensa que los collares isabelinos son necesarios para proteger al animal de sí mismo, no hay ninguna garantía de que todos los gatos, y sus propietarios, lo acepten durante un periodo de tiempo razonable. Por este motivo, los veterinarios deberían considerar otros métodos alternativos o complementarios para evitar el autotraumatismo (Recuadro 2), que permitan suprimir totalmente la necesidad de llevar collar isabelino, o al menos, reducir el tiempo durante el cual el gato lo deba utilizar.
• Tratamiento farmacológico antipruriginoso
• Apósitos y vendajes para las heridas
• Aplicación tópica de productos amargos (no tóxicos)
• Analgesia pre, peri y postquirúrgica
• Analgesia multimodal, extendiéndola a los cuidados del gato en casa
• Sedación
• Fármacos ansiolíticos
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Siempre que se decida colocar un collar isabelino al gato es esencial hablar con sus propietarios, puesto que desempeñan un papel clave para minimizar el impacto negativo y maximizar los beneficios del collar (Figura 2). Por tanto, es esencial explicar lo siguiente:
• La razón por la que el gato necesita llevar el collar isabelino y las posibles consecuencias de retirarlo antes de tiempo (como el agravamiento del problema cutáneo, que las heridas se vuelvan a abrir o que sea necesario intervenir de nuevo con los riesgos y costes asociados).
• El hecho de que algunos gatos puedan tener dificultades al realizar determinadas actividades y necesiten ayuda (por ejemplo, elevando el bebedero y el comedero para que el gato pueda acceder a ellos más fácilmente con el collar, retirar la parte de arriba de los areneros cubiertos o proporcionar alternativas a la gatera de la puerta si el gato no la puede utilizar con el collar isabelino)
• Los posibles riesgos de que el gato esté fuera de la casa con el collar isabelino sin supervisión.
• Cómo retirar, sustituir y ajustar el collar (si el propietario se lo quita al gato para que pueda comer o beber mejor).
• La importancia de contactar con la clínica veterinaria si el gato no tolera bien el collar.
Actualmente el collar isabelino es una herramienta necesaria para evitar el autotraumatismo en algunos pacientes felinos. El equipo veterinario puede ayudar al propietario transmitiendo con claridad la finalidad del collar y ofreciendo indicaciones ante las posibles complicaciones que puedan surgir, incluyendo los cambios transitorios de comportamiento. El equipo de la clínica también puede ayudar al propietario solucionando los problemas relacionados con el collar y recomendando estrategias para favorecer la comodidad del gato. Por último, los veterinarios pueden considerar otros métodos alternativos o complementarios con los que se pueda evitar el autotraumatismo en gatos, no siendo necesario que lleven el collar o reduciendo el tiempo que lo utilicen.
Noli C, Borio S, Varina A, et al. Development and validation of a questionnaire to evaluate the quality of life of cats with skin disease and their owners, and its use in 185 cats with skin disease. Vet Dermatol 2016;27:247-e58.
Shenoda Y, Ward MP, McKeegan D, et al. “The Cone of Shame”: Welfare implications of Elizabethan collar use on dogs and cats as reported by their owners. Animals 2020;10:333.
Martin De Bustamante MG, Good KL, Leonard BC, et al. Medical management of deep ulcerative keratitis in cats: 13 cases. J Feline Med Surg 2019;21:387-393.
Väisänen MA, Tuomikoski SK, Vainio OM. Behavioral alterations and severity of pain in cats recovering at home following elective ovariohysterectomy or castration. J Am Vet Med Assoc 2007;231:236-242.
Titeux E, Gilbert C, Briand A, et al. From feline idiopathic ulcerative dermatitis to feline behavioral ulcerative dermatitis: grooming repetitive behaviors indicators of poor welfare in cats. Frontiers Vet Sci 2018;5:81-81.
Anne Quain
Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Sídney, Australia Leer más
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