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Veterinary Focus

Número de edición 31.1 Otros artículos científicos

Enfermedades del plano nasal en el gato

Fecha de publicación 09/09/2021

Escrito por Christina Gentry

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Português , English , 한국어 y Українська

Las lesiones cutáneas localizadas en la región nasal del gato pueden suponer un reto en cuanto al diagnóstico diferencial y al tratamiento; Christina Gentry nos muestra cómo abordarlas de forma racional.

A 10-year-old female spayed DSH barn cat with a one-year history of a lesion on the left bridge of nose and nasal planum. Squamous cell carcinoma was diagnosed on biopsy.

Puntos clave

Las lesiones del plano nasal en el gato pueden ser la única manifestación cutánea de enfermedad o bien acompañarse de otras lesiones cutáneas.


La presencia o ausencia de otras lesiones puede ayudar a limitar la lista de diagnósticos diferenciales.


La citología superficial por impronta y la biopsia son las pruebas de diagnóstico que se utilizan con más frecuencia. 


En los procesos inmunomediados, infecciosos y paraneoplásicos también pueden desarrollarse signos sistémicos, entre los que se incluyen malestar y disminución del apetito.


Introducción

Las enfermedades que afectan a la nariz y al puente nasal son poco, o muy poco, frecuentes en los pacientes felinos. Algunos trastornos afectan a zonas tanto sin pelo (plano nasal y philtrum) como con pelo (puente nasal), mientras que otros únicamente afectan al plano nasal. Las lesiones en la nariz pueden tener una causa neoplásica, parasitaria, inmunomediada, infecciosa, genética, ambiental o idiopática. Las enfermedades del plano nasal también pueden afectar a la piel circundante y a otras localizaciones más distantes. El objetivo de este artículo es describir brevemente y en función de la etiología subyacente, la patogenia, las herramientas de diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de las afecciones con las que se puede encontrar el veterinario.

Causas neoplásicas y paraneoplásicas

Carcinoma de células escamosas

Los carcinomas de células escamosas (CCE) son los tumores más frecuentes en el gato, representando cerca del 15% de todas las neoplasias cutáneas felinas 1.La mayoría de los CCE se localizan en la cara, especialmente en áreas con muy poco pelo, como las puntas de las orejas, el puente nasal, los párpados, así como en el plano nasal (Figura 1). En la patogenia está implicada la exposición crónica a la radiación ultravioleta (UV) y los gatos blancos o de colores claros tienen mayor riesgo de desarrollar CCE porque la superficie de su piel recibe una mayor radiación UVB 2. Las lesiones iniciales, que pueden asemejarse a las de arañazos o traumatismos que no terminan de cicatrizar 3, consisten en una queratosis actínica (lesiones precancerígenas por la exposición solar crónica), que progresa a carcinoma de células escamosas in situ y, posteriormente, a carcinoma de células escamosas. Se pueden presentar diversos tipos de lesiones a la vez, pero normalmente consisten en áreas inflamadas con costras, bajo las que se puede observar eritema, alopecia y erosiones 3. El tamaño de las lesiones es variable, con un diámetro comprendido entre unos pocos milímetros y algunos centímetros. Las áreas afectadas pueden presentar un hundimiento o cráter y las costras pueden ser hemorrágicas, observándose a veces, en los casos más graves, masas papilares o fungiformes.

El diagnóstico normalmente se confirma con los resultados de una muestra histopatológica de biopsia o tras la escisión quirúrgica completa. Para obtener una muestra de la región del plano nasal se puede utilizar la técnica de biopsia por punch (ver Recuadro 1), mientras que la biopsia por raspado/marginal puede ser más útil para obtener muestras de las puntas de las orejas. Como las lesiones afectan a la epidermis, los aspirados con aguja fina pueden no resultar tan útiles cuando las lesiones son pequeñas. La histopatología del CCE bien diferenciado se caracteriza por la presencia de trabéculas e islotes de células epidérmicas que penetran en la dermis. Las lesiones presentan en la periferia queratinocitos de aspecto basal con una diferenciación progresiva a células epidérmicas queratinizadas hacia el centro de la lesión. Estas células epidérmicas forman “perlas” de queratina que pueden visualizarse en el centro de los islotes epidérmicos neoplásicos 3.

 

Recuadro 1. Técnica de biopsia del plano nasal.
  •  Para tomar una biopsia del plano nasal es recomendable la sedación profunda o anestesia.
  •  No frote o limpie el lugar de la biopsia, puesto que las costras pueden ser diagnósticas.
  •  Con el punch de 4 mm se suele obtener una muestra adecuada. 
  •  Obtenga muestras de cualquier otra área afectada de la piel para un mejor resultado diagnóstico.
  •  Envíe la muestra al laboratorio junto con el historial clínico detallado, los hallazgos de la exploración física y fotografías.

 

Los carcinomas de células escamosas localizados en la zona facial tienen un bajo índice de metástasis 4 y en su mayoría, los tratamientos van dirigidos a las lesiones individuales. Antes de iniciar el tratamiento puede estar recomendada la estadificación del paciente, que implica la realización de un análisis de sangre, la obtención de aspirados de los ganglios linfáticos locales y la realización de radiografías torácicas. Los posibles tratamientos del CCE facial incluyen la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia intralesional. La escisión quirúrgica es el tratamiento recomendado para la mayoría de los CCE que afectan a la cara 4, aunque la extirpación quirúrgica de tumores grandes en el plano nasal puede provocar la desfiguración de los rasgos. En estos casos se recomienda la radioterapia; utilizando braquiterapia con estroncio-90 para tumores de menos de 3 mm de profundidad y la teleterapia para lesiones más profundas 5. Las lesiones más pequeñas que se pueden extirpar completamente son las que tienen mejor pronóstico y la radioterapia, cuando las lesiones son pequeñas, puede alargar significativamente el intervalo libre de enfermedad, pasando de meses a años 1. Las lesiones más invasivas recidivan con mayor rapidez.

 

Lesiones paraneoplásicas

La alopecia paraneoplásica es un síndrome raro descrito principalmente en gatos. Todavía no se ha determinado con exactitud la patogenia, pero casi todos los casos son secundarios a neoplasias malignas del páncreas, intestino, hígado o tracto biliar 6. Los signos clínicos a nivel general incluyen malestar, pérdida de peso y disminución del apetito en un gato de edad avanzada que, anteriormente, tenía un buen estado de salud. Los signos clínicos a nivel cutáneo pueden ser llamativos e incluyen la rápida pérdida de pelo y la facilidad con la que se puede depilar el pelo del abdomen, progresando a una alopecia en las extremidades y en la cara. La piel alopécica es suave y a veces presenta una secreción marrón debido a la dermatitis secundaria por Malassezia 7. La superficie de las almohadillas y del plano nasal se muestra brillante y lisa, mientras que se puede observar alopecia en el puente de la nariz.

En general, el pronóstico es malo, ya que antes de observarse la alopecia y la pérdida de las capas normales del plano nasal suele haberse producido la metástasis a los ganglios linfáticos, hígado y pulmones 67. En la mayoría de los casos, cuando existe poca probabilidad de que la cirugía sea curativa, se recomiendan cuidados paliativos o la eutanasia del animal.

Primer plano de la cara de un gato en la que se observa una lesión costrosa y más oscura en la zona de la nariz.

Figure 1a. Gata común de 10 años, que vive en una zona rural y que desde hace un año presenta una lesión en la región izquierda del puente nasal y el plano nasal. En la biopsia se diagnosticó un carcinoma de células escamosas © Christina M. Gentry 

Imagen de la cara de un gato que presenta una lesión ulcerada, costrosa y de color más oscuro en la zona izquierda de la nariz.

Figure 1b. Gata común de 10 años, que vive en una zona rural y que desde hace un año presenta una lesión en la región izquierda del puente nasal y el plano nasal. En la biopsia se diagnosticó un carcinoma de células escamosas © Christina M. Gentry 

Christina M. Gentry

Los carcinomas de células escamosas son tumores frecuentes en el gato, representando cerca del 15% de todas las neoplasias cutáneas felinas. La mayoría de estos carcinomas se localizan en la cara, especialmente en áreas con muy poco pelo, como la punta de las orejas, el puente nasal y los párpados, y en áreas sin pelo como el plano nasal.

Christina M. Gentry

Reacciones de hipersensibilidad

La hipersensibilidad a la picadura de los mosquitos es especialmente frecuente en gatos que tienen acceso al exterior, de capa oscura y durante los meses más calurosos de regiones con un clima cálido, como las del sur de Estados Unidos o los países Mediterráneos. Es raro que afecte a gatos que viven exclusivamente en el interior del hogar. Se considera que es una hipersensibilidad de tipo 1 que además tiene características de la hipersensibilidad tipo 4. Algunos gatos empiezan presentando unas ronchas durante los primeros 20 minutos tras la picadura 8. Se puede observar una dermatitis miliar y a veces un granuloma eosinofílico en el puente nasal, la punta de las orejas y las almohadillas (Figura 2). Estas lesiones pueden progresar formándose costras más grandes, erosiones y excoriaciones por prurito. En los casos más graves las lesiones se pueden extender desde el puente nasal hacia el plano nasal y puede desarrollarse una linfadenopatía regional 89.

El diagnóstico se suele realizar en base a la historia clínica y la exploración física. En los casos más graves o en los que hay una sospecha de pénfigo foliáceo o dermatitis por herpesvirus, se puede considerar la biopsia. Es recomendable realizar una citología superficial para comprobar si existe una infección bacteriana secundaria; si no hay infección, las células predominantes más frecuentes son los eosinófilos, siendo menos frecuentes otros tipos de células. La histopatología de la hipersensibilidad a la picadura de mosquitos normalmente revela una marcada inflamación eosinofílica con costras y exudado seroso. Puede resultar complicado diferenciar esta hipersensibilidad de otros trastornos cutáneos eosinofílicos del gato o de la dermatitis por herpesvirus cuando no se detectan cuerpos de inclusión virales 9.

Para que el tratamiento tenga éxito es necesario controlar la inflamación aguda y las infecciones secundarias (si existen), además de reducir o eliminar el número de picaduras de mosquito. Probablemente, la forma más eficaz de controlar la inflamación es mediante la administración de esteroides de acción corta por vía oral o parenteral en el rango medio-alto de la dosis antiinflamatoria (1-2 mg/kg día) 8. Es posible que solo sea necesario un tratamiento de 2-4 semanas de duración, evitando las picaduras de los mosquitos, pero si no se puede modificar el entorno del gato (p. ej., gatos de fincas o zonas rurales) el tratamiento se puede continuar durante la época del año de mayor actividad del mosquito.

La mejor estrategia consiste en evitar la picadura del mosquito. Las medidas que se pueden adoptar incluyen mantener al gato dentro del hogar durante las horas y la estación del año de mayor actividad, eliminar los lugares en los que haya agua estancada donde puedan depositarse larvas de mosquito, retirando arbustos, maleza y césped alto cerca del agua y utilizando repelentes ambientales 8. Si no es posible mantener al gato en el interior de la casa se pueden utilizar repelentes tópicos, pero su eficacia es variable y se deberían aplicar diariamente siempre que sea posible. También se pueden utilizar productos con permetrina (formulados para gatos), citronela, aceite de neem o aceite esencial de catnip, pero se debe tener en cuenta el riesgo de toxicidad 8. Según la experiencia anecdótica de la autora, los productos que contienen picaridina pueden ser eficaces durante varias horas cuando se aplican sobre el dorso y las puntas de las orejas.

El pronóstico en los gatos, cuando se pueden mantener dentro de las casas, es excelente, e incluso aunque no se pueda modificar significativamente el entorno, el pronóstico es de regular a bueno.

Imagen de un gato siendo sostenido por un veterinario con guantes morados. La nariz del gato muestra decoloración y pequeñas lesiones costrosas.

Figura 2. Gata común de 13 años, esterilizada, que vive en el exterior, con hipersensibilidad a la picadura de mosquito. Presenta una alopecia estacional, con costras y erosiones en el puente nasal y el plano nasal. © Christina M. Gentry

Causas inmunomediadas

El pénfigo foliáceo (PF) es la enfermedad cutánea inmunomediada más común en el gato 10, aunque a nivel global es poco frecuente en la población felina. El PF afecta a los desmosomas que mantienen la unión entre las células epidérmicas más superficiales, de manera que estas células se separan antes de madurar completamente como queratinocitos anucleados. La mayoría de los casos son idiopáticos y un pequeño porcentaje está desencadenado por reacciones a determinados fármacos 11. Los gatos afectados, generalmente son de mediana edad, pero esta enfermedad puede desarrollarse en gatos de cualquier edad, incluyendo gatitos.

Las lesiones de PF se localizan con mayor frecuencia en la superficie cóncava del pabellón auricular, en la cara, el puente nasal y el plano nasal (Figura 3); las lesiones del plano nasal se observan en hasta el 50% de los gatos (Figura 4) 1112. Los gatos afectados también pueden presentar lesiones alrededor de las papilas mamarias, en las almohadillas, el lecho ungueal y en áreas de piel con pelo 11. Algunos gatos únicamente tienen lesiones en la cara, otros solo en las almohadillas, con afectación del lecho ungueal, y otros presentan lesiones en diversas partes del cuerpo. Las lesiones primarias consisten en pústulas amarillentas que engloban varios folículos pilosos y progresan hacia costras amarillentas anulares, que pueden tener erosiones subyacentes. Si el plano nasal y las almohadillas están afectados se puede apreciar la pérdida del aspecto adoquinado normal y el lecho ungueal puede presentar una secreción espesa, purulenta y amarilla, a veces verde, alrededor de los pliegues ungueales. El prurito es variable; el autotraumatismo por rascado puede alterar significativamente la apariencia de las lesiones, especialmente en la cara y las orejas. Los gatos afectados pueden presentar fiebre, malestar y disminución del apetito.

Como prueba de diagnóstico inicial se debe realizar una citología por impronta de las lesiones, ya sea rompiendo una pústula o levantando una costra. En la citología se observarán principalmente neutrófilos no degenerados y un número variable de queratinocitos acantolíticos; estos queratinocitos nucleados y redondeados han perdido las uniones de los desmosomas y se visualizan de color azul mediante tinciones rutinarias. Es recomendable realizar un cultivo para dermatofitos (DTM), así como explorar al animal con una lámpara de Wood y realizar un raspado cutáneo para descartar dermatofitosis y ectoparásitos (Demodex cati y Notoedres cati). En la analítica sanguínea inicial se puede observar leucocitosis e hiperglobulinemia 13.

Para obtener un diagnóstico definitivo se recomienda realizar una biopsia. Dada la naturaleza superficial de las lesiones diagnósticas (pústulas neutrofílicas con queratinocitos acantolíticos), no se debe depilar, ni rasurar o raspar la zona de la biopsia, ya que la muestra puede perder su valor diagnóstico. La histopatología revela la presencia de costras neutrofílicas, con un infiltrado epidérmico y dérmico superficial predominantemente neutrofílico o mixto de neutrófilos y eosinófilos 14. Las pústulas pueden presentar un infiltrado predominantemente neutrofílico o eosinofílico con queratinocitos acantolíticos, solitarios o agrupados. Los folículos pilosos también pueden verse afectados (Figura 5) 14.

Los corticoides son la principal opción terapéutica y, en muchos casos, se obtiene una respuesta satisfactoria a la monoterapia. Se han utilizado dosis de inducción de 2-6 mg/kg PO al día de prednisolona, siendo suficientes 2-3 mg/kg al día en la mayoría de los pacientes 12. La vía de elección es la oral y probablemente sea la más efectiva, en comparación con la administración parenteral de esteroides de acción prolongada, aunque en pacientes difíciles de medicar se pueden hacer excepciones. La remisión se suele lograr a las 2-8 semanas, aunque la mayoría de los pacientes necesitan un tratamiento de por vida. Una vez que se produce la remisión, la dosis de esteroides se reduce progresivamente un 25% cada 2-3 semanas hasta retirar totalmente el tratamiento o hasta que se produzca otro brote.

Dada la larga duración del PF en el gato y los posibles efectos adversos de los esteroides, como el aumento de peso, el riesgo de diabetes mellitus y de infecciones víricas de vías respiratorias altas, se debe considerar la administración de otros inmunosupresores como terapia adyuvante. Se puede utilizar ciclosporina modificada, en presentación líquida o en cápsulas, a dosis de 5-7 mg/kg al día para reducir (y en ciertos casos suprimir) las dosis de corticoesteroides. En algunos casos, la frecuencia de administración se puede reducir a 2-3 días a la semana 15. El clorambucilo puede ser una opción en casos refractarios a la ciclosporina modificada, cuando el paciente presente efectos secundarios digestivos importantes o preocupe la larga duración de los efectos secundarios asociados a los esteroides 15. La azatioprina no está recomendada en el gato debido al riesgo potencial de supresión de la médula ósea 15. El pronóstico para la mayoría de los gatos es bueno, siempre que se tolere bien la administración oral y no se desarrollen efectos adversos asociados al uso de esteroides11.

Imagen de un gato negro sostenido por un veterinario con guantes morados. La nariz del gato y el borde de la oreja derecha presentan pelos mucho más cortos y pequeñas costras amarillentas

Figura 3. Gato común, macho castrado de 5 años, con pénfigo foliáceo que afecta al pabellón auricular, puente nasal y plano nasal; nótense las finas costras amarillentas y la hipotricosis en las áreas afectadas. © Christina M. Gentry

Una persona sostiene la cabeza de un gato blanco con alopecia, costras y pigmentación más oscura en la zona de la nariz.

Figura 4. Gato común con eritema, costras y pérdida de pelo en la región nasal. El diagnóstico fue pénfigo foliáceo. © Dr. Christoph J. Klinger

Imagen microscópica de una muestra citológica teñida en tonos morados y rosados. Se observan células grandes redondeadas agrupadas con núcleos prominentes.

Figura 5. Citología de un gato con pénfigo foliáceo; nótese la presencia de queratinocitos redondeados (acantolíticos) en pequeños grupos (como “huevos fritos”) rodeados de neutrófilos. © Dr. Christoph J. Klinger

Christina M. Gentry

Las lesiones de pénfigo foliáceo se localizan frecuentemente en la superficie cóncava de los pabellones auriculares, cara, puente nasal y, hasta en el 50% de los gatos, el plano nasal; los animales afectados también pueden tener lesiones alrededor de las papilas mamarias, las almohadillas, lechos ungueales y áreas de piel con pelo.

Christina M. Gentry

Causas infecciosas

FHV-1
La dermatitis por herpesvirus es una manifestación poco frecuente de la infección por herpervirus-1 felino (FHV-1). Este virus es un patógeno frecuente de las vías respiratorias superiores y muchas veces provoca rinotraqueitis y conjuntivitis autolimitantes. En la mayoría de los casos los signos respiratorios se resuelven, pero el virus permanece latente en el ganglio trigémino 16. Los gatos que desarrollan lesiones cutáneas pueden tener antecedentes de infecciones respiratorias de vías altas, administración de corticoesteroides o exposición a factores estresantes y los gatos adultos están afectados con mayor frecuencia que los gatitos. Las lesiones cutáneas consisten en vesículas, erosiones y úlceras en la cara cubiertas con costras. Las lesiones se pueden localizar en el puente nasal, el plano nasal, el hocico, y la región periocular, pero también pueden observarse úlceras por todo el cuerpo 17.

La sospecha de FHV-1 se basa en la historia clínica y la exploración física, especialmente cuando también existen signos respiratorios de vías altas. Para obtener el diagnóstico definitivo es muy recomendable realizar una biopsia. La dermatitis por FHV-1 puede ser similar a la hipersensibilidad a la picadura de mosquitos, el pénfigo foliáceo, el granuloma eosinofílico y el eritema multiforme, dependiendo de la cantidad de costras presentes y del grado de lesiones por autotraumatismo. La histopatología revela necrosis de la epidermis que puede extenderse a la dermis, con una cantidad considerable de exudado y costras y el infiltrado eosinofílico es más frecuente que el infiltrado neutrofílico 9. Los cuerpos de inclusión intranucleares en los queratinocitos o de células gigantes son un hallazgo diagnóstico, pero no siempre están presentes. Si en la muestra no se observan cuerpos de inclusión, puede ser necesario realizar una prueba de PCR o de inmunohistoquímica del tejido afectado. En un estudio reciente se ha demostrado la fiabilidad de la hibridación in situ de ARN para el diagnóstico de FHV-1 en muestras de tejido embebido en parafina y fijado con formalina 18.

Cabe señalar que la prueba de PCR viral de lesiones oculares o respiratorias no permite confirmar o descartar la herpervirosis cutánea, pero puede contribuir a determinar la causa cuando exista una enfermedad respiratoria de vías altas concomitante.

El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad; los antivirales orales y tópicos, el interferón omega y el imiquimod son, todos ellos, fármacos recomendados 1619. Si el gato afectado está recibiendo un tratamiento con corticoesteroides, se deberá interrumpir su administración siempre que sea posible.
 
Esporotricosis
La esporotricosis es una infección causada por el hongo dimórfico Sporotrix schenckii. Este es un organismo ambiental que se encuentra en la materia orgánica y el suelo. La inoculación traumática se produce a través de conidios que se encuentran en las plantas o a través de mordeduras o arañazos de animales (principalmente gatos). Esta micosis es endémica de Sudamérica y Centroamérica, causando epidemias en Brasil durante los últimos 20 años 20, aunque también se han descrito algunos casos en Norteamérica 2021. Es importante destacar que es una zoonosis y la vía de transmisión más frecuente son los mordiscos y arañazos de los gatos a sus propietarios 20.

Las formas de presentación más frecuentes en el gato son la cutánea y la cutaneolinfática. Las áreas que generalmente están afectadas son la cara y la cabeza, observándose lesiones en el puente nasal que llegan a extenderse hasta el plano nasal 21. La progresión de la forma cutaneolinfática a la forma diseminada es poco frecuente. En un estudio de revisión retrospectivo de 23 casos se observó que prácticamente todos los gatos afectados tenían acceso al exterior y el estado de salud antes de la infección era bueno en la mayoría de los casos, aunque un pequeño porcentaje presentó comorbilidades en el momento del diagnóstico, incluyendo la infección retroviral 21.

La esporotricosis se puede diagnosticar mediante la evaluación citológica de muestras de aspirados con aguja fina, el cultivo fúngico y la evaluación histopatológica 22. El tratamiento con antifúngicos del grupo de los azoles (generalmente itraconazol) suele ser exitoso, aunque también se han utilizado el yoduro de sodio y el yoduro potásico 22. El tratamiento normalmente dura varios meses y se mantiene como mínimo durante 1-2 meses más tras la resolución de los signos clínicos. El pronóstico para las formas cutánea y cutaneolinfática es bueno, pudiendo ser menos favorable en los casos sistémicos.

Causas idiopáticas

La dermatitis nasal idiopática es una afección poco frecuente de etiopatogenia desconocida y se describe como el desarrollo de lesiones en el plano nasal en gatos de raza Bengalí. Los animales afectados suelen tener menos de un año de edad y las lesiones, consistentes en costras, fisuras y úlceras, se localizan exclusivamente en el plano nasal. En un estudio se revisaron 48 casos y se observó que los gatos afectados no presentaban otras lesiones cutáneas y, por lo demás, no padecían ninguna otra afección 23. El diagnóstico normalmente se obtiene en base a la historia clínica y la exploración física.

Se han utilizado diversos tratamientos, incluyendo la prednisolona oral, el ácido salicílico y el tacrólimus por vía tópica. La prednisolona en comprimidos y el ácido salicílico en pomada han demostrado una eficacia variable, mientras que se ha indicado una mayor probabilidad de remisión clínica con el tacrólimus por vía tópica 23, aunque algunos gatos experimentan una mejoría espontánea. El pronóstico es de bueno a excelente, ya que la mayoría de los gatos responden al tratamiento.

Alteraciones de la pigmentación

Lentigo simplex 
Este es un trastorno poco frecuente que afecta principalmente a gatos adultos de color naranja. Se manifiesta con manchas negras (melanosis macular asintomática) localizadas generalmente en los labios, aunque también pueden presentarse en la nariz, las encías y los párpados 24. Las lesiones típicas son planas, con una forma de anular a ovalada y de menos de 1 cm de diámetro (Figura 6). La pigmentación de la piel es profunda, pero no irregular y, aunque las áreas pigmentadas pueden aumentar de tamaño con el tiempo (Figura 7) no se desarrollan placas o masas 24. Generalmente, el diagnóstico se obtiene con la exploración física, pero se puede realizar una biopsia si se sospecha un melanoma; la histopatología revela una melanosis marcada, especialmente en las capas más profundas del epitelio. Al ser solo una cuestión de estética el tratamiento no está indicado.
Imagen del primer plano de un gato naranja, recostado y una persona con un guante amarillo sujetándole la cabeza. El gato presenta áreas de coloración mas oscura en la zona de la nariz.

Figura 6. Gato común, macho castrado de 5 años, con pequeñas lesiones de lentigo en el plano nasal, philtrum nasal y márgenes labiales. Las lesiones son planas, sin eritema ni erosiones. © Christina M. Gentry

Imagen frontal de la cara de un gato naranja con pigmentaciones negras en la zona frontal de la nariz.

Figura 7. Gato común, macho castrado de 17 años con lesiones de lentigo grandes y coalescentes en el plano nasal y el filtro nasal. © Rachel Rodriguez

Vitíligo
El vitíligo se produce como consecuencia de la destrucción de la mayoría de los melanocitos (células productoras de pigmento) de un área de la piel y es una afección rara en el gato. La causa es multifactorial y pueden estar implicados factores como la susceptibilidad genética, la destrucción inmunomediada y las lesiones oxidativas. Los signos clínicos incluyen la despigmentación simétrica tanto de áreas de la piel sin pelo (leucoderma) como con pelo (leucotriquia). En el gato, se suele apreciar una pérdida de pigmentación alrededor de los ojos, la nariz, los márgenes labiales, las almohadillas y las extremidades, siendo menos frecuente que se vean afectadas otras regiones del cuerpo 25. En las áreas afectadas no se observa inflamación, erosión o presencia de costras. Los casos descritos en la literatura se limitan al gato Siamés, la mayoría hembras jóvenes en el momento del diagnóstico 25. El diagnóstico se puede obtener mediante la exploración física cuando se trata de un Siamés hembra joven con pérdida de pigmentación en ausencia de inflamación o costras. La biopsia es recomendable en gatos que no se ajusten al perfil típico para descartar otras enfermedades, como el linfoma epiteliotropo cutáneo, una deficiencia nutricional, o un lupus eritematoso discoide en sus primeros estadios.
 
El vitíligo se considera una enfermedad estética en el gato, pero la pérdida de pigmentación alrededor de los párpados y la nariz puede predisponer a un gato, por lo demás pigmentado, a la queratosis actínica y, potencialmente, al carcinoma de células escamosas. El tratamiento no está recomendado.

Conclusión

Las lesiones nasales externas en el gato son relativamente raras, pero se deben abordar prestando la misma atención y siguiendo el mismo protocolo que cuando se investigan otros trastornos cutáneos, teniendo en cuenta además que las lesiones externas en la nariz pueden formar parte de un problema de mayor magnitud. Las lesiones se pueden identificar realizando una anamnesis detallada, una exploración física completa, una citología y, posiblemente, una biopsia, pero en los casos más difíciles puede ser útil consultar con un veterinario especialista en Dermatología.

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Christina Gentry

Christina Gentry

Hospital Veterinario Gulf Coast Veterinary Specialists, Houston, TX, EE. UU. Leer más

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