Introducción
En medicina humana, la fisioterapia ha demostrado ser una parte exitosa de muchos programas de rehabilitación para lesiones y afecciones crónicas. Lo mismo ocurre en medicina veterinaria, ya que el manejo de determinadas afecciones ortopédicas y neurológicas requiere un plan de rehabilitación individualizado y, por este motivo, esta especialidad ha ganado popularidad en los últimos años. Los beneficios de la fisioterapia son numerosos e incluyen la recuperación de la movilidad y el manejo del dolor asociado a enfermedades crónicas 1. La rehabilitación incluye varias modalidades diseñadas para aliviar el dolor, aumentar el flujo sanguíneo y reducir la inflamación, entre otros beneficios. Se recomienda que la rehabilitación física sea realizada por un veterinario especialista; no obstante, si las normativas locales lo permiten, también la puede llevar a cabo un auxiliar veterinario, certificado o acreditado y con experiencia en rehabilitación física veterinaria, o un fisioterapeuta con conocimientos en anatomía y fisiología animal. Cuando la rehabilitación no la realice un veterinario será necesaria la supervisión veterinaria para proporcionar la atención adecuada 2.
Masaje terapéutico
El masaje terapéutico es una técnica sencilla y efectiva para fomentar el vínculo entre los tutores y sus mascotas. Se caracteriza por la manipulación terapéutica de los tejidos blandos, lo que genera impactos positivos a nivel mecánico, fisiológico y psicológico 3. El masaje puede ser beneficioso en caso de osteoartritis, tras una cirugía ortopédica o en un perro que no puede caminar, entre otros casos. El objetivo principal es aumentar la movilidad, mejorar el rango de movimiento (ROM, por sus siglas en inglés) y reducir la rigidez. Entre las diversas técnicas descritas en la literatura, en este artículo se abordan tres: las compresiones, la terapia de puntos gatillo y el masaje de fricción. Se recomienda comenzar cada sesión de masaje con la técnica conocida como effleurage; que consiste en aplicar movimientos suaves, deslizando las manos sobre la zona interesada para estimular el flujo sanguíneo mientras se permite que el paciente se relaje y se acostumbre al contacto 2.
Compresiones
Mientras se realiza el effleurage, la mano se coloca sobre un músculo y se aplica presión durante 10-15 segundos, alternando con más effleurage y luego nuevamente compresión (Figura 1). Esto permite que el perro se relaje antes de la siguiente manipulación. El beneficio de esta técnica es aumentar la movilidad y flexibilidad de los tejidos, además de favorecer el flujo linfático 2,4.