Clínicamente, los dientes con displasia del esmalte muestran un esmalte con defectos variables pero extensos. Cuando los dientes erupcionan, los defectos aparecen generalmente de color blanco, aunque a veces el esmalte puede ser transparente. Rápidamente se vuelven amarillos o marrones como consecuencia del depósito de pigmentos del alimento, además, el esmalte puede desprenderse fácilmente al masticar debido a su fragilidad. La dentina recién expuesta es dolorosa, ya que quedan expuestos los túbulos de dentina, pero el dolor remite con el tiempo como consecuencia del depósito de dentina sintetizada por los odontoblastos de la pulpa dental. Sin embargo, en casos graves, la irritación puede provocar pulpitis o necrosis de la pulpa, y los dientes con displasia del esmalte deben evaluarse mediante radiografía para descartar complicaciones como las lesiones periapicales.
Los dientes afectados pueden tener una superficie muy rugosa, lo que provoca un aumento de la acumulación de placa y sarro y, por tanto, un mayor riesgo de enfermedad periodontal. El tratamiento tiene como objetivo sellar los túbulos de dentina expuestos. Los defectos localizados se deben rellenar con composite, pero si los defectos son muy extensos, se debe colocar una corona en el diente. Estas medidas además confieren al diente una superficie lisa, reduciendo así el riesgo de enfermedad periodontal. Pese a esto, estos dientes necesitan una buena higiene en casa (cepillado dental diario), y la administración de dietas dentales puede ser útil para reducir la acumulación de placa y la formación de sarro. Los dientes con lesiones periapicales requieren una terapia endodóntica o se deberían extraer 1 2 4 5.
Fracturas dentales
Fracturas de los dientes “de leche”
La fractura de un diente deciduo con exposición pulpar, provoca, al igual que en un diente permanente, pulpitis y la posterior necrosis de la pulpa. La inflamación y la infección se pueden propagar a través del delta apical al hueso circundante, pudiendo dañar el germen del hueso permanente (Figura 9). Además, se altera la resorción fisiológica de la raíz del diente deciduo, de manera que no puede salir el permanente, quedando retenido en la mandíbula o saliendo en posición anómala. Debido a esto, una fractura en un diente deciduo siempre se debe tratar, normalmente mediante la extracción del diente afectado 2 3 4.