Restauración dental indirecta
Las restauraciones indirectas requieren varios procedimientos quirúrgicos, y al elegir entre las diferentes posibilidades debe considerarse la extensión del daño del diente, el estrés mecánico que tendrá que soportar el diente restaurado y la necesidad de control de la placa dental, así como los aspectos económicos y estéticos.
Idealmente una corona debe tener una excelente retención y una óptima resistencia mecánica. La calidad de la retención de la restauración está directamente relacionada con el porcentaje de superficie dental cubierta por la prótesis; por tanto, en Odontología veterinaria se suele preferir una corona completa, es decir, que cubra por completo el diente dañado. Una prótesis metálica moldeada fortalece el diente dañado al propagar las fuerzas oclusivas en una mayor superficie, impidiendo que las fuerzas se concentren en la fractura. Es importante asegurar que la propia corona no debilite al diente 12. Para conseguir esto, deben considerarse los 5 principios fundamentales de la preparación de un diente antes de colocar la corona:
- Preservación de la estructura del diente.
- Retención y resistencia de la corona.
- Retención y resistencia de la corona.
- Retención y resistencia de la corona.
- Respeto de los tejidos periodontales subyacentes.
El diente se prepara durante una anestesia general inicial. Las superficies axiales deben reducirse utilizando una fresa de diamante cónica para permitir la retención de la corona moldeada; la cantidad de esmalte retirado debe ser mínima (profundidad de 0,5 mm) y es deseable alcanzar un ángulo óptimo de reducción del 6% 12. Esto no es fácil; en un estudio de preparación de ángulos realizados por estudiantes de Odontología humana se demostró que la capacidad para conseguir este ángulo, teóricamente ideal, variaba notablemente 13. La retención de la prótesis dental es consecuencia de la unión micromecánica y química; se sabe que, si bien una parte significativa de la retención de la corona está relacionada con la calidad de la adhesión de la resina dental, un ángulo de reducción mínimo también es fundamental para conseguir una retención adecuada 13. La principal causa de dehiscencia de la corona es la preparación deficiente. La calidad del moldeado del margen en la base de la corona, el uso óptimo de un poste de retención intra-conducto y el recubrimiento protésico supragingival final (que debe permanecer por encima de la línea gingival) son también parámetros importantes que el veterinario debe dominar.
Durante el procedimiento se toma una impresión de silicona que se envía a un laboratorio especializado para que prepare la corona dental utilizando una aleación metálica (níquel-cobalto o cobalto-cromo) que ofrezca una resistencia adecuada a las fuerzas mecánicas.
Durante una segunda anestesia, la corona se coloca, se ajusta si es necesario y, por fin, se sella con una resina líquida. El tratamiento se considera fallido si la fractura del diente debajo de la corona o la propia corona se separa. El éxito terapéutico a medio plazo (3 años tras el procedimiento) es de ~80% 13, y parece que el porcentaje de fracasos está directamente relacionado con la altura del diente residual, de forma que cuanto más baja sea la corona menor es la retención (Figura 7).