Cómo evaluar el AG
Para evaluar el AG es imprescindible seguir la guía COHAT que recoge los fundamentos para la evaluación y el tratamiento integral de la salud bucodental. Esta guía incluye la evaluación visual, el registro orodental con sondaje periodontal, el diagnóstico por imagen (radiografías intraorales o tomografía computarizada [TC]) y la medición del AG acompañada de la descripción de la forma, el tamaño, la textura, el color, etc.
Para obtener el diagnóstico es necesario realizar una biopsia incisional del tejido anormal con la posterior evaluación histopatológica. Es importante que las muestras de la biopsia incisional sean grandes y profundas para que el anatomopatólogo disponga del tejido adecuado para diagnosticar correctamente la lesión. Un error frecuente en las clínicas generalistas es la obtención de biopsias superficiales no representativas de la patología o con áreas de necrosis, lo que conducirá al diagnóstico erróneo y al tratamiento inadecuado. El autor utiliza una hoja de bisturí para la biopsia incisional elíptica o un punch de biopsia del tamaño adecuado. En caso necesario, los bordes de la herida se oponen con sutura reabsorbible. Si el AG es pediculado, el autor suele realizar la incisión en el pedículo, en la interfase entre la encía normal y la patológica. La aspiración con aguja fina no suele ser diagnóstica y no está recomendada.
En la mayoría de los casos el aspecto clínico de un AG no es patognomónico y es necesario obtener el diagnóstico antes de elaborar un plan terapéutico definitivo y de discutirlo con el cuidador. Es importante explicar al cliente los fundamentos de este enfoque para garantizar que la opción terapéutica elegida sea correcta, la extensión de la cirugía sea apropiada y se realice una evaluación sistémica adecuada (estadificación, evaluación del ganglio linfático centinela, etc.).
En algunos casos, el patrón del AG puede ser reconocible, por lo que tanto el diagnóstico (biopsia incisional en forma de gingivectomía y gingivoplastia) como el tratamiento se pueden realizar durante el mismo procedimiento. El ejemplo más típico de esta situación es la identificación de un AG generalizado en un Bóxer de edad madura, ya que es una raza conocida por desarrollar hiperplasia gingival (siendo la “hiperplasia fibrosa focal” el tipo más frecuente). Tras hablarlo con el cuidador, puede ser razonable realizar una gingivectomía y una gingivoplastia, tanto para recortar y perfilar la encía “lo más cerca posible de la encía fisiológica”, como para obtener simultáneamente muestras representativas para el estudio histopatológico y confirmar el diagnóstico sospechado.