Revista veterinaria científica internacional para el profesional de los animales de compañía
Veterinary Focus

Número de edición 33.3 Otros artículos científicos

Dermatología en el perro sénior

Fecha de publicación 05/01/2024

Escrito por Mitzi D. Clark

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , English y ภาษาไทย

A medida que los perros envejecen, su piel también lo hace; este artículo ofrece una descripción general de los cambios que se producen en la piel y de los trastornos cutáneos más frecuentes en los perros de edad avanzada.

perro mayor

Puntos clave

El envejecimiento de la piel produce cambios, como la formación de callos, la pérdida de elasticidad y la aparición de pliegues, afectando también a la textura y el color del pelo.


Algunas endocrinopatías frecuentes, como el hipotiroidismo y el hiperadrenocorticismo, afectan significativamente a la piel y el pelaje.


Siempre que se sospeche demodicosis se debe realizar un raspado cutáneo, independientemente del estado inmunitario.


El linfoma epiteliotrópico tiene una presentación clínica variable y se puede confundir fácilmente con otras enfermedades inflamatorias o infecciosas de la piel. 


Introducción a la dermatología geriátrica

La piel es un órgano asombroso que continuamente está luchando contra agentes y que protege las estructuras vitales, pero a medida que los perros envejecen, la piel y el pelo también lo hacen. Se pueden observar callos, pérdida de elasticidad de la piel y formación de pliegues, así como cambios en el color y la textura del pelo. El sistema inmunitario también envejece y, con la edad, los perros se vuelven más susceptibles a las infecciones cutáneas, de manera que la población residente de ácaros de Demodex puede ser más difícil de mantener bajo control. Además, algunas enfermedades sistémicas son más frecuentes en el perro geriátrico y muchas de ellas presentan una manifestación cutánea; por ejemplo, a veces, los signos más evidentes del hipotiroidismo y del hiperadrenocorticismo pueden ser los signos cutáneos. Los trastornos metabólicos, como la dermatitis necrolítica superficial, también afectan con más frecuencia a los animales mayores. Por último, los perros mayores tienen más riesgo de desarrollar masas cutáneas (tanto benignas como malignas) que los perros jóvenes. Este artículo ofrece una descripción general de la dermatología en el perro sénior.

Cambios generales en la piel y el pelo

Los cambios asociados al envejecimiento tienen lugar a diferentes edades y normalmente se producen más tarde en los perros de razas pequeñas que en los de razas grandes. Los factores genéticos, las diferencias raciales, la nutrición y las circunstancias del entorno pueden influir en la aparición de estos cambios. La senescencia es un proceso normal que no se puede evitar; a medida que los perros envejecen, la capacidad de renovación celular disminuye, se produce un aumento de la atrofia celular en la mayoría de las estructuras y se pueden observar varios cambios a nivel microscópico y ultraestructural.

Se puede producir un adelgazamiento de la epidermis, sobre todo cuando la edad es muy avanzada, la nutrición es deficiente y en caso de endocrinopatías, que son frecuentes en animales de edad avanzada. Algunos perros desarrollan hiperpigmentación cutánea con el envejecimiento, no siendo atribuible a otras causas más frecuentes (exposición al sol, traumatismos, endocrinopatías) 1. Las fibras de colágeno epidérmico muestran un mayor entrecruzamiento y sus haces están más fragmentados. Las fibras de elastina pierden elasticidad y presentan una mayor cantidad de calcio y pseudoelastina en sus fibras; también se puede observar fragmentación 2. Los músculos erectores del pili pueden aparecer fragmentados, con vacuolas que, a veces, son difíciles de encontrar. En la literatura de hace tiempo se ha descrito la dilatación quística de las glándulas sudoríparas epitriciales e incluso la atrofia de las glándulas sebáceas 1. La apariencia de los vasos sanguíneos y linfáticos no suele cambiar con el envejecimiento. En perros de raza Caniche de edad avanzada se ha descrito la mineralización perifolicular en la dermis 3,4.

Los cambios que suelen ser visibles durante el envejecimiento de la piel y el pelo, así como sus posibles causas incluyen 2,5,6:

  • Encanecimiento del pelo (Figura 1): atrofia de las células pigmentarias y disminución de la actividad de la tirosinasa
  • Aspecto apagado del pelaje: cambios en la producción de sebo
  • Pelaje más fino: disminución de la actividad folicular
  • Pliegues cutáneos: deshidratación, pérdida de elasticidad de la piel y posible atrofia epidérmica
  • Formación de callos: presión prolongada por apoyo e hiperqueratosis
  • Hiperqueratosis de las almohadillas (Figura 2): hiperqueratosis asociada al envejecimiento, así como secundaria al desgaste anormal de las almohadillas y a alteraciones de la marcha por artrosis.
Hocico de un perro mayor con canas

Figura 1. Hocico de un perro mayor con canas.
© Dra. Mitzi Clark

Los cambios asociados al envejecimiento de la piel no se pueden evitar. Sin embargo, como la exposición al sol puede acelerar su aparición, reducir la exposición solar y utilizar fotoprotectores y barreras físicas solares, especialmente en perros de poco pelo y poco pigmentados, puede resultar beneficioso. La hidratación del pelaje, del plano nasal y de las almohadillas puede combatir la sequedad, mientras que para minimizar la presión sobre las prominencias óseas y disminuir la formación de callos se pueden utilizar camas acolchadas.

Hiperqueratosis de la almohadilla por desgaste anormal en un Pastor de Shetland adultoHiperqueratosis de la almohadilla por desgaste anormal en un Pastor de Shetland adulto

Figura 2. Hiperqueratosis de la almohadilla por desgaste anormal en un Pastor de Shetland adulto. 
© Dra. Mitzi Clark

Trastornos endocrinos y metabólicos

Algunas endocrinopatías frecuentes, como el hipotiroidismo y el hiperadrenocorticismo, afectan significativamente a la piel y el pelo y suelen presentarse en animales de mediana edad y mayores. Los cuidadores suelen describir cambios en la piel, pudiendo ser este el único motivo de visita a la clínica, aunque también se pueden desarrollar signos sistémicos. Otro trastorno metabólico, el síndrome hepatocutáneo o dermatitis necrolítica superficial, también se da con más frecuencia en animales de edad avanzada.

Los signos dermatológicos más frecuentes del hipotiroidismo cutáneo incluyen una menor densidad del pelaje (especialmente en zonas de fricción, la cola (Figura 3) y el puente de la nariz), mayor predisposición al desarrollo de foliculitis bacteriana, hiperpigmentación, descamación y mixedema en los casos más avanzados. El pelo necesita tiroxina (T4) para entrar en la fase anagéna. Los animales con hipotiroidismo tienen más pelos en telogenización, pudiéndose decolorar y aclarar con la exposición repetida al sol o a productos químicos, ya que no hay pelos nuevos entrando en el ciclo. Además, los pelos en fase telógena pueden caerse con el tiempo, observándose hipotricosis y alopecia sin el desarrollo de pelos nuevos. Los sebocitos tienen receptores de hormonas tiroideas, por lo que la falta de hormona podría provocar la atrofia de las glándulas sebáceas. Los cambios en la concentración de T4 pueden afectar a la concentración de ácidos grasos en la piel, que a su vez puede dar lugar a defectos de queratinización, lo que se traduce en caspa generalizada y un aspecto apagado y seco del pelaje. Además, el animal es más susceptible a las infecciones bacterianas y por Malassezia, ya que se pierde parte de la función barrera protectora de la piel. La hiperpigmentación es un signo inespecífico que se produce como resultado de la cronicidad y se puede observar en diversos trastornos hormonales e inflamatorios. En los perros hipotiroideos se puede producir la acumulación de ácido hialurónico en la piel, lo que provoca un engrosamiento de la misma y la clásica apariencia de “cara trágica” del mixedema 7.

Hipotricosis en la cola de un perro con hipotiroidismo

Figura 3. Hipotricosis en la cola de un perro con hipotiroidismo. 
© Dra. Mitzi Clark

Los signos no cutáneos del hipotiroidismo incluyen aumento de peso, letargia, embotamiento mental y comportamiento de búsqueda de calor 8. El diagnóstico se puede confirmar con los resultados de la analítica sanguínea, pero hay que tener en cuenta los numerosos factores que pueden interferir en la concentración sérica de T4 total, por lo que hay que ser cautelosos a la hora de interpretar los resultados en pacientes con otras patologías o que están recibiendo un tratamiento con fármacos como los glucocorticoides, las sulfonamidas, el fenobarbital, la clomipramina y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). La interpretación del perfil tiroideo completo, incluyendo la determinación de T4 total, T4 libre y hormona estimulante de la tiroides (TSH) +/- anticuerpos antitiroideos, puede proporcionar un diagnóstico más preciso. El tratamiento del hipotiroidismo canino consiste en la administración de levotiroxina oral y generalmente se tolera bien.

En perros con hiperadrenocorticismo se puede observar pérdida de pelo, siendo especialmente simétrica en el flanco. La piel puede presentar adelgazamiento e hipotonía. La presencia de comedones y milia es frecuente y se puede observar flebectasia 9. Las infecciones secundarias de la piel son más frecuentes en animales con hiperadrenocorticismo. Ocasionalmente se puede desarrollar calcinosis cutis como secuela (Figura 4). El hiperadrenocorticismo se caracteriza por la producción excesiva de cortisol por parte de las glándulas adrenales, ya sea debido a un tumor primario o, más frecuentemente, como consecuencia de una hiperplasia adrenal por un tumor hipofisario. El exceso de cortisol afecta significativamente a los folículos pilosos y a las glándulas sebáceas, provocando su atrofia y la consiguiente hiperqueratosis (excesiva descamación) con hipotricosis o alopecia. Los folículos pilosos también presentan hiperqueratosis, dando lugar a la formación de comedones y milia. El cortisol produce debilitamiento de los vasos sanguíneos por lo que pueden aparecer fácilmente hematomas y, debido a la dilatación de los vasos, se observa flebectasia. Pueden aparecer estrías o marcas secundarias al adelgazamiento de la piel y a la mala cicatrización, dando lugar a este patrón cicatricial 9,10.

Calcinosis cutis en un Bulldog

Figura 4. Calcinosis cutis en un Bulldog tras el uso de esteroides exógenos. 
© Dra. Mitzi Clark

Los signos no cutáneos del hiperadrenocorticismo incluyen polidipsia y poliuria, así como polifagia, jadeo excesivo e intolerancia al ejercicio. Los animales afectados pueden tener el típico “abdomen en péndulo”. El diagnóstico no siempre es sencillo y puede basarse en la combinación de los resultados de la ecografía abdominal, la prueba de estimulación con ACTH y la prueba de supresión con dexametasona a bajas dosis. El tratamiento puede incluir la extirpación quirúrgica de la glándula adrenal en algunos casos adreno-dependientes, aunque a veces también se utiliza el trilostano o el mitotano oral (opción más frecuente para tratar los casos pituitario-dependientes).

El síndrome hepatocutáneo o dermatitis necrolítica superficial es un trastorno metabólico del perro, en el que como consecuencia de una hepatopatía se produce hipoaminoacidemia y aminoaciduria. Debido a ello se desarrollan lesiones cutáneas, como costras, erosiones y úlceras y, ocasionalmente vesículas. Las lesiones cutáneas afectan con mayor frecuencia a zonas expuestas al desgaste o traumatismos, como almohadillas (Figura 5), codos, tarsos, áreas genitales, hocico y zona periocular. La biopsia cutánea y la ecografía abdominal, junto con la concentración de aminoácidos en sangre y orina, pueden confirmar el diagnóstico. Anteriormente el tiempo de supervivencia era relativamente corto (tan solo 3-6 meses tras el diagnóstico) a pesar del manejo nutricional suplementario. Recientemente, se ha descrito un mayor tiempo de supervivencia en perros con este síndrome (y en perros con hepatopatía hipoaminoacidémica canina aminoacidúrica sin lesiones cutáneas) con una combinación de tratamientos 11,12. Los mejores resultados se obtienen cuando se combina la infusión intravenosa de aminoácidos +/- lípidos con la administración de alimentos equilibrados y suplementos enterales 13.

Lesiones en las patas

Figura 5. Lesiones en las patas (costras, eritema, hiperqueratosis) de un perro con dermatitis necrolítica superficial. 
© Dra. Jenise Daigle

Inmunidad de la piel y envejecimiento

El sistema inmunitario de la piel es complejo. Los componentes innatos incluyen la barrera física de la epidermis, que puede reclutar células fagocíticas, activar el complemento y producir citoquinas. Las respuestas adaptativas incluyen el reconocimiento de antígenos con las consecuentes respuestas de los linfocitos 14. Puede que el envejecimiento no sea una enfermedad, pero al sistema inmunitario le cuesta más luchar contra las infecciones cuando envejece. Además, los animales de edad avanzada tienen mayor probabilidad de presentar otras enfermedades (endocrinopatías, alergias crónicas, enfermedades cutáneas inmunomediadas y neoplasias cutáneas) que pueden aumentar la predisposición a infecciones secundarias de la piel y el oído.

Los perros mayores, al igual que los jóvenes, pueden presentar ectoparásitos como las pulgas o los ácaros de la sarna. La demodicosis (Figura 6) suele indicar una enfermedad interna subyacente o un estado de inmunosupresión en los perros mayores, aunque la demodicosis también puede ser idiopática en los perros adultos. En un estudio únicamente se pudieron asociar el hiperadrenocorticismo, el hipotiroidismo y la leishmaniosis con la demodicosis de aparición en la edad adulta 15, pero curiosamente no se encontró una asociación con neoplasias subyacentes. El veterinario debe investigar las causas de inmunosupresión en todos los perros de edad avanzada con demodicosis. Aunque existen numerosos agentes parasiticidas que se han utilizado para el tratamiento de la demodicosis, como las avermectinas, las milbemicinas, el amitraz y otros, recientemente se han desarrollado nuevos fármacos, como las isoxazolinas, con los que esta enfermedad se puede manejar más fácilmente.

Demodicosis de aparición en la edad adulta y foliculitis bacteriana secundaria

Figura 6. Demodicosis de aparición en la edad adulta y foliculitis bacteriana secundaria. 
© Dra. Mitzi Clark

El impétigo bulloso (Figura 7) es una afección superficial caracterizada por la presencia de pústulas y ampollas y suele ser secundaria a infecciones por estafilococos en animales de edad avanzada con endocrinopatías, como el hipotiroidismo, la diabetes mellitus o el hiperadrenocorticismo 16. Los perros de edad avanzada con endocrinopatías, dermatitis alérgica o cualquier afección que altere la barrera cutánea también pueden presentar una foliculitis/furunculosis bacteriana superficial o profunda, muchas veces causada por Staphylococcus spp. En algunas ocasiones, estas infecciones bacterianas son más frecuentes en animales de edad avanzada sin ninguna afección subyacente aparente; esto se podría deber al envejecimiento del sistema inmunitario de la piel, ya que la respuesta a las infecciones se vuelve más lenta. Para tratar la infección adecuadamente puede ser necesaria la administración prolongada de antimicrobianos (tópicos y sistémicos). La dermatitis por Malassezia suele ser secundaria a dermatitis alérgicas, problemas de conformación de la piel y del oído que favorecen la retención de humedad o secundarias al exceso de humedad, como en perros que nadan o se bañan frecuentemente. En los perros de edad avanzada con infecciones crónicas por Malassezia se puede observar una marcada liquenificación e hiperpigmentación de la piel.

El tratamiento ideal, siempre que sea posible, de las infecciones cutáneas superficiales es el tópico; una concentración de clorhexidina al 3% o más debería ser eficaz frente a Staphylococcus spp. y Malassezia spp. La elección de los antibióticos sistémicos se debe basar en los resultados del cultivo bacteriano siempre que sea posible.

Impétigo bulloso en un perro inmunodeprimido

Figura 7. Impétigo bulloso en un perro inmunodeprimido. 
© Dr. William Miller, Jr.

Tumores cutáneos

Los tumores cutáneos pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en animales de edad avanzada. Las neoplasias cutáneas pueden tener su origen en células epiteliales o mesenquimatosas; los tumores neurales, vasculares, de adipocitos y fibroblastos también son posibles. Diversos factores, como la predisposición genética y los factores inmunitarios, pueden afectar en general al crecimiento de los tumores cutáneos, mientras que otros factores contribuyentes, como los factores ambientales (incluyendo las radiaciones ionizantes y la luz ultravioleta) pueden tener un efecto acumulativo. Con el transcurso del tiempo, existe una mayor exposición a estos factores, lo que puede desempeñar un papel en el desarrollo de ciertos tumores. 

Los melanomas y los mastocitomas son tumores frecuentes en perros de edad avanzada 17, pero dada la elevada cantidad de información disponible sobre estos tumores y su tratamiento, su descripción queda fuera del alcance de este artículo. No obstante, a modo de resumen, cabe señalar que los melanomas suelen presentarse con más frecuencia como lesiones solitarias en la cabeza, las extremidades o los dedos, de color gris o negro. Las lesiones pueden estar bien o mal definidas y suelen estar elevadas. Los perros normalmente tienen más de 9 años de edad en el momento de su aparición 18. Los mastocitomas pueden tener una presentación clínica variable y se suelen observar como masas solitarias, que van de dérmicas a subcutáneas, de blandas a firmes y con pelo o sin él. Las masas pueden aparecer ulceradas o ser pruriginosas y la edad media de aparición es de 8 años 19.

Mitzi D. Clark

Existen varios factores, como la predisposición genética y factores relacionados con el sistema inmune, que, en términos generales, pueden afectar al crecimiento de los tumores cutáneos, mientras que otros factores, como los ambientales, (como las radiaciones ionizantes y la luz ultravioleta) pueden influir de forma acumulativa.

Mitzi D. Clark

Muchos tumores benignos, como los lipomas, son más frecuentes en los perros sénior. Los lipomas proceden de adipocitos maduros, siendo la obesidad y la edad factores de riesgo. Estos tumores se suelen encontrar con más frecuencia en el tejido subcutáneo, pero también pueden afectar a la dermis o infiltrarse en estructuras más profundas. La hiperplasia nodular de las glándulas sebáceas, el epitelioma sebáceo y los adenomas sebáceos son tumores benignos que se pueden observar en animales de edad avanzada y se localizan en el tronco, las extremidades y la cara. El adenocarcinoma de las glándulas sebáceas es menos frecuente. Las lesiones tienen forma de verruga o coliflor y las regiones afectadas incluyen el tronco y las extremidades, así como el área de alrededor de los ojos 20. Mientras que los papilomas orales son más frecuentes en animales jóvenes, los papilomas no orales se pueden observar en perros mayores, afectando las extremidades, la cabeza y los párpados, y las lesiones pueden ser únicas o múltiples. En los animales de edad avanzada, la malignización hacia carcinoma de células escamosas es motivo de preocupación 20. En cuanto al manejo, la mayoría de los tumores benignos se pueden mantener bajo observación en perros sénior, pero si causan molestias al animal o preocupan al cuidador se puede realizar la extirpación quirúrgica mediante métodos tradicionales, crioterapia o láser de CO2.

La exposición crónica al sol puede predisponer al desarrollo de queratosis actínica y se cree que en algunos perros es un factor desencadenante del cáncer cutáneo. El carcinoma de células escamosas (CCE) y los hemangiomas/hemangiosarcomas son secuelas ocasionales. El CCE en el perro también se ha asociado al virus del papiloma y a otras dermatosis infecciosas e inflamatorias. Puede observarse en varias localizaciones, pero es más frecuente en los dedos 21. Cuando la luz UV está implicada en el desarrollo del CCE, las lesiones se presentan con mayor probabilidad en zonas sin pelo o con poco pelo (Figura 8), como el vientre. En esta región ventral también se pueden desarrollar hemangiomas secundarios a la exposición prolongada al sol; suelen tener un aspecto azulado o rojizo y afectar a la dermis- tejido subcutáneo. En esta zona también se pueden desarrollar hemangiosarcomas dérmicos, aunque suelen ser menos circunscritos que sus homólogos benignos. Es frecuente la presencia de múltiples masas en el vientre 22. Los tumores inducidos por lesiones actínicas como el CCE, el hemangioma cutáneo y el hemangiosarcoma se pueden tratar mediante resección quirúrgica, criocirugía y ablación con láser de CO2 El imiquimod tópico también puede ayudar a mejorar las lesiones.

Lesiones actínicas, comedones
carcinoma de células escamosas

Figura 8. Lesiones actínicas, comedones (a) y carcinoma de células escamosas (b) en un perro de poca pigmentación tras la exposición crónica al sol.
© Dra. Jenise Daigle

En los perros mayores se pueden observar numerosas masas foliculares, incluyendo quistes foliculares, tricoepiteliomas y tricoblastomas, que pueden ser solitarios o multifocales. Los tricoepiteliomas se suelen observar en el tronco y las extremidades, mientras que los tricoblastomas (Figura 9) tienen predilección por el cuello y la cabeza. Los quistes foliculares se nombran según la zona del folículo piloso afectada y el tipo de queratina producida. Se suelen observar como nódulos solitarios que se pueden inflamar e infectar como consecuencia de traumatismos. Si causan problemas, el tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica completa, pero si hay pocas lesiones, son poco visibles y no tienden a lesionarse ni a infectarse de forma secundaria se pueden mantener bajo observación.

Tricoblastoma en la región facial de un perro

Figura 9. Tricoblastoma en la región facial de un perro. 
© Dra. Mitzi Clark

El linfoma epiteliotrópico (Figuras 10-12) se caracteriza por la infiltración de linfocitos T en la epidermis y el epitelio de los anejos. La presentación clínica puede variar, con lesiones que inicialmente se suelen confundir con la dermatitis alérgica o infecciones por bacterias o levaduras. Los animales pueden mostrar una mayor predisposición tras padecer una enfermedad cutánea inflamatoria. La piel puede aparecer eritematosa con o sin escamas y exfoliación. Se puede producir la despigmentación alrededor de las uniones mucocutáneas y estas áreas pueden aparecer “hinchadas” o engrosadas. En las almohadillas se puede observar hiperqueratosis, erosiones, úlceras y despigmentación. Con el tiempo, se pueden desarrollar placas y nódulos eritematosos y lesiones ulcerativas 23,24,25. El prurito puede ser variable. El diagnóstico se obtiene mediante biopsia cutánea, con inmunohistoquímica si fuera necesario. No existe ningún tratamiento eficaz para el linfoma epiteliotrópico; se han utilizado diversos quimioterápicos con éxito variable. En algunos casos, especialmente en la enfermedad mucocutánea, la radioterapia ha resultado beneficiosa. Los glucocorticoides, el aceite de cártamo y los retinoides pueden ser útiles 23, y es importante tratar las infecciones secundarias y controlar el prurito en animales con picor; el lokivetmab puede ser útil en algunos pacientes.

Ulceración/eritema periocular y despigmentación

Figura 10. Ulceración/eritema periocular y despigmentación, erosión y eritema de la región rostral del hocico en un perro con linfoma epiteliotrópico. 
© Dermatología Cornell

Nódulo/placa ulcerosa en un perro con linfoma epiteliotrópicoNódulo/placa ulcerosa en un perro con linfoma epiteliotrópico

Figura 11. Nódulo/placa ulcerosa en un perro con linfoma epiteliotrópico. 
© Dermatología Cornell

Eritema e inflamación perianal en un perro con linfoma epiteliotrópico

Figura 12. Eritema e inflamación perianal en un perro con linfoma epiteliotrópico.
© Dermatología Cornell

Conclusión

Resumiendo, en los perros geriátricos se producen diversos cambios en la piel y el pelo. Comprender las manifestaciones típicas del envejecimiento puede ser útil para entender y detectar las anomalías que se puedan desarrollar en un perro de edad avanzada. Cuando el sistema inmunitario envejece, la piel puede estar predispuesta al desarrollo de infecciones secundarias. Los animales geriátricos tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades endocrinas y metabólicas, así como neoplasias cutáneas, por lo que la detección precoz y un manejo rápido pueden ayudar a garantizar un buen pronóstico en algunos casos, aunque no en todos.

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Mitzi D. Clark

Mitzi D. Clark

La Dra. Clark, tras licenciarse por la Universidad Estatal de Luisiana, realizó un internado rotatorio de Pequeños Animales en el hospital veterinario MSPCA Angell Animal Medical Center, en Boston Leer más

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