Problemas de eliminación: cambiar la perspectiva y el lenguaje
Parte de la terminología referente a los problemas de eliminación puede tener un impacto erróneo sobre la(s) causa(s) percibidas, y particularmente, sobre el comportamiento y la intención del gato. Por ejemplo, muchas veces se utiliza el término “inapropiado/a” (respecto a la micción o defecación), pero es erróneo considerar que se trata de un comportamiento inapropiado o inadecuado, ya que el gato no es consciente de ello ni actúa con mala intención. Los gatos carecen de la capacidad de autorreflexión y de diálogo interno y no evitan utilizar la bandeja de arena por venganza u otros motivos relacionados con el rencor 1. Cuando los gatos defecan u orinan, deciden hacerlo en un lugar apropiado en ese momento para ellos y según sus necesidades, del mismo modo que lo harían al aire libre. Si utilizamos el lenguaje correcto, evitando términos como “inapropiado”, podremos orientar correctamente a los cuidadores alejándolos del concepto de mal comportamiento y centrando su atención en las necesidades esenciales del gato con el objetivo de resolver el problema. Hablar y formar a los cuidadores sobre las necesidades esenciales del gato, antes de que surjan los problemas, es igualmente o incluso más importante, ya que así podremos evitar activamente la aparición de problemas de eliminación en el hogar.
Causas
Los problemas de eliminación son multifactoriales y nos indican una alteración en el bienestar físico, emocional o cognitivo del gato. Respecto a las causas médicas, los principales diagnósticos diferenciales del gato que orina en lugares diferentes a la bandeja de arena, incluyen la enfermedad del tracto urinario inferior (ETUI), el estreñimiento, la deshidratación, las alteraciones neurológicas y/o neoplasias. El término ETUI describe un grupo de enfermedades del tracto urinario inferior con signos clínicos que pueden solaparse y no son necesariamente mutuamente excluyentes. Este grupo incluye la cistitis idiopática felina (CIF), urolitiasis, la cristaluria, las infecciones y/o las neoplasias de la vejiga de la orina. Los principales diagnósticos diferenciales del gato que defeca fuera de la bandeja de arena, incluyen las anomalías estructurales, el estreñimiento, las alteraciones neurológicas, las enfermedades del tracto urinario, las enfermedades intestinales, la deshidratación y/o las neoplasias. Además, cualquier trastorno que cause dolor puede contribuir a la aversión y a que el gato no utilice de forma consistente la bandeja de arena. Las causas relacionadas con deficiencias en cuanto a la satisfacción de las necesidades ambientales del gato incluyen la insuficiente disponibilidad, o la mala distribución o gestión, de recursos como las bandejas de arena, los comederos y/o bebederos, los rascadores y los lugares para dormir. Los conflictos entre gatos también pueden hacer que un gato evite utilizar la bandeja de arena. Los gatos que conviven con otros gatos pueden tener un acceso limitado a las bandejas de arena cuando hay pocas para ellos o cuando un gato bloquea su acceso. Los machos enteros o esterilizados después de la pubertad, e incluso algunos machos y hembras esterilizados, pueden marcar el territorio con orina (rociado) o con heces (sin cubrirlas). La supuesta naturaleza territorial de ciertos tipos de problemas de eliminación no excluye la necesidad de realizar una evaluación clínica completa 2.
Barreras para identificar el problema y cómo superarlas
Es posible que los cuidadores no sean conscientes de que su gato orine o defeque fuera de la bandeja de arena o que identifiquen el problema una vez transcurrido un largo periodo de tiempo. Los cuidadores pueden sacar sus propias conclusiones erróneas sobre la o las causas del problema e intentar resolver el problema por su cuenta. También es posible que no hablen de este tema con el veterinario, bien porque no son conscientes de la posible enfermedad y dolor asociado al problema, o porque no quiere iniciar un procedimiento que erróneamente consideran caro y condenado al fracaso. En una encuesta telefónica realizada en el 2016 en 281 hogares con un total de 455 gatos, se encontró que el 26% de los gatos había orinado o defecado alguna vez fuera de la bandeja de arena 3, pero de ellos, solo el 31,7% fue llevado al veterinario por este motivo. En el 56,7% de los gatos se pudo resolver el problema, pero en el resto de los gatos el problema persistió. Esto respalda la situación que se observa en la clínica, cuando los cuidadores dejan que sus gatos sigan orinando o defecando fuera de la bandeja de arena, haciendo poco o ningún esfuerzo consistente para resolver el problema, a veces durante meses o años. En algunos casos, el problema se menciona de pasada durante una consulta de vacunación o desparasitación y, a veces, los cuidadores no hablan del tema al considerar que se trata de un comportamiento “vengativo”. Siempre que se realice una anamnesis se debe abordar el tema de la micción, defecación y el uso de la bandeja de arena. Las preguntas cerradas en las que la respuesta es “sí” o “no” no permiten al cuidador valorar adecuadamente y describir con precisión las actividades de su gato. Con las preguntas abiertas se puede revelar más información al proporcionar cierto grado de aceptación sobre la actividad que preguntamos y al permitir que el cuidador proporcione la información utilizando sus propias palabras. De este modo, por ejemplo, la pregunta cerrada “¿Tu gato utiliza la bandeja de arena?” se debería sustituir por “¿Con qué frecuencia orina o defeca tu gato fuera de la bandeja de arena?” o “¿Dónde orina o defeca tu gato cuando lo hace fuera de la bandeja de arena?”. Probablemente, en el caso del gato que defeque u orine fuera de la caja de arena de vez en cuando, la respuesta a la pregunta cerrada sea “sí”, pero las respuestas a las preguntas abiertas serán mucho más reveladoras.