Introducción
Informar a los clientes de la clínica sobre procedimientos, servicios y productos es algo natural para la mayoría de los veterinarios. Pero cuando el cliente pregunta “¿Cuánto va a costar?” la comunicación suele volverse algo delicada e incómoda, lo que nos lleva a evitar conflictos en torno a tarifas y precios y ofrecemos descuentos sobre el coste total (p. ej., no facturando por cada servicio prestado) y, en general, tratamos de desviar este delicado tema de conversación. Pero, ¿por qué ocurre esto? y ¿cómo podemos cambiarlo? Este artículo ofrece una guía rápida para que todos los miembros del equipo de la clínica puedan hablar de los precios y costes de forma sencilla y sin estrés.
Primeros pasos
Con el fin de encontrar soluciones que nos permitan hablar cómodamente sobre los precios, conviene que empecemos planteándonos algunas preguntas:
- ¿Por qué muchas veces nos sentimos incómodos cuando hablamos de los precios con nuestros clientes?
- ¿Cómo podemos superar eficazmente esta sensación de incomodidad?
- ¿Qué herramientas pueden ayudarnos a actuar con confianza como profesionales en todos los aspectos de la comunicación con el cliente?
Las respuestas quizá son más fáciles de lo que cabría esperar.
Reformular la mentalidad veterinaria
Parece que existe un paradigma histórico que afecta a todo el sector, o al menos a la mayoría de los profesionales veterinarios de todo el mundo, que dice: los clientes no quieren pagar (mucho) en la clínica veterinaria. Lamentablemente, este paradigma afecta en gran medida a la forma con la que interactuamos con nuestros clientes, ya que tal suposición puede ser un verdadero obstáculo para nuestro negocio al impedirnos ofrecer lo mejor para los propietarios, centrándonos en sus necesidades, en lugar de pensar siempre en su “bolsillo”.
Si mentalmente retrocedemos y analizamos la suposición de que los clientes no están dispuestos a pagar por nuestros servicios profesionales, está claro que esta actitud no tiene ningún sentido. ¿Por qué? Porque todos los clientes y consumidores son plenamente conscientes de que el acto de comprar algo siempre implica un gasto, incluso en la clínica veterinaria. Esto también lo confirma el estudio VMS de Pere Mercader, que demuestra que los propietarios de mascotas no prefieren necesariamente los precios más bajos y no piensan tanto en los precios como nosotros creemos. Y no hay que olvidar que el vínculo humano-animal es fuerte y la mentalidad del propietario es la de cuidar bien a su querido miembro de la familia y, por supuesto, esto conlleva proporcionarle los mejores servicios veterinarios. Si los propietarios de mascotas están plenamente informados y comprenden las ventajas y el valor de los servicios y productos veterinarios, normalmente, estarán dispuestos a pagar las facturas (Figura 1).