El trasudado puro se observa con mayor frecuencia cuando existe hipoproteinemia (secundaria a insuficiencia hepática, colangiohepatitis crónica, colangitis linfocítica, enfermedad renal) o aumento de la presión hidrostática (ICC derecha) 4. En algunos casos, el recuento celular y las proteínas totales pueden ser similares a los de un trasudado modificado puesto que la ascitis crónica puede producir la inflamación del mesotelio que recubre al peritoneo, con el consecuente aumento del recuento celular 2. En estos casos no es posible diferenciar las causas del trasudado puro y del modificado, y por este motivo es útil realizar otras pruebas diagnósticas adicionales (se describen más adelante).
El trasudado modificado es el tipo de líquido más frecuente en el gato con ascitis; las principales causas son la insuficiencia cardiaca congestiva, las neoplasias y las enfermedades hepáticas 4. En cuanto a las enfermedades hepáticas, se puede observar un trasudado puro en la colangiohepatitis linfocítica mientras que en la hipertensión portal y en la cirrosis es más probable que el trasudado sea modificado, puesto que en estos últimos casos se produce un aumento de la presión hidrostática 2.
El exudado puede ser séptico o aséptico, siendo el cultivo bacteriano la prueba definitiva para confirmar el exudado séptico. En este caso está justificado el tratamiento temprano y, dado que para tener el resultado del cultivo es necesario esperar varios días, nada más obtener la muestra del líquido se debe realizar una evaluación citológica en la propia clínica. La citología del exudado séptico se caracteriza por la presencia de neutrófilos degenerados y bacterias intracelulares, así como posibles cuerpos extraños. Este tipo de exudado suele ser secundario a PIF, traumatismos, rotura de vísceras gastrointestinales o puede darse junto con otras causas de peritonitis. En cambio, en el exudado aséptico el recuento celular es mayor que en el trasudado puro o modificado, pero no se observan neutrófilos degenerados o bacterias como en el exudado séptico. Entre las causas de exudado aséptico se incluyen PIF, colangitis, pancreatitis, rotura del tracto biliar o urinario y neoplasias. En la efusión secundaria a la rotura biliar se observan con frecuencia cristales biliares.
Muchos veterinarios tienen la tentación de diagnosticar una efusión como de tipo quiloso cuando el aspecto es lechoso y opaco, pero su verdadera identificación se basa en la comparación de la concentración de triglicéridos y colesterol del líquido con respecto a su concentración sérica. Si en el líquido ascítico la concentración de triglicéridos es más elevada que en la sangre y la concentración de colesterol es menor, el líquido es de tipo quiloso. La efusión quilosa contiene fundamentalmente linfocitos pequeños y maduros. Algunos veterinarios también diferencian el líquido pseudoquiloso, el cual a simple vista tiene un aspecto similar, pero la concentración de colesterol es más elevada que la sérica y la de triglicéridos menor 1. Las causas de efusión quilosa son linfoma, linfangiectasia, insuficiencia cardiaca congestiva o cirrosis, aunque también puede ser de naturaleza idiopática.
La efusión hemorrágica en el gato puede ser secundaria a un traumatismo, coagulopatía, rotura de vasos o masas o a una cirugía reciente. A diferencia del perro, en el gato es más probable que se produzca la rotura de una masa hepática más que la rotura del bazo 5. En estos casos, el líquido aspirado durante la abdominocentesis tiene una apariencia muy similar a la sangre, y la concentración de hematocrito y proteínas totales es similar a la de la sangre periférica.
La acumulación de orina en el abdomen puede dar lugar a un trasudado puro, trasudado modificado o exudado, y el recuento celular puede aumentar en caso de inflamación. El diagnóstico definitivo de uroabdomen se confirma mediante la determinación de la concentración de creatinina, la cual debe ser superior al doble de la concentración en sangre periférica 6. Si la concentración de creatinina de la efusión está comprendida entre el nivel equivalente y el doble al de la concentración sérica se puede sugerir (pero no asegurar) un uroabdomen. Si la concentración de potasio en la efusión es superior a la de la sangre periférica también se sugiere, aunque no definitivamente, un uroabdomen 6.
Otras pruebas
Además del análisis y de la citología del líquido abdominal, las pruebas diagnósticas que se describen a continuación pueden desempeñar un importante papel en la evaluación y tratamiento del gato con ascitis.
Hemograma: En caso de anemia se debe realizar un hemograma (incluyendo, si procede, el recuento de reticulocitos) para determinar si la pérdida de sangre es aguda o si se trata de una anemia por una enfermedad crónica. La neutrofilia o el leucograma de estrés (neutrofilia, linfopenia, con o sin desviación en el recuento de monocitos) pueden llevar a sospechar una enfermedad inflamatoria o infecciosa, particularmente una PIF. El examen del frotis sanguíneo también puede ser útil para identificar neutrófilos en banda, cambios tóxicos o una desviación hacia la izquierda, lo cual puede indicar una respuesta inflamatoria aguda o importante.
Bioquímica sérica: Las proteínas séricas totales se deben evaluar cuidadosamente. El aumento de las proteínas totales (específicamente la hiperglobulinemia) puede indicar la presencia de un agente infeccioso como el virus de la PIF, mientras que la disminución de las proteínas totales puede deberse a una insuficiencia hepática, a una enteropatía o nefropatía perdedoras de proteínas o a una neoplasia. La enfermedad hepática también se puede evidenciar con un aumento de las enzimas hepáticas (AST, ALT y GGT) y, en este caso, además se deben evaluar los tiempos de coagulación, ya que los factores de coagulación se sintetizan en el hígado, pudiendo o no contribuir a la ascitis. La azotemia y/o hiperpotasemia pueden sugerir una enfermedad renal o un uroabdomen.
Urianálisis: La presencia de proteinuria intensa puede indicar una nefropatía perdedora de proteínas como causa de hipoproteinemia. Las proteínas en la orina se deben cuantificar mediante el cociente proteína/creatinina, siempre que el cultivo de orina sea negativo.
Pruebas de diagnóstico por imagen abdominales: Teniendo en cuenta los resultados de las pruebas sanguíneas, las pruebas de diagnóstico por imagen pueden proporcionar información adicional más específica con respecto a la etiología. Las radiografías no son particularmente sensibles o específicas para identificar la presencia, el volumen o la causa de la ascitis (puesto que un pequeño volumen de líquido no se puede evidenciar), pero si existe un gran volumen de líquido ascítico es posible sospechar la presencia de ascitis como una pérdida no específica y considerable del detalle de la serosa (Figura 5). En las radiografías también se puede observar una hepatomegalia (la cual puede deberse a una ICC derecha o a una hepatopatía primaria) o una disminución del tamaño del hígado por cirrosis. La típica imagen descrita como “vidrio esmerilado” en una víscera puede indicar peritonitis. Las técnicas de radiografía más avanzadas en la que se utiliza contraste pueden ser útiles para evaluar la integridad de la vejiga urinaria, uretra o vasos linfáticos.