¿Cuándo es significativo el aumento de la ALT/AST/FA?
Normalmente, se considera significativo un aumento del doble de la actividad de la alanina aminotransferasa (ALT) y aspartato aminotransferasa (AST). Desde el punto de vista fisiopatológico, el aumento de las actividades enzimáticas hepatocelulares es el resultado de la fuga de enzimas (ALT, AST) o de la inducción de enzimas (fosfatasa alcalina [FA]). Sin embargo, los resultados de los análisis se deben interpretar siempre teniendo en cuenta la historia del paciente, los signos clínicos y otros hallazgos diagnósticos; por ejemplo, los resultados pueden variar según se trate de una enfermedad aguda o crónica. Un proceso crónic puede ir acompañado de atrofia hepática o fibrosis y, por tanto, la actividad de las enzimas hepáticas puede encontrarse dentro del intervalo de referencia o levemente aumentada. En caso de enfermedad hepática grave, como en el shunt portosistémico, la función hepática se encuentra alterada y normalmente se observa una actividad normal de las enzimas hepáticas y una alteración de los parámetros de la función hepática (hipoalbuminemia, disminución del nitrógeno ureico en sangre (BUN), hipoglucemia, hiperbilirrubinemia, alteraciones en la concentración de colesterol y triglicéridos, aumento de los tiempos de coagulación). Por lo tanto, pensar que una actividad de las enzimas hepáticas normal indica un hígado sano es claramente erróneo. Para interpretar los valores de las enzimas hepáticas es necesario tener en cuenta todos los parámetros de la función hepática y su correlación con la historia y los signos clínicos del paciente.
¿Cuáles son las mejores pruebas de laboratorio para detectar un shunt hepático?
Los pacientes con shunt portosistémico presentan una anomalía vascular por la que se establece una conexión entre el sistema venoso porta y la vena cava caudal o a la vena ácigos. Debido a esta unión, la sangre no llega a los hepatocitos en cantidad suficiente, dando lugar a la atrofia del hígado. La pérdida de hepatocitos puede ir asociada a una amplia variedad de alteraciones en los resultados. En estos pacientes, los niveles de las enzimas hepáticas, como las enzimas citosólicas ALT o AST presentes principalmente en las mitocondrias de los hepatocitos, pueden ser normales o estar aumentados. Sin embargo, si la pérdida de hepatocitos es significativa, las células restantes pueden no liberar cantidades significativas de estas enzimas, por lo que los niveles séricos serán bajos o normales. Cuando solo queda un 20-30% de masa hepática, los signos de insuficiencia hepática son evidentes. En estos casos, el hígado ya no puede mantener sus funciones fisiológicas, dando lugar a alteraciones en el metabolismo de los hidratos de carbono, los lípidos, las vitaminas y las proteínas, así como a una disminución de la capacidad de detoxificación. En estos pacientes se puede observar hipoglucemia, alteraciones en las concentraciones de colesterol y triglicéridos, hiperbilirrubinemia, hipoalbuminemia, tiempos de coagulación prolongados, disminución de las concentraciones de urea y aumento de los ácidos biliares y/o hiperamonemia. Estas alteraciones a menudo van acompañadas de anemia microcítica y disminución de la densidad urinaria.
Entonces, si se sospecha un shunt hepático y estas pruebas no proporcionan un diagnóstico claro, ¿qué otras pruebas se pueden utilizar? La prueba de estimulación de los ácidos biliares pre y postpandrial es de gran valor en casos de insuficiencia hepática. No obstante, hay que tener en cuenta que, en pacientes con hiperbilirrubinemia, cabe esperar un aumento de la concentración de los ácidos biliares, por lo que es posible que la prueba de estimulación de ácidos biliares no aporte mucha más información. Cuando se produce un deterioro en la excreción de bilirrubina conjugada, desde los hepatocitos hasta los canalículos biliares, también se ve afectada la excreción de ácidos biliares, con el consiguiente aumento de la concentración de ácidos biliares.
Si se observan signos neurológicos indicativos de encefalopatía hepática (p. ej., estupor o temblor), la evaluación de los niveles de amoniaco es muy útil. Sin embargo, se trata de un parámetro muy delicado y el resultado puede verse falsamente aumentado si las muestras no se manipulan adecuadamente. Para limitar la variabilidad de los resultados y obtener un posible resultado erróneo es muy importante centrifugar inmediatamente la muestra y separar las células del plasma, realizar la medición antes de que transcurra una hora tras la obtención de la muestra y limitar la exposición al aire.
¿Por qué un perro con un tumor hepático primario tiene un nivel normal de enzimas hepáticas?
Esto puede pasar. Para comprender los mecanismos que conducen a un aumento de la actividad enzimática, es útil recordar la fisiopatología. Las enzimas hepáticas no son un grupo homogéneo; normalmente, la ALT y la AST se consideran “enzimas hepáticas”, mientras que la FA y la gamma glutamiltransferasa (GGT), aunque muchas veces se incluyen en este grupo, se encuentran además de en el hepatocito, en la membrana celular de las células epiteliales biliares, por lo que son marcadores clásicos de alteraciones colestásicas intra o extrahepáticas. El aumento de la actividad de la ALT y la AST refleja un daño hepatocelular reversible o irreversible (necrosis). Existe una amplia variedad de tumores que pueden afectar al hígado; las neoplasias hepáticas primarias pueden ser focales, nodulares (como la mayoría de los carcinomas hepatocelulares), o presentar un patrón difuso, infiltrándose en el tejido hepático de forma más diseminada. Las lesiones focales pueden provocar un aumento significativo de la actividad de las enzimas hepáticas, debido a la grave destrucción hepatocelular y a la necrosis tisular. Dependiendo del grado de colestasis intrahepática, la FA puede ser normal o estar aumentada. Los infiltrados hepáticos difusos por tumores de células redondas (p.ej., linfoma o mastocitoma) pueden no estar asociados a una lesión hepatocelular significativa y, por tanto, las enzimas hepáticas pueden ser normales o estar levemente aumentadas.
En resumen, en perros con una neoplasia hepática, cualquier aumento general de la actividad de las enzimas hepáticas depende del grado de lesión hepatocelular y la consiguiente liberación de enzimas y/o de la magnitud de la necrosis tisular asociada a la lesión neoplásica. Los infiltrados neoplásicos focales o difusos pueden dar lugar o no a un aumento de las enzimas hepáticas, por lo que el diagnóstico por imagen (ecografía abdominal) y la punción aspiración con aguja fina son, por tanto, pruebas de diagnóstico adicionales importantes para identificar la enfermedad hepática (Figura 2).