La dermatitis atópica canina y el propietario

Introducción

La dermatitis atópica canina (DAC) es una enfermedad crónica multifactorial en la que no solo es necesario prestar atención veterinaria al paciente a largo plazo, sino también establecer y mantener una relación excelente con el propietario. A diferencia de otras enfermedades crónicas, en la DAC no existe un verdadero consenso sobre cuál es el mejor programa de seguimiento. Mantener un contacto continuo es fundamental para garantizar la eficacia, la viabilidad y la seguridad de las distintas opciones de tratamiento de la dermatitis atopica y esto únicamente se podrá conseguir si el propietario está informado y totalmente comprometido. Por tanto, la comunicación óptima es la clave para el tratamiento a largo plazo, puesto que la DAC puede afectar negativamente a la calidad de vida del propietario y del paciente 12. En una encuesta reciente a gran escala sobre perros con dermatitis atópica (datos del autor no publicados, 2013) se puso de manifiesto que los propietarios no conocían lo suficientemente bien la enfermedad (por ejemplo, solo el 4% comprendía que la DAC era una enfermedad a largo plazo) y que las opciones terapéuticas ofrecidas por el veterinario muchas veces resultan incompletas (por ejemplo, solo el 15% realizó la prueba con una dieta de eliminación y solo el 6% administró ciclosporina). 

El primer paso y el más importante consiste en identificar la enfermedad y conseguir que los propietarios acepten la naturaleza crónica de la misma antes de emprender el largo camino del seguimiento de una enfermedad cutánea crónica. Pero esto no es tan sencillo y se pueden cometer muchos errores; en un estudio se sugirieron los posibles siete errores fundamentales que deberían evitarse en el manejo a largo plazo de una enfermedad cutánea crónica (Tabla 1) 3. En este breve artículo se ofrecen algunas medidas clave que pueden incorporarse fácilmente en la actividad diaria de la clínica para garantizar que el propietario de un perro atópico esté mejor informado y totalmente comprometido. 

 

Primeros pasos: preparación

La dermatitis atópica pone realmente a prueba al veterinario, tanto desde el punto de vista científico y clínico como desde el de las relaciones personales. Es fundamental que el veterinario conozca la enfermedad para dominar las diferentes opciones terapéuticas y comunicarse de forma eficaz con el propietario. Para ello es importante estar actualizado y consultar publicaciones y páginas web basadas en la evidencia (como www.icada.org) 4, además de disponer del material y del equipo adecuados para la exploración dermatológica, incluyendo un buen microscopio y un otoscopio. También pueden ser útiles algunas “herramientas” para la consulta, como las listas de verificación o checklist e incluso los esquemas representativos 567, además de utilizar otros medios de comunicación adicionales, como páginas web informativas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de las páginas web sobre dermatitis atópica canina son demasiado técnicas o están muy orientadas a productos o servicios, por lo que puede ser útil que la propia clínica tenga su página web o blog diseñados específicamente para propietarios de perros atópicos. Además, las consultas de seguimiento de cada paciente siempre las debe realizar el mismo veterinario y la clínica debe tener un especialista de referencia de confianza para remitir los casos más difíciles.

El proceso de la consulta

Existen ciertos elementos que son clave para garantizar la buena comunicación con el cliente y es fundamental que se tengan en cuenta en las consultas dermatológicas (Tabla 2). La primera consulta nunca debe ser demasiado larga, ya que generalmente esto es innecesario y contraproducente. Las consultas breves son más efectivas y se deben centrar en aspectos fundamentales. En primer lugar, el veterinario debe conocer bien cualquier tratamiento existente o previo del paciente y posteriormente deberá abordar las expectativas del propietario, así como los límites de su motivación o la adhesión al tratamiento. También es necesario explicar (o demostrar cómo se usa, si es necesario) cualquier tratamiento farmacológico prescrito, especialmente indicando qué es lo que se quiere lograr mediante su uso. Por ejemplo, la consulta de un perro con DAC preexistente con un brote de otitis externa y pododermatitis por Malassezia, se deberá centrar en el tratamiento de la Malassezia y en el tratamiento tópico del oído, considerando la viabilidad de las opciones terapéuticas. Se deben evitar explicaciones largas sobre la alergia, la respuesta inmunitaria o la barrera cutánea, y se debe simplificar todo lo posible; en la consulta de revisión se podrán abordar otros aspectos según se considere necesario.

 

Las siguientes consultas también se deben estructurar del mismo modo. Para mantener una relación positiva con el cliente puede ser útil realizar una llamada telefónica o una videollamada en las 48 horas siguientes a la primera consulta, de manera que el veterinario pueda comprobar la eficacia del tratamiento, la adhesión al mismo por parte del propietario, así como la presencia de cualquier efecto adverso (Figura 1).

La consulta de revisión, 2 o 3 semanas después, no solo permite realizar una exploración clínica (incluyendo la exploración del oído y la citología), sino también discutir con mayor detalle el tratamiento y la planificación del tratamiento a largo plazo. En esta consulta se puede utilizar una escala de calidad de vida 8 para identificar los aspectos prioritarios, lo que será de gran ayuda para tomar las decisiones terapéuticas adecuadas (Tabla 3). Básicamente, el objetivo es proporcionar la información paso a paso, de manera que en cada consulta solo se enfaticen los aspectos necesarios para comprender el tratamiento.

 

Fuera de la consulta

Tal y como se ha indicado anteriormente, la escala de calidad de vida es una herramienta de apoyo fundamental para el seguimiento del paciente 68 y puede cumplimentarse online, durante una videoconsulta o incluso a través de una aplicación del teléfono. El autor prefiere esta herramienta frente a otras, como el gráfico de lesiones o la escala de prurito, que en su opinión son poco útiles. También es esencial mantener el contacto con el propietario y, en casos graves, puede ser útil organizar reuniones de grupo. Los "planes de atención o igualas” para enfermedades crónicas también se pueden utilizar en perros con DAC y también se puede hacer una planificación financiera, con el desglose mensual de los gastos. Todo esto contribuirá a mantener al propietario comprometido y facilitará la detección temprana de complicaciones o brotes, lo que puede ayudar a evitar perder el contacto con el paciente.

Conclusión

En el caso de la DAC, las consultas de larga duración y la dependencia excesiva de recursos externos pueden resultar contraproducentes y es mucho más eficaz que el veterinario muestre empatía con el punto de vista del propietario. Además, el veterinario debe conocer en profundidad la dermatitis atópica canina y ofrecer las opciones terapéuticas adecuadas, utilizando con criterio las herramientas que ayuden al propietario a comprender las numerosas ramificaciones de esta enfermedad tan compleja.